Saga: Las Crónicas Mágicas I (Editándose)

Brujas - Capitulo 22: Amor contra la lealtad

Capitulo 22: Amor contra la lealtad

-Dime que no lo harás Adrianne -sonrió Charles.

Estaba sentada frente a la bola de cristal, Julie y Seneca ya había salido del castillo y pues la idea de espiar era tentadora.

-¿Qué no haga que? -dije incrédula.

-No lo hagas -advirtió Charles.

-¿Ahora es malo preocuparse por los que amas?

Me levante de allí y salí de la habitación seguida por Charles. Entre e intente cerrarle la puerta en las narices pero no pudo ser ya que el iba muy cerca de mi.

-¿Por qué te enfadas conmigo? -rió abrazándome por detrás.

-Porque te metes en lo que no te importa, es mi hermana. Yo no te digo como te llevas con Bonnie -repliqué intentando hacer que me suelte, lastima que el desgraciado tiene fuerza.

-Lo hago porque te amo -sonrió besándome-. Y yo no me meto en la vida de Bonnie, a menos que sea algo muy estúpido, pero es de Bonnie de la que hablamos ¿Cuando no sabe que hacer?

-Bueno Julie no conoce a ese tipo.

-Adrianne vamos, Juliet no tiene 5 años, ¿Vale? -rió Charles sentándose a mi lado.

-Hay algo en Seneca que no me cierra. No lo quiero cerca de mi hermana -musite molesta-Perdón, se que no es correcto pero tengo que saber como es en verdad.

Me levante de la cama y volví al cuarto de pociones no sin antes cerrar con

llave, pensé que Charles volvería a hacerme recapacitar pero no lo hizo.

Con concentración pudo ver a Julie, Seneca y ella habían ido a nada más que el mercado mágico. Recordaba a la perfección ese lugar mágico repleto de vendedores ambulantes, magos y brujas y todo tipo de criaturas.

-Ven, conozco este lugar -sonrió Seneca tomando la mano de Julie. Algo que no me gusto fue que esa mano fue directo hacia su cintura.

-Yo igual, vinimos el año pasado con los chicos -dijo Julie.

Al entrar muchos de los presentes se detuvieron para reverenciar al uno de los magos de la logia de la magia antigua.

-No, por favor eso no es necesario -replicó Seneca avergonzado mientras tomado de la mano con Juli se sentaban en las mesas de madera antigua del bar medieval “La tercera Rueda”.

-¿Esto ocurre a menudo? Eres famoso -rió Julie.

-La Tredecim tiene el respeto de todos, pero no su apoyo. Por dentro me detestan tanto como a los míos -sonrió Seneca mostrando sus perfectos dientes.

El no soltaba las manos de Julie en ningún momento.

-Bueno supongo que tienen sus razones -musitó con timidez.

-¿De qué hablas? -preguntó Seneca ofendido pero sin dejar de tomar a la chica con humor.

-Bueno, siempre que tienen problemas la Tredecim se hace un lado. Jamas están para su gente -dijo Julie sin filtros.

-Claro que si, siempre estamos para ellos -replicó Seneca ahora soltando a Julie.

-Lo siento, pero no es así. ¿Qué es lo que hacen? Nada, Vladimir esta vivo mato a Deo y anda por allí inmune.

-Vladimir es un caso especial, me temo que sigue muerto para todos, y no podemos hacer nada con el -dijo Seneca mirando el menú.

-¿Qué hay con Will? Murió en manos suyas.