Te amo

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Aquella noche de verano, donde el tiempo parecía haberse detenido, gracias a las llamas de aquel beso infringido.

Tus ojos anhelaban ser consumidos por el bello ardor del infierno que desprendía mi ser.

No mentiré, asustado me sentí al ver que miedo hacia mí ya no había en ti.

Tan solo en esos segundos comprendí, que el peso de aquellas palabras que habías dicho con tanta simplicidad.

Tomaban un significado que no podría llegar a expresar.

Dos simples palabras llegaron a derribar, aquella muralla que tanto había tardado en fabricar.

Sentí miedo, desesperación y hasta dolor.


Relatos del corazónWhere stories live. Discover now