Él

39 12 0
                                    

Miedo.

Desesperación.

Enojo.

Tristeza.

Incertidumbre.

Culpa.

Desconcierto.

Tantas palabras con las cuales podía lograr expresar lo que estaba sintiendo en este momento, pero, aun así, no había forma de que una pudiera encasillar completamente lo que estaba experimentando en el interior de mi corazón.

Volví la vista al celular y releí nuevamente el mensaje que me había acabado de llegar. Sentía como si hubiera entrado en un trance, el cual no me dejaba pensar ni hablar. Era como si cualquier acto coherente que pudiera llegar a realizar se hubiera esfumado de mi cuerpo y me dejaran en un modo en el cual no podía hacer más que mirar a la pantalla de mi celular.

Mire hacia mi alrededor y note como seguía igual. Las personas hablaban animadamente mientras tomaban sus cafés u otras cosas. Como si todo estuviera perfecto. Como si pareciera que no acababa de llegarme un mensaje que decía algo que, tenia muy en claro, iba a cambiar mi vida de una forma tan brusca como dolorosa.

Era como si todo siguiera su curso normal, pero, no era así.

Sentí como mi mundo se había detenido, pero al ver a mis costados, noté como este en realidad seguía su trascurso normal.

Una pequeña niña con unos hermosos rizos rubios me observo confundida y le digo algo a su madre. Ambas me miraron por unos segundos, hasta que la mujer se levantó, junto a la pequeña, y se acercaron a mí.

—¿Se encuentra bien señorita? — Me pregunto con un tono amable y a la ves preocupado en su voz.

No respondí. Solo la mire a los ojos y me quede quieta en mi lugar. No se cuanto tiempo paso, pero cuando al fin me di cuanta de que acaba de leer en mi celular, las lagrimas de mis ojos fueron inevitables.

Sentí como todo mi mundo se había venido abajo. Como si todo lo que había construido hace años, se hubiera ido al carajo, en centésimas de segundos.

Nada de eso importaba.

Ni mi trabajo.

Ni mis viajes.

Ni todo el dinero del mundo que podía ganar por tan solo dibujar esas "obras de arte" que todos aclamaban.

Nada de esto iba a poder sustituir y llenar el vacío que se había impuesto en mi pecho.

Todo eso era inservible y sin valor alguno en este momento.

Nada a mi alrededor podía tener algún tipo de valor, cuando lo que para mi era sumamente valioso ya no estaba aquí.

Él ya no estaba aquí.

Y nunca más lo iba a estar.

Y no fue porque la maldita vida quiso llevárselo de aquí, por lo caprichosa que es.

No.

No, fue así.

Fue porque él había decidido irse. Solo él había decidido suicidarse para acabar con aquel dolor tan fuerte había estado sintiendo. Y aunque quisiera que me haya escuchado y se haya quedado a mi lado...

Él no lo hizo.

Y la decisión ya había estado tomada.

Y no había nada por hacer.

Ya no había forma de revertirla. 




Hola, chicos. ¿Cómo están?

Hace ya mucho que no publicaba aquí y hay varias razones para eso. Fue un mes muy cansador con los exámenes y cierre de trimestre, etc. Por eso estuve tan inactiva por aquí. Pero, por fin, estoy en vacaciones de verano y ya tendré mucho más tiempo para escribir. 

Cambiando de tema, justamente para volver aquí decidí publicar este relato que toca un tema muy sensible, el cual es el suicidio. Espero que ninguno de ustedes allá tenido que atravesar por una situación como esta, pero en lo que, a mi concierna, últimamente este tema ha estado muy presente en mi vida y no vi mejor forma de poder descargar un poco de lo que me estaba pasando escribiendo esto. Lo único que les pido de este lado de la pantalla, es que, si están atravesando una situación la cual los esta lastimando o los hace pensar en el suicidio como única medida de salida, lo hablen. Ya sea con un amigo, un familiar, profesor, etc. Pero háblenlo, es la mejor forma de poder salir de esto y comprender que no esta todo tan perdido como parece que lo estuviera.

Eso es lo que les quería contar y pedir. Se que no soy nadie para pedirles algo, pero al menos me gustaría si, de casualidad, hay alguien que lee mi historia que atraviesa por una situación como esta, no dude en contárselo a alguien y pedir ayuda.

No quiero alargar más esta nota, así que, les recuerdo que a partir de ahora estaré mas activa y espero que no leamos pronto.

Con mucho amor, Karu.



Relatos del corazónWhere stories live. Discover now