Delfi
—¿Le dijiste que estoy acá?— él negó con la cabeza.
—En la noche le diré— dijo.
—Llegamos— aparqué el auto y ambos bajamos.
Entramos a un cafesito re lindo corte café norteamericano y nos sentamos.
—¿Les traigo la carta?— se acercó el mesero y yo asentí.
—Bueno, contame— dije mirándolo a los ojos.
—No, contame vos, ¿que hacés acá?
—Valen es una larga historia y no da contarla acá, ¿sí?— este asintió.
—¿Entonces dónde?— preguntó.
—Ya vemos después— sentencié.
—¿Ya saben que van a tomar?
—Sí, yo un jugo de manzana y un sándwich de la casa— pedí.
—Lo mismo— dijo Valen.
—Contáme vos de tu vida— hablé cuando se fue el mesero.
—Desde que te fuiste todo cambió— miró por la ventana —después del quinto clasifiqué para red bull nacional y gané, fui a México, quedé segundo pero al año siguiente fue en Argentina y gané. También entré en FMS, gané— sonreía orgullosa por todo lo que logró —luego me bajé para dedicarme a la música pero seguí compitiendo— escuchaba todo lo que decía atenta —saqué mucha música y un disquito— sonreí y él también.
—Estoy re orgullosa de todo lo que conseguiste— dije.
—Pero en todo eso— quitó su sonrisa —faltabas vos a mi lado— dijo cabizbajo.
Me paré bajo su atenta mirada y me senté a su lado para abrazarlo. Lo tomé por sorpresa pero segundos después me lo siguió.
—Quiero que me muestres todo eso, ¿sí?— él asintió como un nene chiquito.
Y ahí sentí de vuelta todas las mariposas que me causaba Valentin hacía un tiempo atrás.
Cuando lo abracé fue como si todo lo malo se hubiese ido.
—¿Estás enojada?
—¿Vos?— él negó.
—Creo que me tenés que contar todo— asentí.
—Pero ya te dije que acá no— tomé jugo.
—¿Querés venir al hotel y ahí me contás?
—Bueno— di un mordisco a mi sándwich.
•••
Bueno gente ya llegué a madrid toy re manijaaa aaaa ya quiero ver a Valentin dou
