El pasado

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A partir de ese día, la mayoría de gente ya no se acercaba ni a Yoongi ni a Jimin, eso me hacia sentir miserable. Tan solo me había metido donde no me llamaban y había compartido un secreto personal que había destruido reputación... Solo eso.

(Soy un imbécil de los grandes)

Pensé atormentándome. Ahora mismo ni me importaba que estuviera en medio de un examen que no había estudiado en lo absoluto, solo pensaba en maldecirme a mi mismo y arrepentirme por mis actos cada minuto, cada segundo que pasaba.

Pero las cosas no podían seguir así y tenía que hacer las paces de una vez por todas, no solo por el bien de ellos, si no también por el mío propio.

TAE: ¡Suga! - Grité cuando marchábamos para comer. Este me ignoró y siguió caminando, Jin lo siguió así que aún y lo mal que le sabía, Jimin hizo lo mismo.

Salí de la clase poco después desanimado. Podía liarla, podía ser un maleducado y no portarse bien con la gente superior, pero nunca nunca quería perder a lo que más me importa.

Decidí bajar a la planta baja, allí estaba la recepción. Me senté en el segundo escalón de la gran escalera de salida hacia el patio exterior al que solo podíamos ir en nuestro tiempo libre y en las clases de educación física.

Estaba algo deprimido pensando, cuando alguien tocó mi espalda de repente. Me di la vuelta y vi claramente de quien se trataba.

Era el chico de conserjería, aquél era jóven y sus facciones recordaban a las de un caballo... Obviamente, bromeo.

CONSERJE¿: Deberías hablar con Jimin. - Dijo el conserje sin venir a cuenta.

Me giré a él sorprendido.

TAE: ¿Cómo lo sabes? - ¿Acaso era un stalker?, es imposible que pudiera saber la pelea que había tenido.
A menos que alguien le hubiese contado.

TAE: Mmm... - Pronuncié pensativo.

CONSERJE¿: Soy J-Hope, no se si me recuerdas del primer día. - Acompañó con una risa muy ruidosa.

TAE: Ah... Si, eso. - Dije mirándolo levantando una ceja. - ¿Pero cómo sabes eso? - Dije sin sacar la vista de el contrario.

Él se encogió de hombros.

(¡¿Es enserio?!)

Pensé algo molesto, luego suspiré.

TAE: Lo haré. - Dije levantándome del suelo, me marché sin mirar atrás.

J-HOPE: Jóven, ten cuidado. - Dijo por primera vez con algo de seriedad. - Los Alfas son peligrosos.

Paré mi pasó y esperé a oir lo que decía, era como si pudiera leer mi futuro y advertirme de algo que pasaría, así, como si fuera un cómic.

J-HOPE: Los Alfas llevan dentro un lobo, no querrás que este salga. - Oi que seguía el conserje sentado en el escalón. - Me temo que poco puede hacer al respeto un Omega cuando eso pase.

¿Qué tenía eso que ver conmigo, por qué iba yo a sacar el lobo interior de alguien?

.・゜゜・el principio

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•••

??? : ¿No es gracioso ver el cuerpo de un Omega retorciéndose? - Rió un chico grande agarrando la cara de otro aparentemente más frágil que lloraba suplicando que lo soltaran.

??? : Tienes razón. - Respondía otro que estaba junto al anterior solo observando sin hacer mucho al respeto. - Esa cara de perra de mierda, lo está pidiendo.

??? : Por favor, dejadme ir. - Soltó entrecortado el agredido, sonrojado eroticamente, con una expresión de Omega en celo, cosa que su fuerte aroma también indicaba.

Pero sus ruegos fueron cortados por una patada en la boca que recibió directamente sin ningún tipo de piedad. Los dos agresores rieron malignamente y se aprovecharon del pequeño hasta que se cansaron de él, luego lo apalizaron y lo dejaron sin movilidad en el frío suelo.

??: Asquerosos... - Dijo el jóven chico que hacia un esfuerzo sobre humano para levantarse.

Había empezado a llover, pues en aquel lugar llovía constantemente, y cuando lo hacia, era un fastidio si no llevabas algo para refugiarte de la violencia de las gotas heladas de lluvia.

No había sido él el que había implicado en que aquella situación tuviera lugar minutos antes, ni mucho menos, era por culpa de el destino, el cual había causado tal desgracia a traición del jóven quien nunca eligió ser lo que era y siempre sería.

El chico tomó algo de su bolsillo derecho, eran unas afiladas tijeras. Con ellas rasgó su piel agresivamente  y miró al cielo, del cual no dejaban de caer gotas gélidas consecutivamente, pero eso no implicaba que no pudiera abrir completamente los ojos, como si ya no sintiera el picor del agua en su pupila.

Poco después cayó al suelo estrepitosamente. Ya había terminado todo, pues nadie podría criticarlo nunca más y podría descansar en paz de una manera irracional e precipitada pero efectiva. Ya estaba a salvo, de alguna forma u otra.

Pero desgraciadamente falló en su intento de suicidio.

Pocas horas después este se levantó en la fría cama de un hospital, al ver aquello mordió resentido su labio inferior. A aquello miró por la ventana y pensó que sería bueno intentarlo de nuevo, solo esperando que aquella vez pudiera irse completamente.

??: Ni se te ocurra. − Pronunció una voz femenina desde la puerta de la descolorida habitación. No intentes eso de nuevo.

El chico abrió los ojos como platos, no podía ser verdad. Había sido ella la que había impedido su intento de acabar con todo, de decir adiós a todo sin avisar. Su odiosa hermana mayor.

El joven ni siquiera respondió. Se levantó de la camilla, o al menos pretendió hacerlo pero falló en el intento ya que su cuerpo estaba demasiado débil por la pérdida de sangre.

La chica miró a su hermano pequeño frunciendo el ceño.

??: Mierda. - Dijo el contrario dejándose caer en la cama de nuevo. Cerró los ojos y dejó que sucediera lo que tenía que suceder, pues ya estaba cansado, estaba agotado de todo aquello.

Lo que no sabía la otra persona en la sala es que su hermano aún estaba despierto, solo que aguantaba con os ojos cerrados sin pensar en nada específicamente.

Entonces pudo oír a su hermana sollozar, llorar de dolor porque su hermano había llegado a tal punto tan arriesgado. Tapaba su cara con las manos mientras permanecía sentada en la silla cerca de su hermano menor.

Al darse cuenta, el chico no pudo evitarlo y  de sus ojos estaban derramando amargas lágrimas  sin casi ni darse cuenta de ello. No podía creer que había llegado tan lejos, era verdad que su vida se había convertido en un completo infierno desde que su familia lo había dejado y había quedado completamente fuera de lugar, pero el realmente no estaba solo y lo sabía mejor que nadie.

Siempre había pretendido no darse cuenta de que la persona que siempre le había hecho la vida imposible delante, era la que más lo vigilaba y protegía realmente, porque la verdad es que aquella relación entre hermanos era de desprecio a ojos de cualquiera y aquello no cambiaría para nada, pero ambos sabían que tenían un enorme cariño por el otro.




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