thirty two

748 40 1
                                    

Valen

después de un rato llegamos al centro.

—viniste a conectar con la gente y fumar porro en la gran vía— rió delfi.

—hablando de porro— busqué en mi campera.

prendí el porro y ella me miró.

—me hace recordar al quinto— sonrió triste.

todo el tiempo que estuvimos separados sentía su ausencia. nunca dejé de sentir cosas por ella a pesar de haber tenido pareja este tiempo. y es que como ella ninguna. ninguna me volvía así de loco, estaba hasta las manos. ojalá viniera conmigo, una pequeña parte de mi todavía piensa que va a volver, pero aunque no aclaró nada lo dejó caer.

(...)

—te amo— sollozó en mi hombro —y te extrañaré.

—te amo más— dejé un beso en sus labios —no perdamos el contacto, ¿si?

y miré hacia delante caminado hacia mi avión.

—nos vemos— gritó pero no me volteé.

7 meses después

Delfi

y acá estaba, después de casi tres años, en mi país. después de que acabó el curso decidí volver acá, para empezar "de nuevo". desde que valentin se fue las cosas fueron para bajo. caí en depresión de vuelta, a penas comía, a penas dormía, casi no hacía nada que no fuera estar encerrada en mi pieza. y para colmo valentin me mintió, no seguimos en contacto. 2 meses duró su promesa, y eso dolía, porque era lo único que de verdad quería en este mundo y se fue, como todos.

abrí la puerta del departamento nuevo y ni bien cerré me deslicé por la puerta hasta sentarme para llorar.

mañana tenía que ir a anotarme a la nueva facultad, que estaba a 20 minutos de mi depto. aprox.

—¿llegaste?— preguntó mi vieja al otro lado de la línea.

—sí.

—ya te dije que cuando tenga plata voy a ir, ¿sí?— "ajá" pronuncié, sabía que mentía.

—má tengo muchas cosas que hacer, hablamos— corté antes que diga nada.

subí a lo que sería mi pieza. era amplia, tenía una cama de dos plazas, no muy cómoda, lo pude comprobar cuando me tiré en el ella. había un pequeño televisor y una mesita de luz.
la semana que viene comenzaré a trabajar en el bar de mi tía porque con la plata que me gasté en este depto me voy a morir de hambre.
aparte también tenía algo de plata en el banco pero por ahora quería dejarla guardada por la dudas.

—hola, ¿llegaste?— preguntó mi tía cuando contesté la llamada.

—sí, hace rato estoy acá— me senté en la cama.

—boe, si querés en la noche vení a cenar, ¿si?

—bueno, si llego a ir te aviso.

—dale, te amo, descansa.

—chau.

dejé caer todo mi peso en la cama y miré al techo. y de la nada, como venía haciendo dos meses me puse a llorar de vuelta.



•••

distante; wosWhere stories live. Discover now