Sus pies descalzos, cubiertos solo por calcetines, tocan el suelo frío y se ponen en movimiento por sí solos. Sortean los obstáculos tirados por el suelo, consecuencia de compartir habitación con Amy la Gorda, y baja las escaleras sin hacer ruido alguno.

La casa está sumida en el más absoluto silencio, y su agitada respiración zumba en sus oídos como el rugir de una cascada. Frente a sus ojos, su mano tiembla cuando la alarga para empujar la puerta entrecerrada de la habitación de Chloe.

Puede entrever la figura de su mejor amiga bajo las mantas, iluminada por la pobre luz que se cuela por los bordes de las espesas cortinas. Su corazón late contra sus costillas con la fuerza de un martillo hidráulico con cada paso que da hacia el interior de la habitación.

Vuelve a cerrar tras ella y va tan centrada en acercarse a Chloe lo más rápido posible que no ve el bulto oscuro que se interpone en su camino. Su pie se engancha en una tira de tela rasposa y Beca tropieza, golpeándose el hombro con la cómoda con un golpe seco.

A su espalda, escucha el frufrú de las sábanas cuando Chloe se mueve bajo ellas. Beca agita el pie frenéticamente hasta que lo libera de su presa y se gira sobre la alfombra a tiempo de ver a la pelirroja alzarse sobre un codo y alargar una mano hacia la lámpara de su mesilla.

La habitación se ilumina con una suave luz anaranjada que aún así ciega a ambas Bellas, acostumbradas a la oscuridad de la noche. Ambas parpadean, y Chloe parece ser la primera en recuperarse.

Sus ojos son pequeños por el sueño y están ligeramente desenfocados por no estar del todo despierta. Sus mechones pelirrojos están recogidos en una trenza deshecha casi en su totalidad después de haber dado vueltas y vueltas sobre las almohadas.

El corazón de Beca se encoge de forma dolorosa y se le forma un tenso nudo en la garganta.

- ¿Beca? – inquiere Chloe en un susurro. Su voz suena ronca y profundamente confundida –. ¿Qué haces aquí? ¡Me has dado un susto de muerte! – sisea.

La morena convierte ambas manos en puños por dentro de las mangas de su sudadera cuando la expresión utilizada por Chloe hace que un flash de recuerdos de su sueño la asalte tras sus párpados.

- ¿Beca? – presiona Chloe, ahora más preocupada que confundida.

Se sienta en el colchón y hace el amago de alargar una mano para tocar a la morena, pero se detiene a medio camino. Ladea la cabeza, dubitativa, como si se estuviera preguntando si Beca está realmente despierta o está caminando sonámbula.

Beca da los últimos pasos hasta llegar al borde de la cama y mira fijamente a su mejor amiga, recorriendo cada curva de luz y sombra de su rostro para guardarlo para siempre en su memoria.

Quiere recordar las nubes somnolientas que enturbian sus ojos azules. Quiere recordar la línea de sus labios cuando están en descanso. Quiere recordar la longitud exacta de la cicatriz que marca su frente. Quiere recordar el número de pecas que cubren su nariz y pómulos.

Quiere que esos recuerdos quemen la imagen que tiene ahora de Chloe por culpa de su pesadilla. Quiere dejar de ver su expresión de pánico y su cuerpo recibiendo el impacto del coche cada vez que parpadea.

Tiene miedo de cerrar los ojos por lo que le espera en la oscuridad.

Nunca había sido tan consciente de su mortalidad como esta noche, pero no es eso lo que le asusta. No, lo que hace que su cuerpo se paralice de miedo es pensar en que, durante unos minutos, había perdido a Chloe.

Era una pesadilla, pero era tan real.

No le preocupa su mortalidad, le preocupa la de Chloe.

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⏰ Ostatnio Aktualizowane: Nov 21, 2019 ⏰

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