Interlace «Mystic Messenger» [Saeyoung/MC/Vanderwood]

Hunting the Hunter (Final)

Vanderwood y Saeyoung ya habían terminado con todos los guardias, y tal como habían acordado, irían tras Melissa. Escucharon una a una las palabras de Alex que caían como veneno no solo sobre ella, sino ellos también. Sabían todo lo que le había costado a Melissa durante años salir de aquel dolor, que por cierto, aun cargaba. El dolor de la muerte de Diego, que jamás había podido superar, a pesar de todos sus intentos. Y todo esto se vio reflejado en sus gritos de dolor, en su angustia. Corrían a toda velocidad por los pasillos, matando a todos los guardias que podían, esquivándolos. No quedaban muchos, la flota de un submarino jamás era tan numerosa. Corrían a toda velocidad para detener a Alex, hasta que escucharon el susurro de Melissa. Mátame, había pedido ella. ¿Cuánto dolor cargaba en ese momento, que le había pedido a uno de sus enemigos que la asesinara? Después de que ella dijo esto, los auriculares se habían apagado, y ya no tenían más conexión con el lugar, sin embargo, ellos sabían dónde se encontraba, por lo que seguían corriendo a toda velocidad para llegar al lugar, para alcanzar a detener todo, o al menos para que no escapara Alex después de hacerlo.

Alex se rio a carcajadas del momento. Pero disfrutaría mucho más cuando viera el cuerpo sin vida de Melissa. Rápidamente, le sacó el seguro a su arma, mientras Melissa no paraba de pensar. ¿Por qué Jack había hecho todo esto? ¿Tanto era su odio? ¿Tanto era su afán por la agencia? Había destrozado cada uno de sus sueños, cada trozo de su vida y su alma. La había dejado tan podrida que ahora su única escapatoria era la muerte. Jack no pararía de perseguirla si es que huía, de buscarla, de destrozar todo en el camino, porque ya era dueño de su vida. Ella ya no importaba, su vida no importaba, ella ya estaba condenada, y en realidad no esperaba menos de Jack. Su objetivo había cambiado por completo, ahora era el hombre que la hizo sufrir durante todo este tiempo, sin embargo, no para ser libre, porque sabía que esa sí que sería una misión kamikaze. Sería para morir.

Melissa le dio una patada baja a Alex, que lo hizo caer sobre su propio cuerpo, y luego fue donde él, y le quitó su propia arma. La desarmó lo más rápido que pudo y la tiró donde no la pudiera alcanzar. Alex quien retrocedía sobre sus pasos, intentó escapar, pero Melissa con una daga filosa, y acertada, lo dejó clavado en el suelo, con una de sus manos. Ahora Alex no podía escapar sin hacerse daño, sin perder la mano que precisamente cayó en los tendones más delicados. La miró, con dolor, y luego miró a Melissa, con miedo en el rosto.

- Tienes razón, soy un monstruo. - dijo ella, con una sonrisa en los labios. Ahora se habían dado vuelta los papeles. Melissa no tenía absolutamente nada que perder. Si moría en ese momento, poco le importaba. Sacó cuidadosamente una daga de un bolsillo, y caminó con seguridad, como un animal rabioso hasta Alex, que se encontraba inmóvil, presa del dolor y del miedo que sentía por ella en ese momento. Con la mano libre que le quedaba, sacó de su bolsillo un dispositivo.

- ¡No te muevas! - le gritó Alex, presa del pánico. La mirada que Melissa sostenía sobre él daba mucho miedo. - ¡No tengo miedo de usar esto! En solo cinco minutos, todo el oxígeno del submarino se irá, y en diez minutos, todo explotará. - le dijo. - ¿Quieres eso, Melissa? - Ella emitió una carcajada que dio escalofríos.

- Hazlo. Solo será una nueva forma en la que sobreviví que se agregará a la lista, porque de aquí saldré viva. Mis planes son hacerte sufrir tanto como yo he sufrido durante todos estos años, y luego ir a matar a Jack. ¿Crees que un monigote como tú me lo impedirá? - Ella se sentó a horcajadas sobre él, y le susurró lentamente. - Tú mismo lo dijiste: soy un monstruo, y sobreviviré a lo que sea con tal de asesinarlo. - dijo ella, con una sonrisa.

Alex, preso del pánico, apretó el botón y ahora una alarma comenzó a sonar. Los guardias dejaron de atacar e interponerse ante Saeyoung y Vanderwood, y corrieron despavoridos hasta uno de los puntos de escape del lugar. Alex, esperando que Melissa se detuviera y huyera, o se quisiera encontrar con sus amigos, en realidad sucedió todo lo contrario. Fue como si ese fuera el impulso que necesitaba para destruir a su rival.