EPÍLOGO: Slowly Disappear.

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Cuando Saeyoung y Vanderwood se deshicieron de la policía inventando una historia de submarinos, finalmente pudieron llegar a la agencia. Estaban atemorizados, ya que recibieron en sus móviles una señal de que se necesitaban a todos los agentes ahí. Una vez que consiguieron los medios para ir hacia allá, se encontraron con la terrible imagen que todos estaban corriendo en su dirección, o al menos las personas que podían escapar. No se podía ingresar, cada una de las entradas estaban bloqueadas, y todo estaba cubierto de un fuego tan intenso, que incluso escapaba hacia la tierra, considerando que la agencia estaba bajo ella. Se sentían temblores, como si todo se estuviese despedazando bajo ellos.

Ambos se miraron, sabían que quien había hecho esto. En sus teléfonos, recibieron una notificación de una nueva misión: Corea. Eran trasladados, al igual que un montón de agentes que pudieron escapar en ese momento. Cada uno fue notificado para irse a casa, o al menos, escoger irse a un lugar cercano. Eran completamente libres de decidir. Sin embargo, la agencia, cuando ellos llegaron, estaba completamente destruida, ya no había nada que hacer.

Un par de días después, a pesar de la búsqueda y la ayuda de otras agencias, no pudieron encontrar nada. Las personas que habían muerto ahí no eran demasiadas, solo los altos mandos que se encontraban en el mismo piso en el que trabajaba Jack, y que Melissa se había encargado de eliminar para que nadie rehiciera aquella agencia. Pero entre todas aquellas personas, era obvio que se encontraba Melissa, y dada las condiciones en la que la agencia estaba construida, eran incapaz de encontrar el cuerpo, para hacer una digna sepultura.

Sin embargo, hicieron una simbólica. Fue en la costa, en un roquerío en una isla cercana a Nueva York. Sabían lo que Melissa disfrutaba mirar el mar, y lo bien que se sentía en él. Vanderwood recordaba su sonrisa mientras se sumergían, a pesar de que iban hacia su fin, irremediablemente. Así que entre ambos decidieron que ahí sería un lugar hermoso para una sepultura.

Apenas podían con su pena. En su rostro estaba enmarcado no solo con lágrimas, sino con la tristeza de perder a una compañera, una amiga, una confidente, una amante. Nunca fueron nada más, tal como ella quería. Pero no así en sus corazones, ya que Melissa era la dueña.

Saeyoung nunca esperó enamorarse de tal forma de una agente. Siempre consideró su trabajo como una herramienta para salvar a su hermano, pero jamás esperó encontrar gente tan valiosa, como Melissa o Vanderwood. También le costaba afrontar su pérdida, sintiendo casi desvanecerse por el dolor terrible que le provocaba su ausencia. Melissa no solo era su jefa, su compañera de trabajo, o la persona de la cual estaba enamorado, sino también una persona a la que admiraba. Poco a poco ellos se iban enterando de todas las cosas que hizo, a escondidas. Utilizó el dinero de la agencia para un montón de asociaciones benéficas en el mundo, incluyendo el apoyo de acciones específicas a ciertas empresas que realizaban labores ecológicas benéficas, como Minc Corp, Lyns Asociados, o C&R. Creó una fundación en Inglaterra para niños perdidos, además para mujeres maltratadas y abusadas en varias partes del mundo, incluyendo en África, donde los índices eran altísimos. Melissa o había podido salvarse, pero si había podido ayudar a mucha gente.

Por otro lado, Vanderwood también lloraba ante la sepultura que tenía enfrente. Le acostaba demasiado afrontar todo, pero finalmente, era lo que ella había decidido. Quizás, ante su vida tan tormentosa, lo mejor era morir. Quizás la decisión que había tomado había sido la correcta. ¿Quién podría cargar tanto dolor? ¿Quién podría cargar tanta pérdida? Quizás, Melissa solo quería ser libre. Y siendo completamente honesto, una persona tan influyente como Jack, y el tamaño de la agencia en la que llevaba trabajando hace bastante tiempo, eran una muestra de que era imposible escaparse de él, así como así. Pero Melissa los liberó a todos, borró cada pasado terrible, cada problema que habían tenido. Gracias a ella todos los agentes podían elegir que rumbo tomar en su vida, cómo afrontarla ahora. Si deseaban seguir siendo agentes, serían reasignados a otro lugar, pero si no lo deseaban, podían comenzar de nuevo.

Vanderwood recordó su pasado en Japón, y lo terrible que había sido su vida allá, con la muerte de su mujer. Y ahora nuevamente escaparía de un país con la muerte de otra. Pero no, esta muerte era distinta: Melissa lo había escogido. Ella los había liberado completamente. Ella era la llave para que ellos escaparan rumbo a sus propias vidas, y al no decirle nada de sus planes, al no ser parte de ellos, no solo los había limitado, sino que también se había asegurado de no hacerlos sentir culpable por sus decisiones. Porque eran de ellas, y Melissa era la persona más fuerte que conoció jamás. Una mujer que con la frente en alto, se dirigió hasta la muerte, solo para finalmente tener el descanso que tanto necesitaba.

Encendieron varias velas, pero no había lápida, no había ninguna foto. Todo lo relacionado con Melissa había sido borrado por ella misma. Solo quedaban los recuerdos, las sensaciones, el sonido de su risa, la suavidad de su cabello, la hormigueo que les provocaba sus besos. ¿Qué habría después de experimentar todo eso con ella? ¿Acaso podrían seguir adelante como si nada, olvidándose de aquellos ojos verdes que los inundaba de emoción? Saeyoung miró el colgante que traía en forma de cruz, y decidió que pasara lo que pasara, no se lo quitaría jamás. Era el único contacto que tenía con la persona que más había amado, y aunque llegaran muchas mujeres más, jamás la olvidaría, tal como le prometió la primera noche que estuvieron juntos.

Saeyoung dejó entonces en aquel lugar unas palabras que había escrito en coreano para Melissa: Si has de marchar, márchate como si el fuego ardiera a tu paso. Si has de morir, amor mío, muere sabiendo que tu vida fue la mejor parte de la mía. Y de esta forma se despidió de ella, abrazando a su compañero, quien tenía el mismo dolor y la misma tristeza que inundaba su corazón.

Saeyoung y Vanderwood decidieron tomar el camino que les había brindado Melissa, e ir hasta Corea, tal como lo había programado. Siempre es bueno regresar a casa, le había dicho una vez a Saeyoung, y así tomaron aquella oportunidad.

Regresaron a casa.


NOTA DE LA AUTORA: ¿Qué tal les ha parecido esta historia? Me ha costado mucho terminarlas por falta de tiempo, pero poco a poco voy cerrándolas para poder avanzar. Esta historia afectará directamente la vida de Saeyoung y como va a afectar no solo su trabajo, sino también su vida actual. Pero no solo con eso, también afectará la vida de Jumin de la manera en que menos se lo espera. Melissa era un caos, ¡pero una historia tan fuerte no puede quedar solo ahí!

Interlace «Mystic Messenger» [Saeyoung/MC/Vanderwood]Where stories live. Discover now