Capítulo 3: La estudiante transferida

486 45 9
                                    

La mañana siguiente, luego del entrenamiento matutino, todos fueron a las aulas. Todo parecía normal; pero en la clase 3-B estaba a punto de ocurrir un suceso que alteraría el turno de estudio independiente en que se encontraban. Entró el profesor encargado de la clase y se dispuso a hablar a los estudiantes.

—Ok, todos en sus asientos... Buenos días. En el día de hoy se incorpora a nuestra clase un estudiante transferido. Todos llévense bien con él. Adelante, ven y preséntate.

En el breve laxo de tiempo que pasó mientras ella entraba en el salón y escribía su nombre en la pizarra, Miyuki solo podía pensar en la coincidencia que estaba presenciando.

—Así que estaremos en la misma clase —murmuraba.

—Mi nombre es Nanami Shimokawa, vengo de la preparatoria Ishikawa en Yokohama, es un placer conocerlos.

—Aprovechen este tiempo para conocerse mejor. Así que, vamos a ver, te sentarás al final de la tercera fila. Cualquier duda que tengas puedes pasar por el departamento de profesores. Ya pueden continuar en lo que estaban, no se alboroten demasiado.

Al pasar entre las mesas reconoció a Miyuki. Le hizo una reverencia sutil, él hizo lo mismo y ella continuó su camino. Luego de que la joven tomara asiento, muchos de sus nuevos compañeros se acercaron para darle la bienvenida y, por supuesto, aprovecharon para bombardearla con preguntas.

—Hola, Shimokawa-san. Soy Yoko Takahashi y ella es Mio Takeshi.

—Yo soy Yuji Yameguchi.

—Un placer Shimokawa san, soy Yuu Kaido.

(...)

Las presentaciones continuaron un rato más. Le preguntaron acerca de su familia, su antigua preparatoria y cosas acerca de Yokohama. Entre tanto, el par de lobos solitarios de la clase conversaba un poco.

—Así que, esa es la estudiante transferida de la que hablabas ayer. Quién diría que acabaría en nuestra clase. Hyaja, siento el olor del destino, capitán.

—No digas tonterías. Te sugiero que dejes tus bromas o nos pondrás a ambos en una situación incómoda.

Nanami, quien se había quedado conversando solo con Yoko y Mio, los miraba desde su pupitre y comentó:

—Quisiera hablarle.

—¿A quién, a Miyuki? —preguntó Yoko.

—¿Eh? Ahh, sí.

—Eso creí. No me pasó por la mente que fuera a Kuramochi; pero, ¿qué quieres hablar con Miyuki, lo conoces de algo?

—No realmente, lo que pasó es que ayer me perdí un poco recorriendo la escuela y me ayudó a regresar. Quisiera poder agradecerle nuevamente y presentarme como su compañera de clase ahora.

—Je je je. —Una sonrisa maliciosa salió de la boca de Mio—. Por un momento pensé que dirías algo como: "amor a primera vista".

—¡Pero, qué cosas dices!

—No es algo descabellado, en realidad.

—Así es, Miyuki-kun es muy popular, no solo en clase, sino también en el resto de la escuela.

—Además, con ese look tiene muchos puntos a su favor y sus expresiones cautivan a muchas de vez en cuando; pero solo tiene cabeza para el beisbol, aunque eso lo hace un poco cool también.

—Bueno, supongo que si lo miras bien, es verdad —dijo Nanami—. Su actitud me pareció bastante madura, parece ser una persona buena, responsable y de buen corazón.

En ese instante Yoko y Mio se miraron, voltearon hacia Nanami y le dijeron:

—Sore wa nai.

—Si tuviéramos que describirlo, diríamos que es un poco malicioso. Le gusta molestar a sus kouhai. Él y Kuramochi suelen hablar mucho de sus bromas y maldades.

—Pero eso es solo en el equipo de béisbol, con el resto no es así. Vamos, ve y habla con él lo que quieras.

—Me da un poco de vergüenza; pero creo que sería educado hacerlo. —Se acercó a los dos y saludó—. Buenos días Miyuki kun y...

—Yoichi Kuramochi, un gusto.

—Lo mismo digo, Kuramochi kun. Había escuchado tu nombre; pero quería presentarme formalmente

—Buenos días. Shimokawa-san, qué coincidencia que estemos en la misma clase.

—Así es. Yo también me sorprendí, me dio un poco de pena no pararme a saludar antes, lo siento... pero pensé que debía venir.

—Tranquila, no hay problema. Y dime, ¿cómo te va con la nueva clase, crees que puedas adaptarte bien?

—Sí, todos son muy buenas personas. Ha sido fácil conversar con ellos. Muchas gracias por preocuparte.

—Oye, en realidad lo he estado pensando desde ayer pero, acabo de comprobarlo.

—¿Qué cosa?

—Pareces un Hongo disculpón y agradecido. Escucha. Acepta la amabilidad de los demás como algo natural. No agradezcas y te disculpes por todo, solo piensa que cuando una persona hace algo por ti es porque quiere hacerlo, no tienes que comportarte de esa manera. En lo que te ayudé, que tampoco creo que sea demasiado, lo hice porque quise. Somos compañeros de escuela y de clase, hacerte un par de favores no es inconveniente. Deja de preocuparte tanto y llevémonos bien, ¿ok?

—Supongo que tienes razón, muchas gra..., oh, lo sie... ahí voy de nuevo.

—Hyajaja, las costumbres no se pierden tan fácil... También estuve pensando que, no me había dado cuenta de que nuestro capitán fuera un filósofo.

—Cállate, ¿sí?

En ese momento sonó la campana que indicaba el inicio del horario de almuerzo.

—Oh, ya es hora de almorzar. Los dejo chicos, voy a comer con Mio y Yoko. Fue un placer conversar con ustedes, y también conocerte Kuramochi kun

—Lo mismo digo. Nosotros nos vamos también o la cafetería se llenará de gente.

Tras despedirse, Nanami volvió con las chicas para almorzar, pensando que, quizás, la personalidad de Miyuki sí era un poco controversial; pero que lo fundamental que veía era que tal vez las palabras con las que decía lo que pensaba eran las que causaban los malentendidos.

Al mismo tiempo, Kuramochi decía a Miyuki que debía tener un poco más de delicadeza para decir las cosas a las mujeres; pero este solo pensaba «¿y tú te crees tan delicado para decírmelo a mí?»

Aunque sabía que sus palabras no habían sido las adecuadas, en el fondo estaba aliviado de haber podido transmitir lo que quería. No sabía por qué, pero sentía que no quería que ella lo malinterpretara; a pesar de que nunca le había preocupado cuando pasaba con los demás.

—Pero, ¿qué cosas pienso? —dijo, en un susurro, mientras una leve sonrisa se dibujaba en su rostro, sin que se percatara.

—¿De qué te ríes? Eres espeluznante.

—Cállate.

Daiya no Ace_Miyuki no koibanaWhere stories live. Discover now