Capítulo 19: ¿Eres tú?

48 6 2
                                    

-Gra... gracias. -digo agitado. -Y buena puntería.

-De nada, Chris. -dice ayudándome a quitar el cuerpo encima de mi. -Chris debes estar más atento, me asustaste mucho, por un momento pensé que te iba a perder. -dice con los ojos cristalizados.

-Tranquila. -digo tratando de calmarla. -De ahora en adelante estaré más atento. No llores, estoy bien, no me perdiste, y nunca lo harás. -digo quitando una lágrima que se resbalaba por su mejilla.

-Esta bien. -dice calmandose. -¿Me lo prometes?

-Si, te lo prometo. -digo dándole una gran sonrisa.

-Entonces sigamos. -dice sonriendo de igual forma. -Debemos volver con los demás.

Caminamos por aproximadamente una hora, nos topamos con uno que otro caminante, pero esta vez no hubo ningún problema ya que ambos estuvimos más atentos (sobre todo yo).

-¿Cuánto falta para llegar a la carretera? -pregunta Aurixana cansada de caminar.

-No lo sé Aurixana -le digo por décima vez.

-¿Cómo estarán los demás? -pregunta ella.

-También me pregunto lo mismo. -digo.

Narra Gabriel.

-¡Cuidado! -digo gritando y jalando a Lukas del brazo al ver que la parte del camino donde estaba la camioneta se comienza a derrumbar.

-¡Chicos! -grita James.

-¡Debemos ir por ellos!  -grita María.

Yo me asomo por el borde del acantilado y veo como la camioneta cae, en cuestión de segundos la camioneta se pierde de mi vista. Las posibilidades de que sobrevivan son bajas, la caída era muy alta.

-Chicos, los perdimos. -digo tratando de aguantar las lágrimas.

-¡No! -dice James gritando y con lágrimas en sus ojos. -¡No están muertos!

-James calmate. -le dice María con lágrimas en los ojos.

-Lo... Lo siento. -dice calmandose mientras abraza a María. -Debemos buscarlos, no pueden estar muertos. -dice aún con lágrimas en sus ojos.

-James... -comienzo a hablar. -La caída debió haberlos matado, estaban muy alto.

Nadie dice nada, todos mantienes su mirada hacia el piso, acabábamos de perder dos grandes amigos, amigos que nos ayudaron en varias ocasiones. Elena lloraba por Sultán y por los muchachos.

-Debemos irnos. -dice Lukas rompiendo el silencio. -Ya no podemos hacer nada.

Nadie dijo nada, cada uno tomó lo poco que había caído de la camioneta y comenzamos a caminar. Mientras caminábamos noté que Lukas estaba muy pensativo, así que decidí acercarme a él.

-Lukas. -digo llamando su atención. ¿En qué piensas?

-Todo esto es mi culpa. -dice con la voz quebrantada. -Nada hubiese pasado si no hubiese ido tan rápido, debí caerle caso a James cuando me dijo que bajara la velocidad.

-No es tu culpa Lukas, no podíamos hacer nada contra...

-Si podíamos. -dice interrumpiendome. -Si no hubiese ido tan rápido hubiésemos tenido tiempo de frenar, Chris no habría fallado el primer disparo y justo ahora estaríamos todos en la camioneta rumbo a la siguiente ciudad. -dice haciendo  énfasis en "todos".


Lo pensé por un momento, y si tenía razón, James le había dicho que bajara la velocidad, pero él había hecho caso omiso a eso, sin embargo no puedo dejar que piense que es su culpa.

-Lukas, no es tu culpa. -digo tratando de calmarlo.

Lukas no me dijo nada más, sólo se quedó en silencio, me aleje de él, lo mejor era dejarlo sólo un rato. Seguimos caminando por un par de horas hasta que llegamos a un pequeño pueblo, entramos en la primera casa que encontramos, matamos sin problema alguno a los caminantes que habían ahí y decidimos descansar.

Narra Christian.

Aurixana estaba exhausta, al igual que yo, llevamos mucho rato caminando. Ya falta poco para llegar a la carretera, eso lo sé, lo presiento.

-Estoy... muy... cansada. -dice Aurixana en suspiros.

-Ya falta poco Aurixana. -digo. -No te rindas ahora.

-¿Queda agua?

-Sólo un poco. -digo revisando mi bolso. -toma.

-Gracias. -dice tomándose lo que quedaba de agua.

-Sigamos caminando .

Pasaron 20 minutos más y por fin habíamos llegado a la carretera.

-Al fin llegamos. -dice Aurixana sentándose en el pavimento.

-Si.

Sin embargo la tranquilidad no duró mucho, cuando me levanté para seguir caminando pude ver que una gran horda de caminantes se acercaba hacia donde estábamos nosotros.

-Aurixana levantate rápido. -digo nervioso.

-¿Porqué? ¿Qué sucede? -pregunta levantándose.

-Mira. -digo señalando la horda.

-Debemos irnos de aquí.

-Por el bosque. -digo tomando su mano y comenzando a correr.

Corrimos por unos 10 minutos hasta que llegamos a un claro del bosque.

-¿Llegará el momento en el que podamos estar tranquilos por más de un día? -dice recostandose en un árbol.

-Espero que si. -digo.

Ella se levantó y caminamos por unos minutos más.

-Mira. -digo señalando una gran casa.

-¿Qué esperas? -dice. -¡Corre!

Comenzamos a correr hacia la casa. Era una casa bastante grande, color azul oscuro. Cuando llegamos abrí la puerta y entramos en ella. Nos sentamos en unos muebles que habían ahí a descansar un rato.

-Revisemos la casa. -dice Aurixana.

-Okey.

Revisamos la sala y no había nada, luego revisamos la cocina, allí encontramos comida y agua. Después revisamos las habitaciones que habían en ese piso, encontramos algunas medicinas, pero sólo eso, nada más. Después subimos al segundo piso, encontramos lo mismo que en el piso anterior.

-Deberíamos ir a dormir. -digo viendo mi reloj. -Mañana saldremos a buscar a nuestros amigos.

-Está bien. -dice bostezando.

-Tu duerme en ese cuarto. -digo señalando una de las puertas del segundo piso. -Yo dormiré aquí.

-Está bien, buenas noches Chris. -dice dándome un beso en la mejilla y un abrazo.

-Buenas noches, Aurixana. -digo correspondiendo al abrazo.

Ella se fue a su habitación y yo a la mía. Un par de minutos después de haberme acostado me dormí.

Los rayos del sol me comienzan a pegar en los ojos, los abro lentamente y me siento en la cama, miro mi reloj, son las 8:01am, decidí seguir durmiendo. Cuando acosté mi cabeza nuevamente en la almohada escuché un grito muy fuerte.

-Aurixana. -me digo a mi mismo para después salir corriendo a su habitación.

Al llegar a la habitación abro la puerta y veo a una chica de unos 16 años apuntando a Aurixana.

-¿Qué haces en mi casa? -pregunta la chica gritando.

La chica voltea a verme apuntandome con el arma. Esa cara, esos ojos, esa voz... es...

-¿Hermana? -pregunto dudoso y con lágrimas en los ojos. -¿Eres tú?

Hola, espero les haya gustado este corto capítulo, el próximo será más largo, recuerden votar y comentar.







Caminando Entre Muertos Where stories live. Discover now