Primera parte: Persephone.

31 0 0
                                    

Deméter, su madre, era hermana de Zeus y había sido una de sus tantas amantes, y era ella la única hija de la diosa de la agricultura. La joven Persephone era bella, despreocupada y distraída, poseedora de una buena alma y siempre dispuesta a ayudar a su madre en lo que pudiese.


Sucedió precisamente un día en que estaba paseando y recogiendo flores. Hades, el dios del Inframundo, la observó desde su trono, quedando cautivo con su hipnótica belleza. No dudó ni siquiera un segundo en convertirla en su esposa. La chica sintió la tierra temblar bajo sus pies descalzos cuando una grieta lo suficientemente ancha y larga se abrió justo frente a su persona y de ella, brotaron caballos negros infernales llevando un carruaje dirigido por Hades. No tuvo tiempo para reaccionar cuando el Dios ya la había tomado entre sus brazos y regresaron juntos a su palacio subterráneo.


Los días pasaron y Deméter cada vez se desesperaba más. Su hija no regresaba a casa y aunque había preguntado a cuanto hombre y Dios se cruzaba en su camino, nadie era capaz de decirle en donde se encontraba.


Enfurecida por la situación, la Diosa quitó todos sus privilegios a la tierra, dejando a los humanos sin comida y totalmente secos, ocasionando que comenzaran a morir de hambre.Solo cuando Zeus intervino y logró encontrar el paradero de Persephone, la ira de Deméter disminuyó un poco. Por medio de su mensajero, Hermes, Zeus pidió a Hades liberar a la joven, mas, por temor a la venganza, el Dios de los muertos ideó una estrategia. Antes de la partida de la chica, le ofreció un grano de granada, el cual ella, de buena voluntad, aceptó. Dicen las reglas del infierno que no importa quien sea, hombre o Dios, si comes algo de ese mundo, estás atado a él por toda la eternidad. Cuando intentó regresar con su madre, simplemente no pudo salir. Para evitar la cólera de Deméter, Zeus propuso un trato entre todos, en el que Persephone sería capaz de visitar a su madre cada seis meses, y pasaría en el infierno los meses restantes. De esta manera, cuando la hija visitaba a su madre, esta era feliz y abundaban los frutos y las flores, creando la primavera y el verano, mientras que cuando se encontraba en el Inframundo, las flores se secaban y la tierra entristecía, provocando el otoño y el invierno.


A pesar de esto, Persephone no era feliz, jamás quiso ser esposa de nadie, mucho menos del que era su tío. Además, tenía que cumplir con los roles impuestos de una esposa, lo cual no le resultaba para nada agradable.


Los siglos pasaron y todo se mantuvo de esa forma. Fue capaz de ver toda la evolución que tuvieron los humanos, cómo crearon la robótica, cambiaron su forma de vestir, de comportarse e incluso sus idiomas, hasta que llegó un momento en el que no aguantó más. Se lanzó a las llamas que usaba Hades para torturar almas y se suicidó en el fuego.


En aquel momento, su alma quedó vagando en el limbo, no fue capaz de ir con los ángeles ni tampoco regresó al infierno, simplemente quedó ahí, sola y abandonada por lo que ella suponía sería otro resto de eternidad. Nunca esperó que una bebé fuese capaz de captar su alma, hasta que sucedió.

Desahogos de madrugada.Where stories live. Discover now