Conexión inesperada

80 40 20
                                    

Todos tenemos sueños.

Algunos desean ser astronautas, otros ser unos viajeros empedernidos o el simple anhelo de tener una familia.

Yo, por mi parte, soñaba con algo... Un poco diferente.

Mi sueño siempre había sido tener una historia de amor épica.

¿Un poco cliché? Puede ser, pero que podía decir, ese era mi sueño.

Desde pequeño recuerdo cuando mi padre me leía cuentos en donde los protagonistas expresaban lo afortunados y completos que se sentían al encontrar a su amor verdadero.

Obviamente con los años fui dándome cuenta que el amor propio era más impórtate que el deseo de encontrar a alguien con quien vivir una aventura sin precedentes.

Y como cualquier sueño de un niño inocente, con el paso de los años se fue apagando aquella llama que le daba vida... Hasta que te vi.

Tan solo me costó un simple apretón de manos para que aquella llama, que había desaparecido años atrás, volviese a prenderse de una forma tan abrumadora y electrizante, que me dejó atónito, con aquel roce de tu piel con la mía.

Pensé que había sido solo una alucinación. Pero no. Cuando levanté mi rostro y vi como tus mejillas se tornaban de un hermoso color carmesí, entendí que esa electricidad tan asombrosa, no había sido una alucinación, sino que, todo lo contrario.

Fue el primer paso que dio origen a algo que no comprendíamos y que tampoco buscábamos comprender.

Una vez había escuchado por casualidad a un viejo hombre decir:

«Cuando un sentimiento nos aborda, sin que nos demos cuenta, es imposible describirlo. Es como si todo lo que se puede considerar coherente en esta vida, perdiera valor y tan solo quedara la hermosa discusión de: ¿Qué es lo que siento? Aquella bella pregunta nos puede costar toda la vida responderla, pero cuando al fin tengamos la respuesta, entenderemos que habrá valido tener aquella duda hasta el final de nuestros días»

Aquel hombre tenía razón, mucha razón diría yo, porque era así como me sentía.

Tan solo con esa hermosa sonrisa que cada mañana me regalabas, era capaz de sobrevivir hasta a la peor de las tempestades, solo para llegar a nuestro "hogar" abrazarte y demostrarte lo suertudo que era por tenerte a mi lado.

Porque al contrario de lo que pensabas, tú habías sido la mejor forma de demostrarme que los sueños si se cumplen.

Ya que luego de haber dejado de pensar en aquel absurdo sueño que había tenido de pequeño, sin darme cuenta, el destino me había puesto a la persona con la que siempre había querido vivir aquella hermosa y única historia de amor en mi camino.



Relatos del corazónWhere stories live. Discover now