Capítulo 11: Emociones desenfrenadas

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Hola, creo que es la 1ra vez que voy a escribir algo que no sea de la historia, es que me da mucha pena XDDD. Este capítulo me gusta mucho; pero creo que eché una cubeta de baba al teclado mientras lo hacía XD, quise poner un Miyuki algo romántico, espero les guste.

Sorry por la charla si estuvo muy larga jejeje. Ahora sí, vamos al capítulo XD.

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Cuando llegó el día del esperado juego, Nanami hizo el compromiso de ir a verlo y encontrarse en la estación del metro un par de horas antes, pues aunque Miyuki era uno de los jugadores y podría ayudarla a pasar sin problema, estaría ocupado con las prácticas y presentación de los miembros, etc. Por lo que quedó de ir a recogerla y escoltarla hasta el estadio antes de la hora de comienzo.

Mientras Nanami iba dirigiéndose al lugar en el metro estaba ansiosa, pues desde que se mudó no había tenido la oportunidad de salir de la prefectura, por lo que sería como hacer "turismo en Tokio"; pero, más que eso, la emocionaba la posible compañía de Miyuki.

—Es como si fuera... una cita —murmuraba, al tiempo que se sonrojaban levemente sus mejillas.

Iba totalmente perdida en sus pensamientos, lo suficiente como para que al volver a la realidad, las puertas se estaban cerrando en lo que era la parada que tenía que bajarse.

—¡Un momento, por favor! ¡Me bajo aquí! —exclamaba, parándose de su asiento en un esfuerzo inútil por llegar a las puertas, que se cerraron frente a sus narices—. ¿Qué se supone que haré ahora? —Se preguntaba a punto de casi caer en la desesperación—. Sé bien que estaba emocionada por esto pero, Miyuki-kun está muy ocupado y aun así sacó el tiempo para acompañarme, no puedo fallar con la hora.

El paso de esa idea por su cabeza la hizo reaccionar de inmediato, buscando en su celular las posibles rutas que le permitirían cambiar de tren en la siguiente estación, encontrando por fortuna uno que podría transbordar de regreso, pero debía cambiar de andén a la velocidad de la luz si quería alcanzarlo.

—Juuuuuu. —Soltó un largo suspiro, colocándose justo detrás de la puerta—. Muy bien, Nanami, es hora de que saques la versión femenina de Kuramochi-kun que vive en tu interior —susurraba para darse ánimos.

En el preciso instante que se abrieron las puertas, salió corriendo desenfrenada para poder salir y entrar nuevamente por las escaleras del lado contrario. Mientras iba a toda velocidad, recordaba los limones con miel que había preparado para llevarle al equipo, pensando en que podría destaparse la cazuela y derramar su contenido en el interior de su cartera. Sentía el maquillaje que con tanto esmero había puesto en su rostro irse corriendo poco a poco (aunque gracias a dios no puso lápiz negro en sus ojos), por no hablar de la trenza estilo francés que se había hecho. Lo único que podía agradecer era que estaba usando jeans de una mezclilla azul clara con cierta elasticidad y unas sandalias cómodas, que le permitían correr con suficiente velocidad.

Quería mostrar por primera vez a la persona que amaba cómo se veía sin el uniforme, un look casual y a la vez kawaii; pero por su torpeza todo se había ido a la basura. Mientras corría, sentía como las lágrimas asomaban pos sus ojos; pero eran causadas por la angustia de no poder cumplir en tiempo su promesa con Miyuki. Por más que se apresurara, llegaría por lo menos con 25 o 30 minutos de retraso.

Logró abordar exitosamente el tren.

En la parada anterior, y con su rostro lleno de preocupación, mientras miraba la hora en su celular, había un chico que caminaba de un lado a otro a punto de abrir una zanja en el piso.

—En la pizarra dice que ya el tren llegó, solo llegué un par de minutos tarde por tal de deshacerme de Mei, que no paraba de preguntar a dónde me fugaba; pero llevo cerca de 15 minutos aquí, y nada —decía en voz baja—. ¡Maldita sea! —exclamó—. Shimokawa san no conoce bien esta zona, ¿tenía que haber sido más específico? ¿Debí decirle que viniera en taxi? ¿Acompañarla desde Seido o su casa? ¿Cuál se supone que sería la opción correcta en estos casos?...que tal si... cayó en manos de algún pervertido en el tren. Le llamaré a ver qué sucedió. Por dios, estoy tan alterado que ni siquiera recordaba la existencia de mi celular, ¿qué pasa conmigo? Tengo que tranquilizarme

Daiya no Ace_Miyuki no koibanaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon