Capítulo 9: Los sentimientos de Miyuki

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Luego de que Miyuki se marchara, Nanami corrió hacia su teléfono, tenía que contar a Mio y Yoko la cantidad de sucesos que había experimentado. Todo se sentía aún tan irreal que creía que se trataba de un sueño. Sus manos todavía temblaban mientras sostenía el celular. Estuvieron cerca de una hora escribiéndose emocionadas.

—No puedo creer que te hayas visto en medio de esa situación, parece salida de un manga —decía Yoko.

Mientras, Mio comentaba:

—Me preocupaba que al dejarte sola tus nervios no te dejaran progresar; pero parece que estás bastante bien. Había olvidado lo agresiva que eres.

A lo que la joven respondió:

—Qué quieres decir con agresiva, solamente sucedió de esa manera por pura suerte y casualidad.

—Pues muchas gracias, suerte y casualidad —dijeron las dos a la vez.

Mientras tanto, Miyuki volvió a Seido, donde sus compañeros se encargaron de bombardearlo a preguntas y sacar conclusiones precipitadas respecto a lo ocurrido; pero, sin hacerles mucho caso y con rostro pensativo, se fue a su cuarto y se acostó mirando el techo mientras pensaba «definitivamente, me miro y no me reconozco, nunca había sentido tanta inseguridad... es imposible para mí decirle que no, también lo es sentirme solo cuando acaba el tiempo que pasamos juntos. No controlo lo que digo o hago... será posible que yo esté... no, no, no ¿Qué rayos estoy pensando? Debe haber otro motivo, seguramente es que... probablemente lo sucede es que... por qué no encuentro otra explicación?»

—¡Pero, qué rayos... ! —exclamó—. No puedo creer que me esté ocurriendo esto —dijo, entonces con voz más calmada.

Si antes de que la idea llegara a su mente le era difícil controlarse, ¿qué sucedería ahora? Sin embargo, debía tratar de comportarse igual que siempre, no quería que sus sentimientos unilaterales cambiaran su amistad.

Esos "sentimientos unilaterales", obviamente eran recíprocos; pero para alguien que había tardado tanto en percatarse de los suyos, era imposible que estuviera al tanto de los de la otra persona.

Cuando amas a alguien, no puedes controlar tu subconsciente y, sin darte cuenta, acabas tratando de estar su lado, o buscando su ayuda y consejo solo para pasar más tiempo juntos y conversar. Incluso los pequeños instantes, o las conversaciones más triviales, se convierten en un tesoro. Miyuki, en carne propia, viviría estas experiencias a partir de ahora.

Los días siguientes, ambos continuaron compartiendo momentos como de costumbre; pero, en el interior de Miyuki había todo el tiempo una felicidad inexplicable que lo hacía sonreír sin motivo aparente, incluso en los entrenamientos, lo cual ponía los pelos de punta a los pitcher en el montículo y al resto de sus compañeros.

Una tarde, durante un pequeño descanso, sentado en la banca, por su mente pasaban disímiles ideas, quizá un poco egoístas. La Selección de Tokio estaba cerca y debía irse por 3 días. Los juegos con el equipo americano; pero también jugarían con la universidad de Tetsu san. Quería, con todas sus fuerzas, que ella fuera a verlo jugar, se le había hecho hábito buscarla entre los espectadores, donde siempre terminaba encontrándola sin dificultad.

—Así que a esto se refieren cuando dicen que puedes encontrar a la persona que amas sin importar la multitud —susurraba —... "La persona que amo". Je je, quién iba a pensar que diría cosas como estas...

Aún estaba absorto en sus pensamientos, cuando la voz de Sawamura lo trajo de vuelta.

—¡Oye, Cap! Últimamente tienes un gran repertorio de risitas escalofriantes, si lo que buscas es mejorar el ánimo general, te advierto que no lo estás logrando.

Daiya no Ace_Miyuki no koibanaWhere stories live. Discover now