sixteen

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Martes

Ayer no vimos a Valentín, cosa que fue un alivio para mi.

Con Paula decidimos ir después de clase a buscarlo.

—Vamos— gritó la rubia estirándome del brazo cuando sonó el timbre —Subió una historia— chilló.

—¿Dónde?— pregunté.

—Esto es— paró a pensar mientras caminábamos —están en Gran Vía— fuimos por mi auto y tras aparcar nos pusimos en camino a donde la ansiosa de mi amiga diga.

—Creo que entraron al Centro Comercial— dijo mirando su celular.

—Vamo'— la seguí con un caos tremendo en mi panza.

—Amiga, me da algo— señala hacia la puerta del Mc, típico del morocho —¿son esos?— frunció el ceño acercándose.

—Em, yo voy al baño, esperame acá— dije rápido y salí en busca de un servicio para hacer tiempo.

Cuando encontré lo que buscaba entré a lo que vendría siendo un pasillito que separaba ambos baños. La posta, sí quería verlo, pero seguía dolida y él, probablemente, enojado por irme sin avisarle y que se yo que haría si me llega a ver.

—La puta que me parió— puteé y lágrimas empezaban a amenazar con salir por lo pelotuda que fui. Porqué dejé de comer para gustar a los demás, por culpa de eso perdí a la mejor persona que tuve en mi vida y cada día me arrepiento por ello.

—¿'Tas bien?— preguntó una voz masculina cuando salió del baño de varones.

—¿Qué importa?— apoyé mi cabeza en mis rodillas cuando me deslicé en la pared para sentarme.

—Bueno, nomas quería saber si pasaba algo— contestó el pibe, era argentino, como yo.

—Mi amiga está re gede porque quiere conocer a un raperito choto y me agobie— él pibe rió y yo levanté mi mirada para por primera vez ver el rostro del pibe.

Cuando él me vió su expresión de diversión cambió a una seria.



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distante; wosΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα