La Llamada de la Esfinge [GANADORA de los WATTYS2019]

Aliento de vida

Jannah jadeaba agotada, pero en ningún momento dejó de avanzar. En su recorrido, el único sonido que pudo escuchar en el apático y angustioso silencio de la fortaleza fue el fregamiento del cuerpo de Gerald que ella arrastraba.

- ¡SOCORRO!- gritó con la esperanza de que alguien escuchara sus súplicas, pero tan solo recibió su propio eco como respuesta. "No puedo más" se dijo, descansando unos segundos exhausta. Aprovechó para comprobar la respiración de Gerald: inestable, pero existente. El tubo seguía clavado rígidamente entre sus costillas, lo que le regalaba unos instantes de vida, pero no conseguiría sobrevivir si no era atendido enseguida. El pánico comenzó a apoderarse de ella:

- ¡AYUDA!- De pronto, oyó un estruendo proveniente de las entrañas de la Bastilla. Cuando comprendió qué significaba, el corazón de Jannah se paralizó mientras un sudor frío recorría su espalda. "No. No, no, es demasiado pronto" pensó desesperada. 

Al cabo de unos instantes, la fortaleza comenzó a venirse abajo. La violencia del derrumbe fue aumentando gradualmente. Algunas piedras golpearon a Jannah, quien comenzó a sangrar, pero apenas sintió dolor: su único objetivo era alcanzar la superficie.

Hasta que divisó al fin la luz: un enorme agujero en el muro de la Bastilla.

- ¡AYUDA!- gritó antes de que un cúmulo de rocas aterrizara a unos pasos de ella. Jannah apartó a Gerald pero en el último instante tropezó y se dobló el tobillo.- ¡AQUÍ!- Agarró de nuevo al herido y se arrastró, intentando alcanzar la salida. Su visión la reconfortaba, pero las rocas que aterrizaban constantemente sobre ellos amenazaban sus posibilidades supervivencia.

Siguió avanzando igualmente, visualizando en todo momento el exterior. Pero sus pasos no eran tan rápidos como desearía. Temió que no saliera a tiempo antes de que la Bastilla fuera destruída por completo. De pronto, un muro aterrizó frente a ella y Jannah se puso a cubierto mientras protegía a Gerald con su cuerpo. 

El estruendo dio paso a un profundo silencio, en el cual Jannah llegó a la conclusión, aterrorizada, de que jamás volvería a salir de esa fortaleza con vida.