Todo Por Un Akuma (Corrigiendo)

Crush On You

Narro yo

Marinette se encontraba en el aula atendiendo a las clases del profesor, que explicaba distintos tipos de tela y sus usos habituales. Una gran parte de alumnos la miraban de reojo. Esta era una persona muy famosa en los lugares de habla inglesa y poco a poco su fama se estaba extendiendo por el mundo, en especial por la película que había protagonizado. Pero en esa clase se la admiraba más por el mundo de la moda. Sus padres eran unos hitos de la moda y ella era una en potencia, podría decirse que hasta para algunos ya lo era. Muchos sentían admiración por ella, pero otros... Solo sentían envidia. Y cuando estabas interesada en el chico más guapo y casualmente inteligente de la clase y este solo se fijaba en la alumna estrella y suertuda, eso aumentaba los celos.

Tras unos minutos, la clase acabó y con ello era hora de irse a sus clases de extracurriculares, pero después de comer.

Cuando el profesor salió, ya vio fuera de la puerta a Melani y a Alexis esperándola para ir a comer. Marinette recogió sus cosas, para después coger sus pertenencias y encaminarse a la salida del aula.

-Marinette - se ánimo a llamarla Albert.

Toda la clase se quedó mirando a ambos. Ninguno había sido capaz de hablar en ningún momento con esa diosa. Se sentían intimidados ante lo que ella representaba, que para ellos era la perfección.

Marinette se sintió feliz de que alguien de clase le hablará. Ella pensaba que no le caía bien a ninguno por su fama ya establecida en el mundo de la moda. Así que sé mostró totalmente animada a la idea de tomar una conversación con un compañero de clase.

-¿Sucede algo? - preguntó mostrando una sonrisa. Este se ruborizó en cuestión de segundos dejándola confusa ante su reacción.

-Eeh... Bueno... Yo... Solo que... quería invitarte a... ir al cine- lo último no lo escuchó debido a que lo había susurrado.

- Perdona, no te he oído. ¿Puedes repetirlo? - le preguntó algo confusa.

-Que si quieres ir al cine conmigo. - soltó de golpe sorprendiéndola.

Esta empezó a reír divertida ante el nerviosismo de él. Pero a pesar de que fuera por ello, el resto de la clase pensaba que se estaba burlando de él, incluso el propio Albert. Pensaban que igual tenía la fama subida a la cabeza y se creía más que los demás, algo muy lejos de la realidad.

Este agachó la cabeza avergonzado y sintiéndose mal por su, lo que él creía, rechazo. Pero su sorpresa fue grande...

-Oye, no hace falta que te pongas tan nervioso. - habló dulcemente cambiando el pensamiento de sus compañeros. - Que sea algo famosa no significa que debas ponerte así. Yo solo soy una persona más. - aseguró levantando sus hombros y ladeando su cabeza, mostrándose realmente adorable ante los ojos del chico que tenía en frente.

Este sonrió ruborizado ante sus gestos y palabras.

-¿Entonces vendrás? - preguntó esperanzado.

Marinette lo miró pensativa.

-Depende. - contestó confundiéndole.

-¿De qué? - volvió a preguntar.

- De tus intenciones conmigo y del día. - contestó. - Tengo un horario que seguir. Hago bastantes clases extracurriculares. Así que hay muchos momentos en los que no puedo.

Este la miró indeciso de si decirle que le gustaba.

-Mis intenciones son... Emm... Ser tú... Amigo - terminó diciendo sintiéndose incapaz de decirlo ante el miedo al rechazo.

Esta esbozó una gran sonrisa.

-En ese caso estaré encantada de ir al cine contigo. - saco su móvil del bolsillo y lo miró. - el sábado a partir de las seis y media tengo tiempo libre. - lo miró para ver que respondía.

Este sonrió enormemente y asintió.

-Me viene bien. - dijo nervioso.

-Genial. - se despidió con la mano. - Nos vemos mañana. - salió del aula.

Este al verla salir del aula, vio como saludaba a sus amigas y se iba con ellas. Tras verla marchar, sus piernas flaquearon y cayó de rodillas.

-Ella es tan increíble. - dijo para sí en voz alta.

......

-Jajaja - reía Marinette en la hora del almuerzo del día siguiente junto a Albert. - Enserio... Fue bastante gracioso. Sofi se equivocaba todo el rato y decía patata en vez de patada, por esa broma que le hicimos.

-Jajaja - reía con ella Albert encantado por que le contará aquella historia. - Vaya y ¿enserio es tan borde como dicen? - preguntó confundiéndola.

-¿Sofi? Que va, ella es estupenda. Es muy buena persona. Lo que sí, tiene un carácter fuerte, pero cuando se enfada es por motivos suficientes. - aseguró mirando hacia un lado. - Y cuándo tienes a un grupo de periodistas que te persigue todo el tiempo, una termina explotando. - le explicó.

Él asintió de acuerdo a lo que ella decía.

-Supongo que en ese aspecto debe ser duro ser famoso. - pensó este en voz alta.

Marinette asintió.

-Lo peor es cuando intenta secuestrarte un fan pirado. Están los buenos fans y luego los fans pirados. - se mordió el labio ante aquel pensamiento.

Este y el resto de las personas que la oían la miraron curiosos.

-¿A qué te refieres? - preguntó confuso

- Han intentado secuestrarme en dos ocasiones. Es por ello que siempre estoy con un guardaespaldas. - contestó desviando la mirada a su guardaespaldas que estaba en la entrada de la cafetería observándola.

-No lo sabía... - dijo este sorprendido.

Está lo miró alzando los hombros.

-Eso no lo dicen en las noticias o en los programas de cotilleo. Tan solo buscan poner lo peor de cada uno o algo relacionado con sus vidas amorosas. - ella sacó su móvil y abrió su agenda. - Con esta agenda, ¿cómo voy a tener hueco para tener pareja? - pregunto divertida mientras su contrario se acercaba a verla y se sorprendía al verla.

- ¿Sabes hablar todos esos idiomas y tocar todos esos instrumentos? - preguntó sorprendido.

-Bueno. - Marinette se rascó la nuca algo avergonzada. - También sé Italiano y Francés, pero esos idioma ya terminé de aprenderlos bien. - contestó algo avergonzada, mientras su contrario la miraba impresionado.

- Desde luego, eres digna de admiración. - dijo este haciéndola sonreír.

-Es muy amable de tu parte, pero no creo que sea para tanto. - miró a un lado avergonzada ante tales elogios.

-Si que lo es... - apenas fue audible.

Marinette lo miró, viendo como la mirada de este cambiaba a una que no había visto en su persona hasta en ese momento.