07: Con JungKook podría escapar.

973 157 76
                                    

N/S (Nota de Storge): No me agradan los joaquines.

Este es el capítulo que más odié escribir, por el momento. E intenté ponerle muchísimo sentimiento, pero es tan doloroso lo que describo que no quedan palabras amables para hacerlo.








Joaquín

22 de Junio del 2018

Hola, trozo de carne.
10:02

Contéstame, hijo de puta.
11:30

Hola, Joa
11:30

¿Qué quieres?
11:30

¿Así le hablas a tu novio?
11:30

No, lo siento
11:31

¿Por qué te demoras tanto en responder?
11:31

¿Tienes un nuevo compañero?
11:31

Con el tamaño de ese culo la verdad no lo descartaría.
11:31

Deja a mi culo en paz, por favor
11:31

Es horrible y enorme.
11:31

Lo sé
11:32

Es feo, pero a ti te encanta, ¿no es así?
11:32

Claro que sí, Kimchi.
11:32

Cuando te tenga en mi cama la próxima semana, voy a ejercitarlo.
11:32

Está bien
11:32





¿Cuándo dejarás de buscar amor donde hay desechos tóxicos?






Estás hecho de un material muy suave, ¿lo sabías, Kimchi? ¿Sabías que eres un chico muy descarado por mostrarte en esos jeans de esa manera?
11:33

Hazme un favor y deja de entregarte de esa manera.
11:33

Eres mío para siempre y por siempre. Y desgastaré ese culo de tal manera que quedará pálido, Kimchi.
11:33

Ahorrémonos la introducción y sólo ven a mi casa para poder darte el mejor placer que te darán, mierda.
11:34

Nunca pienses que otros van a darte más de lo que te doy yo, es increíble cómo me dejé llevar por tu hermosura. Eres una joya, Kimchi, y pienso usarte hasta que no sirvas más en mi joyero.
11:34

Tus padres siempre eligen lo mejor para ti, nunca pienses que tendrás algo diferente. Ellos mandan en tu vida y debes seguir sus reglas. El día que nos casemos llevarás blanco simulando ser virgen, pero ambos sabremos lo usado que estarás para ese entonces.
11:35

Te quiero, Kimchi. Eres hermoso.
11:35

Yo también a ti, Joa...
11:35










Joaquín no sabía cómo mirarme, tampoco cómo tocarme. Sus piernas acababan y yo recién comenzaba. Su tren ya pasó mientras yo lo buscaba en la parada. Desde antes de mi nacimiento presentía el horror de estar viviendo un abuso a mis emociones, mi cuerpo y mi mente. ¿Pero mi alma sentía algo? Siempre creí que había nacido sin una.

Mis padres elegían mis relaciones: malas personas, sinvergüenzas y sociópatas que me acosarían eviternamente con la semilla de la desnutrición. Me quitaba el hambre ver que lo de ellos simulaba ser amor y yo caía porque no pondría un freno a ello. No tendría con quién escaparme del mundo y sobrevivir solo en la intemperie, con los cazadores buscándome cada vez que usase un jean ajustado, hacía que sufriera espasmos del disgusto de no ser tocado por mí, jamás por mí, pero sí por manos mugrientas y grasosas. Las de Joaquín eran así.

A él le gustaba marcarme y mis padres miraban con orgullo las marcas, como si ser objeto de alguien y no poder elegir ni tu ropa fuese un privilegio.

Él me ama. Él cambiaría por mí, me dije tantas veces que vivir en el sueño se hizo cada vez más difícil. No tenía escapatoria. Y llegué a creer que era una relación sana sólo por no tener experiencia con ninguna otra.

Pero yo sabía que no era sana.

Intentaba resguardarme en él, buscar protección en un malhechor de quinta, hacerme ilusiones con que el día de nuestra boda llegaría pronto y así podría disolverme en el aire.

Tenía dotes que me enseñaban sobre el mundo más que el colegio, había una voz que me contestaba más que mis padres, únicamente esa voz y yo contra el mundo.

No estaba loco. La gente nacía con poderes, pero no todos sabrían utilizarlos. Yo tenía disfraz de villano cuando, por dentro, salvé a miles de personas.

Y por eso, así, siendo un prototipo dañado de alguien que podría ser un prodigio, me até a otra piedra. A una enorme.

Esa piedra eran los lunares de JungKook. Precioso chico de cabello largo, agujero negro lacio que atraía a mis caderas, podría hacerme un bufé completo con sus hoyuelos y sus ojos y estaría lleno hasta el fin de los tiempos. Lo toqué a través de la pantalla y sostuve sus melenas alborotadas, tediosa tela de querubín, pudiendo tapar su cuello de los insultos y sus orejas de los comentarios innecesarios.

Con JungKook podría escapar de la enfermedad de ser un personaje inanimado para un enfermo, y podría ser el amante de un bello doliente que no encontraba otra salida que su odio propio.

Sonara como sonase, perderse en las olimpiadas del amor era más confuso que aparentar desasosiego cuando en el interior no podías, ni aunque intentaras, unir los problemas ajenos e intentar resolverlos junto con los tuyos.

Rocíame Tus Pecas | KookV ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora