52. En el juego llamado «vida» sigo siendo la pelota

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—Sí. Quiere hacerle justicia a tu padre. Pensé que con el tiempo tú querrías lo mismo. Sin embargo las habladurías suponen que... —La mueca de Rodwell deja entrever que espera que yo solo concluya qué es lo que suponen las habladurías.

Que me acuesto con Ivanna.

—Y lo entiendo —continúa—. Ivanna es impresionante. En su momento también lo intenté —ríe—. Eres afortunado.

«En su momento también lo intenté». ¿Acaso piensa que con decir eso esto mejorará?

—El problema entre el padre de Ivanna y mi padre...

—Afectó la situación de tu familia desde su muerte —termina Rodwell por mí, suponiendo mal qué iba a decir—. Tenían una hipoteca.

—Que usted solventó —recuerdo. Mi madre me lo dijo la última vez que platicamos.

—Por la forma en la que se marchó tu padre de Doble R no tuvo indemnización. Si hace mejor a tu orgullo, tómalo como el pago de una deuda.

—No se trata de orgullo, señor Rodwell —Mi tono una vez más es de enfado—. Por donde lo vea estoy sobre una gran mentira. Desde que entré a Doble todo para mí es confusión. Y estoy cansado de que me traten como un niño por no entender.

—Tienes tus principios intactos.

—Pero mi mamá estuvo de acuerdo en ponerme en esta situación.

—Como ya dije: creyó que con el tiempo querrías vengar a tu padre, que no caerías ante los encantos de Ivanna. Te consideraba...

—¿Listo? —río, pero todo dentro de mí quema. Mi madre se prestó a este juego.

—Pero yo soy hombre y sé que Ivanna es imposible de ignorar. Aun así, siéntete en buenas manos, estás aprendiendo mucho con ella. La mayoría de ejecutivos comenzaron como asistentes. Llegará el día en que tengas tu propia cartera de clientes.

Sigo sin mostrarme conforme.

—Luca, yo no le robé la empresa a Ivanna —dice Rodwell para defenderse.

—Cierto. Fue a Babette.

—Ah, conociste a Babette. Ivanna te puso al tanto de todo ya. Lo suponía pero me lo acabas de confirmar.

—¿No tiene remordimientos?

—Mi estimado Luca, hasta ahora solo has escuchado la versión de Ivanna y desde tu primer día aquí te hice ver que ella está equivocada.

—Usted apostó que Lobo no llegaría a la iglesia —le echo en cara.

—Ah, también te dijo eso —El humor con el que Rodwell lo toma solo me enfada más.

—¿Es mentira?

—No. En Doble R amamos las apuestas, las competencias, tú has sido testigo. La misma Ivanna es competitiva. Al igual que nosotros está en su ambiente.

—Juegan con ella.

—Y ella con nosotros. Ivanna es parte del juego, Luca. No es una blanca paloma. No es nuestra víctima.

¿Le inventan cosas, la reprueban y la critican pero no es víctima?

Me siento más erguido.

—Sobre lo de Club imperial, a ella no le interesa esa cuenta. Está detrás de algo más importante —digo a petición de Ivanna. Es su contra jugada al plan «caballo de Troya».

—¿Te dijo qué?

—No. Pese a lo que usted pueda llegar a pensar, aún no confía en mí del todo.

El asistente ©Where stories live. Discover now