11: Mataba y arrullaba al mismo tiempo.

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N/S (Nota de Storge): intento sacar la porquería que aborrezco, pero incluso luego de tantos intentos sigo pensando que no vale la pena ni el tiempo.

No me salen las palabras, así que lo digo de esta manera. Mil disculpas si molesta, pero necesito hacerme cargo de esta tempestad siniestra.




























¿Por qué no me escoges?

No seré el más atractivo ni te compraré una cena costosa, no tendré encantos, seré torpe y penoso, tengo más cualidades malas que buenas e incluso detesto tanto el café que si me lo llegas a servir algún día, seguramente te lo escupa en la cara. No escojo bien a mis amistades, siempre estoy cerúleo como los ojos que forma el cielo con las nubes, no soy el más limpio, me rasco la cabeza siempre que estoy nervioso y parece que tengo piojos, pero en realidad es caspa esparcida por el estrés de ser alguien que nunca quise ser. Transpiro demasiado, veo al espejo dos veces antes de salir porque quiero ver si realmente me veo bien algún día de mi vida, camino torcido, uso mis ojos para admirar lo que no tiene vida y similar que la tiene; veo muros en lugar de caminos, reflexiono demasiado, hasta parece que soy de otro mundo por mi vocabulario. No sé artes marciales, sólo hablo con mi madre, no tengo amigos y puedo ser muy intenso cuando llego a tenerlos.

No me defino como viviente, sino como sobreviviente de la definición de estar presente. Malgasto las horas de mis días leyendo la poesía que nunca escribiré o que mal me saldrá, leo mucho y aprendo poco, o aprendo mucho y leo poco. Cambio tanto de humor que podrías quedarte un día conmigo y al otro irte, y en esas veinticuatro horas seré un fantasma con semejante transparencia que el palacio de las anécdotas jamás quedará sin un cuento sin contar. Seré como un recuerdo, pero no recuerdo serlo. Mis pies huelen mal y mi perfume es una copia de alguno caro, no uso mis manos para lastimar a alguien que no sea yo mismo y hornear en mi cocina de la desesperanza un cumplido fallido.

Tengo tantas cosas malas y tú tantas cosas que cambiaste que ya no te reconozco.

Tengo tantas cosas malas y tú tantas cosas para ofrecer que me generan sonrojo, que hasta podría estar caminando setenta y dos horas en un desierto de agua y quemarme en el fuego de la luna, mientras me congelo con el frío del sol de primavera.

Puedo mojarme con llamas naranjas y secarme con el sudor que, de tanto esforzarte, derrochas en el primer intento. O en el segundo. Hasta un tercero.

No te rindes, pero tampoco hay tantísimos cabos sueltos para que puedas decirle a todos lo que está pasando por tu mente angustiosa, sintiéndose enferma.

No estás enfermo. Te gustan los hombres, pero no quieres decirlo. Aún así, tienes novio y te duele que te digan los insultos que a él no le dicen y no le dirán tampoco.

Trabajas muy duro y soy tan poco que, mi vida, mis ánimos mueren de a poco.

Puedo tener la visión de un paciente, pero tengo el corazón tan fuerte como un ligre. Como tu cuerpo.

Así que, TaeHyung, ¿por qué no me escoges? Sé que con él lloras y conmigo te diviertes, que con él no sonríes o finges hasta la muerte. No seas eso, no mereces tempestad; mírame a través de la puerta, yo te puedo ayudar u obsequiar lo que en su vida él te dará.

Pero sólo si tu mano es la que toca la mía primero.

No seré nada bueno, pero sí te digo una cosa: "En los pobres hay valentía oculta que por falta de coraje no llega a emplearse, si eres mi guerrero, levantaré un ejército, al rey despierto y a la reina le doy un consejo. Por ti, soy la luna, el sol, la vida y la muerte. Por ti soy un desierto aguado y entre él me zambullo para alcanzar tu mano. No hace falta buscarme si después de tanto nunca te ha vencido el mal humor de este payaso dolorido.

Rocíame Tus Pecas | KookV ©Where stories live. Discover now