Capítulo 4: Timidez y verdad

437 38 2
                                    

Había pasado poco más de un mes desde la transferencia de Nanami y esta se había hecho bastante popular. Poseía un gran atractivo, muy buena personalidad y excelentes calificaciones. Se rumoraba que podía hacer todo a la perfección, su sola presencia desviaba las miradas de los que pasaban.

La clase de economía doméstica era lo más esperado por todos en clase. Su comida parecía hecha por un chef profesional. La reacción de la mayoría al verla era algo como: "demasiado perfecta para acercarnos", por lo que, todos se relacionaban con ella; pero manteniendo algo de distancia, excepto Yoko y Mio.

Decidió que no entraría en ningún club, al menos por el momento. La mayoría de sus tardes pasaba a ver el entrenamiento del equipo de beisbol por un corto período, tenía asuntos que atender que no le permitían demorar más. Varios de los miembros esperaban con ansias su llegada cada día, pues era muy refrescante para su visión. Tuvo varias oportunidades de hablar con Miyuki, pero todas fueron sobre béisbol, aunque como le gustaba el tema, no le preocupó demasiado.

Una tarde la conversación pasó de beisbol a algo más.

—Shimokawa-san, ¿por qué béisbol?

—¿A qué te refieres?

—Bueno, es que tengo curiosidad de cómo una chica como tú acabo teniendo como pasatiempo este deporte.

—¿Cómo que una chica como yo? Creo que no tiene nada de raro, es un deporte emocionante, a cualquiera podría gustarle, ¿por qué tendría que ser la excepción?

—No me refiero a eso, es cierto que es emocionante pero...

—Mmm, entonces sí que no entiendo nada, ¿Qué clase de chica te parezco como para que esto sea raro? ¿Acaso crees que soy alguien superficial? ¿Qué no hablo en serio cuando digo que me gusta? —preguntó con inocencia; pero algo dolida.

—¡No es eso!... No es eso. Lo que pasa es que por lo general las chicas lindas y populares prefieren las citas, las compras y el karaoke que venir a ver un entrenamiento o ir a un estadio a ver un partido.

Ambos se miraron fijamente y en silencio unos segundos hasta que Nanami, mientras se ponía colorada tartamudeó:

—¿Li-linda?

—Ehm, yo... lo que quiero decir es... bueno, lo que pasa es que —tartamudeaba una y otra vez para tratar de responder, poniéndose ligeramente colorado; sin comprender por qué estaba perdiendo el control de sus emociones —. A lo que me refie...

—Miyuki —Se escuchó la voz del entrenador Kataoka—. Se acabó el descanso, necesito que atrapes algunos lanzamientos de Furuya.

—Enseguida voy —respondió, luego volteó hacia la chica—. Lo siento, hablamos luego —dijo esto con una expresión serena y se marchó, agradeciendo la llamada del entrenador. No sabía que responder a Nanami. Estaba confundido. Era inevitable perder el control siempre y eso lo preocupaba.

El día siguiente fue un poco incómodo intentar conversar al principio; pero teniendo en cuenta que le había dicho que hablarían, sería incorrecto ignorarla por culpa de sus dudas. Sin embargo, la conversación fluyó de una manera bastante natural. Al parecer, ambos, de manera inconsciente, evitaron tocar temas incómodos, pues ninguno sabría cómo salir adelante si el asunto regresaba. Luego, las cosas regresaron relativamente a la normalidad.

(...)

Solía almorzar y pasar el rato con Yoko y Mio. Se habían vuelto bastante cercanas, así que pensaron que era momento de preguntar un par de cosas.

—Dime, Nanami, ¿en serio no estás interesada en Miyuki-kun? —le preguntó Yoko.

—¿Por qué sale ese tema de nuevo?

Daiya no Ace_Miyuki no koibanaWhere stories live. Discover now