Capítulo 67.

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Evolet.

Lo único que recuerdo cuando llegue de la casa de Kaesy fue la cara de alivió de mi padre y Versek como también una noticia que rompió por completo todos mis planes.

Llegue decidida a todo para estar a su lado, a luchar por ese alguien que me hace feliz, que sin pensarlo y sin ser planeado de un día para otro fue poco a poco adueñándose de mis pensamientos, sueños, suspiros, imaginaciones, de mi corazón y mi alma. Sin darme cuenta hasta que ya era muy tarde, tarde porque sin planearlo y darme cuenta me dejaba llevar por los ideales de las demás personas, ideales que creía que eran míos que tenía que cumplirlos a como diera lugar.

Tal vez me deje llevar por el momento, por fin saber quien y que soy, tal vez fueron los nervios de defraudar a mi nueva familia o tal vez no quería ver lo que sucedía a mi alrededor por miedo a saber la verdad, misma verdad que en todo ese tiempo hasta ahora me negaba a aceptar porque quería seguir adelante con los planes de los demás. Sin embargo hay veces que es bueno volver al pasado para poder aceptar tu presente y tú futuro, no me mal entiendan no me arrepiento de nada porque sabía que era lo que estaba haciendo en esos momentos y escogía el camino que a mi parecer sería menos difícil, regrese al pasado con mi único y mejor amigo Kaesy, después de que le mostré las pruebas para que me creyera literalmente regresamos al pasado, pasado en donde aún no existía Dren, la Marina, Versek o incluso mi padre, un pasado en donde todo era más sencillo para alguien como lo era yo y fue ahí en donde descubrí que sin importar que pase en el futuro jamás me arrepentiré de lo que hice en el pasado, después de todo todas esas acciones me llevaron a conocer a Dren.

Recuerdo que hace unos momentos lo único que tenía en la mente era encontrar a Dren hasta por debajo de las piedras, quería encontrarlo lo más rápido posible para decirle que nunca me casaría con alguien que no fuera él y que a pesar de que si el no sentía lo mismo por mi yo nunca dejaría de sentir esto por él.

Pero creo que el karma no esta de mi lado ya que cuando le pregunté a mi padre que en donde estaba Dren lo único que me con resto fue un: se fue reclutado.

En ese momento se me vino el mundo encima, me tambaleé un poco, quería llorar, gritar reír y morir al mismo tiempo, quería retroceder el tiempo para poder hablar con él.

Y ahora que literalmente me sedaron y encerraron en una habitación que sólo tiene de salida una sola puerta, dijo mi padre que cuando acomodada bien mis ideas me sacaría de ahí, que era por mi propio bien y que ya él después hablaría con migo acerca de lo que le quería decir a Dren y a él.

Y la verdad no lo culpo por hacerme esas dos cosas después de todo cuando me recupere un poco de la noticia que me dio mi padre quería salir a como diera lugar de la guarida para salir en busca de Dren, la verdad no creía que fuera muy difícil encontrarlo porque tengo su olor guardado muy bien en mi memoria un olor que sólo él tiene, pero no es ningún perfume ni nada por el estilo es su olor que desprende cada vez que palpita su corazón, es un olor fresco y cítrico, casi me recuerda a mi perfume de Polo 1 si no es por una nota muy tenue de vainilla que también se agrega a la mezcla y juntos hacen estallar mi sentido olfativo.

Y bueno, en conclusión a todo esto que me acaba de pasar en menos de un día tengo unas enormes ganar de pelear con alguien, volar hasta ya no poder más e incluso tengo ganas de nadar hasta lo más profundo del océano y perderme en su oscuridad total.

Estoy ahora acostada en el suelo perdiéndome en mis pensamientos cuando escucho que alguien toca la puerta.

-¿Quien es?

-Soy yo ama, Versek.

-Entra.

Abre la puerta, entra y cuando la cierra detrás de si se queda callado un momento.

-¿Que era lo que me querías decir?-pregunto un poco desesperada.

-Venía a ver como se encontraba- dice pensando las palabras un poco.

-¿Hablas de que si ya se me paso la loquera?

-Sí, quiero decir, no ama. - Me rió un poco por lo bajó y cuando terminó le digo a Versek - Vamos, sabes que no tienes que estar así de cayado conmigo y sí, ya se me bajo la loquera.

-Que bien- me dice sonriendo -Entonces si gustas podemos empezar con tu entrenamiento.

-Pero por supuesto que si-le digo al mismo tiempo que me incorporó del suelo-.Tengo que relajarme un poco.

-Pero presupuesto, entonces si gustas podemos empezar por intentar convertirte en un Dragón o una gárgola.

-Me parece perfecto-le digo sonriéndole de una manera muy infantil.

Dren.

Nunca creí que este día llegará tan rápido e inesperadamente.

Todo comenzó después de que Evolet se marchará, todo el mundo se puso como loco buscándola, incluyéndome por supuesto, después de buscarla en vano, hasta incluso Versek que aseguraba que no sabía nada de ella y que su vínculo con ella no servía en esos momentos, llegó el coronel Simur volando en forma de gárgola muy agitado y con una noticia que cambiaría el destino de todos los reclutados.
-Ya están terminando de alistar todo para la guerra, la Marina mandará sus tropas en la madrugada.

Aún me resuenan en la mente esas palabras que pronunció el coronel antes de que el padre de Evolet empezará a decir órdenes a diestra y siniestra a quien viera primero.

Y bueno, como ya me había en listado al reclutamiento fui uno de los primeros en salir de la guarida para interceptar a las tropas de la Marina en el camino, claro esta que salimos con el equipo adecuado como metralletas, pistolas, navajas y otras cosas que ni yo que estaba en la Marina se que son, estaba preocupado porque no sabía usarlas y me dieron una pero prometieron que en el camino me enseñarían como usarla.

Por supuesto no salí con mucha felicidad de la guarida, más bien estaba triste por no poderme despedirme de Evolet, decirle lo que sentía por ella ó por lo menos verla por última vez.

Sin embargo mi único consuelo que ahora tengo y que hace que no me sienta tan triste es que le deje a Evolet un cuaderno en donde le narraba todo lo que pensaba y decía desde el primer día que me enteré de su existencia acompañado cada día que narraba con una frase que me hacía pensar en ella y si no regresó, me gustaría que guardará ese cuaderno para que me recordará cada vez que quisiera y por lo menos poder estar con ella en sus recuerdos. Y si es que por cuestiones del destino y regreso con vida de la guerra pueda decirle personalmente lo que siento por ella y si me lo permite, y esta de acuerdo poder pasar el resto de mi vida a su lado.

Alas de ángel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora