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La casa de Jimin no estaba lejos. Pero no eso no bastó para que el viaje pareciera interminable. Iban los dos callados. Jimin más incómodo que nunca. Jungkook había encendido la radio e iba tarareando alegremente una canción como si nada. 

El rubio se preguntaba cómo es que ese chico aún no lo mandaba al carajo con lo histérico que estaba siendo. Jungkook era definitivamente un hombre de paciencia. 

- ¿Qué música te gusta? - le preguntó de pronto el pelinegro rompiendo el silencio. 

- Cualquier tipo. - respondió sin siquiera mirarlo.

- Okay...- Jimin era difícil. Jungkook ya lo había confirmado pero eso no le iba a detener. - ¿Planeas ir en busca de alguien con quien pasar el resto de la noche, cierto? 

- Dios, ¿quieres dejar de hacerme preguntas?- respondió el rubio ya molesto. - ¿Sabes qué? Te voy a hacer yo una a ti. ¿Por qué diablos aceptaste venir esta noche conmigo? Creí que dijiste que no te atraían los chicos como yo...o los chicos en general.

- No acepté porque quisiera acostarme contigo. No todo es sexo en la vida ¿sabes? Simplemente me caes bien...y me pareces un chico llamativo y diferente.

- Pues para mí sí, todo es sexo en la vida! - exclamó - Así que no, no entiendo. Y sí, planeo ir en busca de alguien con quien follar esta noche, sea quien sea. Ya que contigo no puedo. - añadió eso último en voz baja pero el menor lo escuchó muy bien. 

Frenó el auto a unos metros de la casa de Jimin y volteó a verlo. 

- Nada de eso implica que no podamos ser amigos. - le dijo. 

- ¿Acaso estás sordo? No puedo! Te quiero en mi cama. ¿Qué parte no entendiste?

Le desesperaba la actitud tan relajada del menor. Jimin ya estaba harto de intentar. Si Jungkook no lo quería entender por las buenas, entonces debía entenderlo por las malas. Se inclinó hacia él, colocó una mano detrás de su cuello y se acercó, tan rápido que el otro no tuvo tiempo de hacer nada. Y entonces lo besó. Apoyó sus labios en los del menor con fuerza y allí se quedó unos segundos, disfrutando solo de la unión, y al ver que Jungkook no le rechazaba comenzó a mover sus labios de a poco. 

Su cuerpo, obviamente estaba sufriendo una revolución. Pero le atribuyó la sensación a la falta de contacto con otro ser humano por tantos días. 

Le sorprendió que el menor también comenzara a mover su boca. Eso solo lo hizo encender aún más y no se pudo quedar con las manos quietas.

Deslizó su mano derecha sobre el muslo de Jungkook y lo sintió estremecerse en cada centímetro que recorrió, tan lejos como pudo, hasta casi llegar a su entrepierna. Y fue casi, porque el otro le detuvo de inmediato y rompió la unión de sus bocas.

- Oh, vamos, no finjas que no te gusta ahora. - le susurró. - Sé cómo te pusiste y yo estoy igual, bebé.

- No finjo nada. - respondió Jungkook. 

- Mejor entonces. Déjame tocarte. - quiso volver a besarlo pero no le dejó. 

- Suficiente por una noche...- sonrió el pelinegro.

Oh, Jimin no lo podía creer. Tenía su miembro durísimo con toda la situación y la actitud juguetona del menor. 

- Maldita sea. Claro que no. Bésame otra vez. Lo necesito. Te necesito. - suplicó y él jamás suplicaba. Nunca había llegado hasta este extremo. 

La poca dignidad que tenía ya se había ido. Se había esfumado en ese beso que nunca debió ocurrir. 

- Creo que deberías ir a casa a descansar. Y hablamos mañana. - dijo Jungkook con calma.

Adicto - KookminWhere stories live. Discover now