Capítulo 28: Batalla Dispareja.

Magsimula sa umpisa
                                    

—Tienes razón. —dije viendo mi reloj, el cual marcaba las 7:30 P. M.

—¡Soldados, suban a un camión, ya!—escuché gritar a un sujeto. —¡10 personas por camión!

—¿Cuántas personas hay aquí? —pregunté a Tyrone.

—Según la lista, deberían de haber 30 exactas.

—Entonces está todo completo.

—Supongo. —dijo él.

Todos empezaron a subirse en los camiones, Tyrone y yo nos quedamos hablando sobre trivialidades y viendo como los soldados se montaban en los camiones hasta que solo quedamos él y yo.

Teníamos planeado ir en el mismo camión, solo que quedaba un sólo puesto en dos camiones, por lo que tuvimos que ir separados. Ya al estar los 3 camiones llenos, el mismo tipo que había gritado dio la orden de abrir el portón para poder marcharnos.

Habíamos salido hace unas 3 horas, según lo que me dijo el sujeto a mi lado, estábamos por llegar al centro de reabastecimiento. Solo salíamos de la ruta del bosque y sería el tercer edificio que veríamos.

Me recosté en mi lugar y cerré los ojos, tenía un poco de sueño, eran las 10:47 P. M. Y no dormía bien desde ya hacía varios días. Empezaba a pensar en lo que podría pasar en unos minutos, probablemente los tipos de la Legión ya se marcharon llevándose todas las cosas y sin dejar a nadie vivo, por lo que estaríamos yendo sin ningún objetivo claro, otra posibilidad era encontrarnos con lo mismo, solo que con algunas personas con vida. Lo más lógico sería eso, digo, ¿quién se quedaría en un lugar que recién atacó? No tiene sentido. Sin más, me quedé dormido.

Un estruendo fuerte me sacó de mi siesta, abrí mis ojos como platos para ver qué era lo que estaba pasando, el camión se había detenido, todos empezaron a bajar del camión y se comenzaron a escuchar varios disparos que venían desde fuera, me bajé y le pregunté a un tipo que estaba recargando su arma qué era lo que había pasado: Emboscada. Fue lo único que me dijo.

Mientras tanto con Aurixana.

—¿Murió? —pregunté con los ojos llorosos y la voz quebrada.

—Si, lo lamento. —dijo la líder.

—No puede ser, pero, ¿cómo?

—Charles dijo que un nuevo tipo de caminante los atacó, Charles se salvó, pero Christian no corrió con la misma suerte.

Me despedí de la líder y volví a entrar a la casa, me adentre en mi cuarto y, envuelta entre sábanas, empecé a llorar, ¿cómo le diría esto a los demás, cómo lo tomaría Beth? Perdió a la única familia que le quedaba...

De vuelta con Christian.

Miré por un lado del vehículo (en el que yo me encontraba era el que iba de último en la fila de camiones), vi los otros dos camiones envueltos en llamas, y a varios soldados tirados sin vida en el suelo mientras las llamas aún consumían sus cuerpos. Los únicos que quedábamos eran los que nos encontrábamos en este camión.

Caminantes salieron de entre los árboles y caminaban hacia nosotros, los soldados de la Legión se acercaban cada vez más, estábamos acabados. Mientras mis compañeros que quedaban disparaban hacia los soldados de la Legión, yo les disparaba a los caminantes que estuviesen cerca, solo que, las balas no surtían efecto, no entendía lo que pasaba, hasta que recordé algo que me dijo mi tío una vez que fuimos a practicar tiro.

Flasback

—Disparame. —dijo mi tío riendo.

—No, ¿estás loco?

—Hazlo o yo lo haré. —dijo él apuntandome con un arma.

—Está bien. —digo para luego apuntarle con mi arma.

—¡Hazlo!

Por la impresión del grito, sin querer, apreté el gatillo disparando en su estómago. Mi tío se llevó sus manos hacia el lugar donde recibió el tiro e hizo muecas de dolor, asustado, corrí hacia él y tiré el arma a un lado. Él se quitó las manos del lugar y pude ver... Nada, solo su camisa en perfecto estado, sin sangre ni nada.

—¿Pero qué...?

—Son cartuchos de fogueo. —dijo él. —A esa distancia no me haría daño letal, aunque dolió más de lo que esperaba.

Fin de flashback.

Cartuchos de fogueo, no tiene sentido, ¿por qué nos enviarían a batallar con éstas balas? Debemos huir. Sólo quedábamos 2 personas donde me encontraba yo, al otro lo tomé por el hombro y le dije que lo mejor era correr, que las balas no servían y que, además, nos ganaban en número, cuando se levantó para seguirme, una bala le dio justo en la sien.

Ahogue un grito y salí corriendo por el bosque, evitando a los caminantes que se acercaban, entre más me adentraba, más oscuro se ponía todo, seguí corriendo, deseando llegar a un lugar seguro lo más rápido posible. Corrí por unos 20 minutos, hasta que se dejaron de escuchar los disparos, supuse que todos habían muerto. Me senté bajo un árbol a descansar, me encontraba exhausto, estaba por cerrar los ojos para intentar descansar, sin embargo, un ruido me hizo levantar de mi lugar, saqué el cuchillo que me dieron y lentamente me acerqué al sitio proveniente del ruido.

Espero les guste el capítulo, si es así no se olviden de votar y/o comentar, sin mas que agregar, me despido. Chao.

Caminando Entre Muertos Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon