El Maestro Del Tiempo 2.

"MI VIDA ANTE MIS OJOS"

– No es mi culpa que en mi realidad las cosas se hayan dado de otra manera, ahora devuélveme ese llavero por favor.

Pero Jonh seguía en el piso, el aire no le llegaba del todo a los pulmones, le raspaban sus propios labios ásperos.

Por otro lado, en la parte de abajo del edificio el caos se intensificaba más y más, un estallido de cláxones, ambulancias, gritos, autos acelerando a toda velocidad y palabrotas eran la constante. Toda la ciudad ya se había percatado del gigantesco agujero de gusano que se había formado sobre sus cabezas y todos intentaban huir de ahí o casi todos, por el lado positivo la atención se había desviado de ellos, es decir por los cadáveres que habían caído desde lo alto del edificio hasta el piso, todo el mundo estaba vuelto loco, cientos de miles de partículas de polvo, piedra y basura se elevaban hacia aquella cosa negra que parecía tragarse todo.

En la mente de Gleen solo se dibujaba la muerte, no había más carreteras para él, parecía que todo lo que tocaba lo echaba a perder, por momentos dudaba de no haber tomado la decisión correcta, quizás lo mejor hubiera sido entrar a través de ese portal de luz que le ofreció aquella presencia echa de pura energía minutos antes, pero si Jonh Gleen algo sabia del destino es que una vez que tomas una decisión no hay vuelta atrás. Entonces se puso de pie para tomar aliento, con los ojos escocidos de sudor polvo y lágrimas, se limpió con la manga de la sudadera y permaneció así, inmóvil intentando recobrarse durante lo que parecieron varios minutos, sin oír otra cosa que su respiración dificultosa que venía de su interior y a pesar de que eran ya poco menos de las 6 de la tarde la ciudad ya estaba en total penumbra y aquel agujero de gusano seguía creciendo.

- Debemos detenerlo, ayúdenme por favor.

Los dos Jonh del futuro se miraron mutuamente, después de todo sabían que su historia terminaba ese día, a esa hora, en ese mismo año, bueno, la historia de ellos y de toda la humanidad.

- El viejo Jonh vio algo en ti que no nos dijo, es por eso que sin dudarlo sacrifico su vida quitándote dos enormes pesos de encima, al coronel Jackson y al grandulón. Eso es más que suficiente para que también te ayudemos. – Dijo esta vez la versión mayor de Gleen, el de barba de leñador. Después agrego – Intentaremos parar a ese bastardo. – Dijo señalando al cielo.

El joven viajero del tiempo no supo si su contra parte se refería al agujero de gusano o a dios mismo, sin embargo, no le dio mucha importancia, estaba más preocupado en saber cómo detener algo que el mismo había provocado.

– ¿Y cómo haremos eso? – Se aventuró al fin a preguntar.

- Quizás y solo quizás, si los tres juntos unimos nuestra energía podríamos neutralizarlo. En física un agujero de gusano es un gigantesco cóctel de partículas cuánticas, las mismas que conforman el tiempo y el espacio.

- Eso no me dice mucho.

- Por favor déjalo hablar. – Pidió Gleen a su versión más joven.

- Las ecuaciones de la relatividad general de Einstein nos dicen; que un agujero de gusano esencialmente consiste en un atajo a través del espacio y el tiempo, este tiene por lo menos dos extremos conectados a una única garganta, a través de la cual podría desplazarse la materia "en este caso dos de nosotros" uno en cada extremo y el tercer solo brindando el entorno correcto.

- ¡Imposible! La fuerza de gravedad del agujero de gusano tragaría inmediatamente a todo lo que se encuentres cerca de sus bordes momentos antes de que se cierren, sería un suicidio.

- ¡Exactamente! No dije que sería fácil. Recuerden que su fuerza de atracción es tan grande que ni si quiera la luz misma es capaz de salir de aquel monstruo negro