Interlace «Mystic Messenger» [Saeyoung/MC/Vanderwood]

Misión n° 5000: The Beginning of the End (Parte II)

En ese momento se encendieron las luces, y mostraron todo alrededor. Una pared blanca de forma circular que los envolvía en una sala completamente iluminada, la puerta se cerró inmediatamente, y en una especie de segundo piso, una cabina de observación, donde se encontraba Alex.

- Bienvenida Melissa, te estábamos esperando. – dijo, sonriendo con malicia, por un altoparlante. Él llevaba uno de sus trajes negros con una camisa color gris. Al parecer, sus colores favoritos. – Sabía que de una u otra forma sobrevirías... – continuó, con desprecio. - Pero no te preocupes, de esta habitación no saldrás viva.

- ¿Cuántas veces hemos discutido lo mismo, Alex? – dijo Melissa, con una sonrisa socarrona. No se iba a dejar amedrentar, más aun, cuando tenía razón. – Creo que has intentado matarme más cantidad de veces de la que yo he pensado en ti.

- No creo que pueda salir de tu mente tan fácilmente. – respondió, sonriendo. – Sé que vivo ahí, se nota.

- Entonces, podría decir que tus intentos por matarme son finalmente eso, intentos, ¿Por qué me quieres ver nuevamente? – dijo Melissa, riendo.

- Quizás sí, quizás no, o quizás solo para verte sufrir. – dijo Alex, recorriendo su cuerpo con la mirada, observándola detenidamente con una sonrisa provocadora – Me gusta verte sufrir. Sobre todo, cuando no estás preparada para ello, como ahora.

Las cadenas de Saeyoung se desataron, y él miró con odio a Melissa. No corrió de inmediato hacia ella, sino que la rodeó, mientras ella se alejaba instintivamente de él, mirándolo sin entender. ¿Acaso la iba a atacar? ¿Qué mierda le habían hecho? ¿Qué droga le habían puesto en el cuerpo? Melissa tenía que desintoxicarlo de una forma rápida y eficiente, pero tenía primero que ver cuales eran los efectos que tenía. Se movió lentamente, mientras Saeyoung la rodeaba.

- Recuerda que ella te utilizó, todo para llegar a tu hermano. Ella lo mató, Saeyoung. Ella mató a Saeran. – le dijo Alex por un micrófono a Saeyoung, lo que lo hizo apretar los puños y apretar tanto los dientes que sonaron. – Tu viste como se introdujo, tu viste como lo asesinó. Todo para convertirte en un monstruo. Ella es la mano derecha de Jack, ella haría cualquier cosa por él, incluso transformar a agentes como tú. ¿Por qué crees que ella manejó todo para que tu fueras su compañero?

Todo esto hacía que la ira y la desesperación que sentía Saeyoung en ese momento se incrementara cada vez más. No respondía nada, solo estaba atento a cada una de las palabras que le decía Alex. Las tenía impregnada en su interior, con dolor. Quería matar a Melissa, debía hacerlo. Nada en este mundo importaba, sobre todo si ella se encargó de destruirlo.

- ¿Necesitas algún arma? Sabes que podemos proveerte de cualquier cosa que necesites. Sobre todo, si se trata de hacer sufrir a aquella perra. – le dijo Alex, con desdén.

- No te preocupes, lo haré con mis propias manos. – respondió Saeyoung al micrófono, y fueron las únicas palabras que le dijo antes de ir hacia ella.

Saeyoung fue corriendo hasta Melissa, gritando con furia hasta acercarse, mientras ella lo esquivaba. Él se movía con rapidez, pero también con fuerza: cada vez que la intentaba atrapar, iba con un golpe tras de ella. Melissa lo esquivaba sin dificultad, mostrando nuevamente el dominio absoluto de su cuerpo, pero también tenía que ponerse a trabajar, averiguar qué le había sucedido a Saeyoung.

- ¿Por qué me atacas 707? ¡Soy tu compañera! ¿No me reconoces? – preguntó ella, tratando de descartar la teoría de que algo le hicieron a su memoria.

- Por supuesto que sé quien eres, no soy idiota Melissa.

Después se acercó corriendo a ella para darle una patada en el pecho, que esquivó, sin dejar de mirarlo, para posarse nuevamente frente a su compañera para darle un puñetazo en la cara, que también esquivó, luego de un gancho derecho, un izquierdo, Melissa desvió el puño de Saeyoung con su brazo, empujándolo, para darle un golpe en la nuca, que él no pudo evitar. Bueno, al menos no tenía ninguna contusión cerebral, y los golpes en la cabeza le provocaban lo mismo, a pesar de que lo había hecho suavemente.