-Te divierte?- sueltas cuando acomoda los cordones.

-Es algo que no puedo evitar, es sufrimiento merecido- responde él- mi ideal es proteger su integridad hasta el final, pero si usted misma elige pasar por esto, no puedo hacer nada, oh, su vestido también esta mal.

Te encoges cuando su mano se acerca, sientes la tela de los guantes acomodando las costuras  del vestido gris.

-oh esto se ve mal -dice el de pronto, antes de que pudieras decir algo, Sebastian toca piel amoratada.

Maldices millones de veces para tus adentros ante en dolor, las lágrimas amenazan con salir pero el orgullo las detiene.

Sebastian sonríe como si aquello hubiese sido lo mas divertido del mundo, tomando toda la fuerza que te quedaba, le das un puñetazo en la cara.

Al bajar de nuevo a la cocina Irene alza las cejas al ver la marca roja en el rostro del mayordomo "No quiero saber" puedes leer en todo su rostro.

~•~

La mañana siguiente pintaba para ser un día frío, bajas las escaleras usando un abrigo largo, tus huéspedes de improviso se habían adaptado bien a los lugares comunes del edificio, las mujeres ayudaban en la cocina y la casa mientras los hombres habían estado ayudando a el resto de los trabajadores en la limpieza de lo que quedaba de su campamento, Malic te había asegurado que no se quedarían mas de 3 días y al parecer cumplirían.

Buscas a Sebastian con la mirada pero no hay señales de su presencia, te alejas de la casa hacia los jardines reconstruidos.

Las flores se movían lentamente con el aire mientras caminabas entre ellas, el rocío de la mañana aún las cubría y el sol las hacia centellear.

-Hey!-escuchas tras de ti la voz familiar del hijo de Malic que te saluda agitando la mano. Parpadeas un par de veces al ver a aquel chico acercarse a ti, en realidad nunca te habían dicho "Hey".

Le regresas en saludo subiendo la mano derecha un poco.

-Pensé que todos estaban ocupados esta mañana- dices en cuanto te alcanza.

-Lo están, pero me han mandado de regreso - él alza la mano mostrándote un largo y profundo corte, aún así él sonríe.

Aquel joven de piel canela tenia algo que simplemente se sentía bien, su energía y vitalidad te recordaban a Irene o a un cachorro labrador, pero en ese sentido eran básicamente lo mismo.

-Y dime- exige al alcanzarte- de que país eres princesa? O eres una duquesa? Que tipo de "esa" eres?

-Ninguno-ríes- los títulos nobiliarios sólo sirven para gastar mas tinta en tu nombre.- agitas la mano desestimando tus palabras.

-Entonces tus padres deben ser comerciantes, no?

-Lo eran, comercio con china y la india- por fin llegas al la banca suspendida que estaba a en el mismo lugar que hacia años.

-Eran? Se retiraron?- Gideon se sienta junto a ti intentando no mover demasiado el columpio.

-Murieron hace un mes- respondes con relativa tranquilidad.

El silencio incomodo se hace presente, definitivamente socializar fuera de los negocios tampoco era lo tuyo.

-Fuiste valiente la otra noche- dice sin mirar- yo estaba ahí cuando distrajiste a esa cosa, casi atrapa a mis hermanos, tal vez los hubiese matado de no ser por ti.

Miras al joven gitano, aquel agradecimiento era por mucho mas sincero que el de su padre.

-Hubieran echo lo mismo si nos hubiese pasado a nosotros... Creo...

Gideon ríe escandalosamente, es fácil hablar con él después de eso. Es realmente encantador, habla sobre nos lugares que visitó en sus andanzas familiares y cuando viajo solo durante un año, ese chico había vivido tantas cosas y apenas era un año mayor que tú, pasaron varias horas sin que lo notarás.

-Creo que te estarán buscando- dice él después de reír- Regresemos, espero no encontrar a mi padre, a veces creó que ya perdió la habilidad de notar cuando alguien quiere que te calles,  sabes a veces me gustaría irme lejos y no volver a escuchar sus historia  - Gideon a guarda silencio- yo quiero decir, bueno, no son tan terribles yo...

-Entiendo- le detienes- solía pensar lo mismo.

Gideon te ofrece una rosa del jardín con un listón purpura atado en forma de moño.

-Cuando tomaste eso?- preguntas mirando el obsequio.

-Soy rápido con las manos- te guiña un ojo y te sonrojas sin saber por que.

De nuevo los ojos verdes se clavan en los tuyos, casi puedes sentir el rose de sus dedos sobre tu rostro pero te aterras al ver que una mano enguantada lo sujeta.

Miras hacia arriba encontrado a Sebastian realmente enojado mientras tu acompañante se quejaba de dolor.

-Le agradecería que no tocara a la señorita- Sonríe el demonio con fingida amabilidad sin soltar al moreno- sus familiares están buscándolo desde hace unos minutos, regrese con ellos antes de que ellos tengan algo de que preocuparse.

Sebastian suelta la mano del chico que lo mira asombrado, sin más, Gideon se aleja del jardín con paso firme y rápido.

-Donde se a metido toda la mañana?- sonríe el demonio de manera felina- no debería confiar tan fácilmente en ese tipo de personas.

-Es curioso que tú me hables de personas malvadas- por algún motivo el corazón te dolía, querías alejarte de él en cuanto pudieras.

-Los humanos solo buscan dinero y poder- Sebastian camina un paso tras de ti- los humanos son predecibles.

-Olvidaba que solo se interesan en mi ese tipo de personas, incluso tú sólo buscas mi alma- enfrentas los ojos carmesí que se fijan en ti al detenerte, siempre te observaban con fascinación.

-Parece que no lo a entendido por completo señorita- los labios de Sebastian se curvan ligeramente- cuando tenga permitido tomar su alma será parte de mi para toda la eternidad- Sebastian se acerca y toma tu rostro entre sus manos con cuidado- esa es la manera en que los demonios amamos, yo la amo sin importar cuán confundida esté al respecto, incluso si nunca me dedica una sola sonrisa, sólo la necesito a usted y nada más.

"LA VENGANZA DE LAS ROSAS" Sebastian Michaelis y tú.Where stories live. Discover now