Saga: Las Crónicas Mágicas I (Editándose)

Lobos - Capitulo 2: Amantes Trágicos

Capitulo 2: Amantes Trágicos

            —Tengo mucho miedo, Henry —musité escondiendo mi rostro en el hombro de mi hermano.

            —Estarás bien….lo prometo —río Henry.

            El me guía hasta unas escaleras, del lado norte de la sede, un lugar que no había conocido hasta hoy. Estoy allí bajando por las escaleras, de vez en vez me arrojo a los brazos de Henry ya que piso mi vestido.

            —Ten cuidado, ¿Estas bien? A pesar de todo el maquillaje blanco te ves…pálida —musitó Henry poniendo sus manos en mis mejillas.

            —Lo estoy, solo llévame hasta allí, luego veré como sigo —musite peinando mi cabello con cuidado.

            Henry río y finalmente me alza en sus brazos para bajar de una buena vez.

            —Tienes que admitir que así será mucho más rápido —sonrío besando mi cabeza.

            —Gracias —reí mientras bajábamos con agilidad y rapidez por las escalinatas.

            Una vez que tocamos suelo se siente el bullicio de muchas personas reunidas, mi estomago se llena de mariposas, mi cabeza daba miles de pequeñas puntadas una y otra vez sin detenerse.

            —Oh por dios —musitó Julie abrazándome por detrás, me pego la vuelta para hacerlo igual—. Mírate, te ves tan hermosa…y asustada.

            —Una novia perfecta sin lugar a dudas, felicidades —dijo Seneca mientras ponía una mano en la cintura de Julie para traerla hasta el.

            —Creí que eso se decía una vez que se casaban los novios —reí nerviosa.

            —Eso es para los mortales, no tendrás una boda mortal aquí, eres una bruja, cielos —refunfuño Seneca.

            —Okey, entonces….gracias —musite con una sonrisa.

            —Muy bien, nos veremos adentro…solo continua respirando, no olvides esa parte, es importante —río Seneca burlón mientras besaba a Julie para caminar a su lado hasta sus asientos.

            —La música va a sonar en tres, dos, uno…La novia y el escolta entran —musitó una joven de ojos claros que al parecer era la coordinadora o algo así.

            Las puertas de roble se abrieron de par en par, no podía creer que en los mismos asientos en los que hasta hace meses ahora repletos de gente, gente a la que no conocía en lo absoluto, eran todos magos, naturalmente, brujos y brujas de la alta sociedad, que claramente conocían a los brujos que le habían dado muerte a Vladimir, eso nos hacia en cierta manera famosos.

            —No conozco a nadie —sonreí antes de entrar.

            —Como sea… ¿Viste quien esta allí? —musitó Henry a mi oído.

            Fue recién cuando deje de mirar a los costados y me concentre en lo único que me importaba en realidad, Charles.

            Una sonrisa se dibujo en mi rostro y no iba a irse, finalmente Henry y yo llegamos hasta el atrio, el me entrega a Charles y pues pasa a sentarse junto a los demás chicos.

            No los había visto con sus trajes ya que con la locura de la mañana yo simplemente fui llevada hasta la sede y ni siquiera Aria estaba vestida.