Capítulo 28: Batalla Dispareja.

43 4 2
                                    

—Espere, espere, yo ni siquiera soy un miembro del escuadrón.—interrumpí algo asustado. —Además, ¿a quiénes nos enfrentamos?

—A partir de ahora lo eres, Christian. Y respondiendo tu pregunta, nos enfrentamos a La Legión. —respondió Charles serio.

—Vale, esto no me gusta mucho que digamos. —añadí. —¿Qué es la Legión?

—Christian, ahora formas parte de ese escuadrón, si no quieres que te saque a ti y a todos tus amigos de aquí, deberás ayudar. Y, tú, no me habías dicho que eran ellos, Charles. —recriminó la líder viendo a Charles con una mirada asesina. Ella parecía más amable el día que la conocimos, supongo que así se pone ella cuando se trata de un asunto grave. —Deben tener cuidado, son bastante peligrosos.

—Está bien. —dije resignado. —¿Quiénes son ellos?

—Son militares de uno de los países cercanos, nadie sabe de cuál, algunos dicen que son de Brasil otros que son de Colombia, lo que tenemos claro es que tienen como objetivo destruir a toda costa nuestra región. —narró la líder.

—Entiendo.

—Bueno, ya basta de charla. —dijo la líder. —Charles, busca a todo el escuadrón de élite y reúne al escuadrón de la muerte.

—Enseguida, señora. —habló Charles para luego salir corriendo de la oficina.

—Ve a por tu armamento. —dijo ella mirándome. —Te lo darán en el edificio al lado de este.

—Enseguida.

Estaba por salir de la oficina, cuando ella me llamó para decirme una última cosa.

—Sé que eres de los nuevos, y no me parece muy justo que te mande a una batalla en la que podrías morir en tu primer día aquí, pero necesitamos toda la ayuda posible. —comentó ella con calma en su voz. —Yo me encargaré de notificarle a tu pareja que fuiste a una misión. Vete y lleva esto contigo, se lo debes enseñar a los guardias de la armería. No lo leas.

Tras haber dicho eso me entregó un papel que tenía algo escrito en él, luego salí de la oficina y tomé rumbo al edificio que estaba a la derecha de éste, al entrar, dos guardias que estaban del otro lado de la puerta me apuntaron con sus armas. Le entregué el papel a uno de ellos y, después de leer lo que decía el papel, le hizo señas al otro tipo para que bajara el arma, luego de eso, tomó su radio y notificó que llevaran a la planta baja, un chaleco antibalas, un fusil de asalto con varios cargadores y un cuchillo táctico.

Después de unos minutos de esperar, las cosas fueron traídas por un joven alto de cabello negro. Se me fueron entregadas y me explicaron que debía ir a la salida de la región lo antes posible.

Me coloqué el chaleco, tomé las demás cosas y salí corriendo hacia donde se me había dicho, al llegar al lugar, habían alrededor de 20 personas y 3 camiones militares con espacio suficiente para llevarnos a todos. A lo lejos pude ver a Tyrone, así que decidí acercarme hacia él.

—Hey, Chris. —dijo Tyrone. —¿Estás listo?

—Siempre lo estoy.

—Me alegra que digas eso, por cierto, no concuerdo con esto.

—¿Con qué? —pregunté confundido.

—Esto de enviar a un escuadrón completo y la mitad de otro para un lugar que fue atacado hace más de 6 horas. No es algo que ella normalmente haría. —dijo dudoso.

—La verdad yo tampoco lo veo como algo muy inteligente. —añadí.

—Si, no lo entiendo la verdad. —admitió. —Pero bueno, tendremos que estar atentos. Y más a esta hora, podrían emboscarnos ellos o hasta nos podemos topar con una manada de caminantes.

Caminando Entre Muertos Where stories live. Discover now