Pheebs.

2 0 0
                                    

Después de todo lo que había pasado con John, Phoebe sintió que su mundo se desmoronaba en un pestañear. Estuvo sin comer, sin ducharse, sin levantarse de la "cama", si es que así se le podía llamar al saco que usaba cada noche, e incluso casi sin dormir por más de cuatro horas seguidas. Siempre despertaba entre gritos, lágrimas y sudor. Lo extrañaba demasiado, lo había convertido en su sustento, era como su sol, ella giraba y se movía únicamente en torno a él.

Parecía que nunca iba a poder volver a su vida "normal". Los días pasaron, el hambre hizo que su cuerpo se moviese por inercia. Debía comer algo o moriría, y aunque aquella no parecía mala idea en aquel momento, no quería pasar sus últimos días en esa pocilga.

Débil y a regañadientes, se levantó. Pronto irían a desalojarla por no pagar el arriendo, definitivamente no podría haber caído más bajo. Era obvio que el amor era una simple porquería que la había hundido hasta hacerla perder el control de su vida e incluso las ganas de seguir adelante.

Las personas que la conocían fueron durante ese tiempo de gran ayuda, al ver lo demacrada que estaba, robaron comida y dinero para ella, sin pedir nada a cambio ¿Era así como las personas buenas de alma se comportaban? ¿Quizás eran ángeles? La sacaron de la miseria en la que estaba y la devolvieron a la normalidad, desde donde ella tendría que seguir esforzándose por sí misma.

Aprendió que de amor no se podía morir, que nunca más dejaría que nadie la arruinara de esa manera, que no se dejaría volver a vencer por semejante estupidez. Y siguió caminando, siguió avanzando. Y sí, tal vez estaba rota después de tanta mierda, pero se tenía a sí misma y eso era todo lo que necesitaba.

Desahogos de madrugada.Where stories live. Discover now