Sacrificio

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Jackes vio como las prostitutas abandonaban el local, gritando. Entonces, arrojó la antorcha que sujetaba en la mano

- ¡Revolucionarios!- gritó, acercando su montura al local en llamas.- ¡Estáis atrapados! ¡Dios no os ampara esta noche!

Su caballo relinchó cuando las chispas quemaron sus patas, obligándolo a retroceder. 

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Desde la Bastilla, Gerald se asomó cojeando a la ventana. Divisó una enorme columna de humo que se alzaba, imponente, sobre los tejados de París... la lámpara más grande que hubo iluminado la ciudad, y la más demoledora de todas. 

El ataque a la Bastilla les saldría caro después de esa noche. Pero de pronto, tuvo un recuerdo inesperado, y se vio por un instante encogido... como si una persona que no era él estuviera viendo en otra vida una gran bola de fuego... otros ojos, antaño inocentes y brillantes, dejaron que el demonio se instalara en su corazón para siempre. 

Cuando abrió los ojos, y observó su reflejo en el cristal de la ventana, no se reconoció por un instante. Clavó la vista en París para intentar serenarse, pero el recuerdo era demasiado profundo y le estuvo torturando hasta que se vio obligado a cerrar los ojos y dejar que su propio fuego lo consumiera de nuevo.

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- ¿Cómo demonios han dado con nosotros?- clamó Jannah, desesperada.

Warren miró a Florian. Este sintió el demoledor peso de la culpa cayendo sobre su alma.

- Han seguido al muchacho.- murmuró un revolucionario.- Por Dios que lo han hecho.

Florian se encogió sobre si mismo... esperando que la tierra se le tragara allí mismo.

- Debemos encontrar una salida.

- Siempre la hay.- afirmó Warren.- Lo que me preocupa es que la encuentren ellos primero.

Se oyó un crujido... una especie de contracción seca. Los revolucionarios sintieron como el pánico empezaba a dominar sus corazones, pues las llamas habían llegado al portón y el fuego lo carcomía por momentos.

Algunos comenzaron a toser por el humo.

- Florian.- Warren se dirigió a él.- Ahora, tienes la oportunidad de enmendar tu error. Necesitamos que nos guíes... ¿por dónde has entrado?

Florian carraspeó antes de señalar el suelo:

- Hay un conducto que atraviesa este burdel.

- Un conducto del agua similar al de la Bastilla.- dijo Jannah.

- ... pero mucho más estrecho.- asintió Florian.- Tendremos que atravesarlo en pareja si queremos atravesarlo.

- Pues no perdamos tiempo.- sentenció Warren, pasándole un arma a Florian.- Muéstranos el camino, chico.

A Florian no le temblaron las manos cuando abrió un agujero en el suelo a base de golpes con ayuda de su arma. Warren ayudaba al muchacho mientras Jannah apoyaba la oreja contra el suelo para oír el recorrido subterráneo del agua.

- ¡Vamos!- dijo Warren, una vez hubieron terminado.

El humo había inundado la sala, y el portón estaba consumiéndose cada vez más rápido.

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Jackes se empezaba a impacientar. El local ardía por completo: ningún ser podría soportar estar allí dentro. 

Algo iba mal. 

Pensó de pronto en Gerald. "Él sabría qué está ocurriendo..." Su joven amigo conocía los métodos revolucionarios más que nadie. 

La Llamada de la Esfinge [GANADORA de los WATTYS2019]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora