Capítulo 22 [Editado]

2.4K 145 6
                                    

Permanecí quieta durante un par de segundos, sé que las palabras de Jeisson me han dolido más de lo que debería, sin embargo, no descarto la idea de seguirlo y encararlo, no tiene ningún derecho en mí, es más, ni siquiera debería de importarme, sé que nunca afronto las cosas pero, ¿Qué más puedo hacer?.

Suspiro pesadamente y dejo de pensar en ello por un momento, de repente una canción comenza a sonar en todo el establecimiento. Me remuevo un tanto inquieta y me pongo frente al espejo. El espejo plasma cada paso y detalle que daba.

.-Bang bang, into the room (I know you want it). Bang bang, all over you (I'll let you have it)­­-. Cantaba mientras mis pies y mis brazos se movían al compás. Cada paso era sincronía, cada palmada, cada movimiento de cadera era todo, esto era el sentimiento de baile y lo amaba más que a mi vida.

Miré el reloj, era aún temprano, supongo que los chicos han estado hablando sobre salir, o ir de fiesta, quedaba apenas unos días para tener que volver a la Universidad, eso era una gran desilusión.

Cuando estaba por comenzar la siguiente canción esta cambió bruscamente a una lenta, a lo que yo di un pequeño brinco, no me había percatado de la presencia de alguien, sin embargo me doy cuenta bastante rápido de quién se trata.

.-¿Se puede saber qué haces aquí? Y lo mejor de todo ¿Por qué te has atrevido a cambiarme la música?.- Dije mirando a Jeisson, este me miraba con cara de pocos amigos, su rostro era bastante serio, no te transmitía sentimientos y eso era bastante extraño, este patán era un libro abierto la mayoría de las veces.

.-Siempre te he visto bailar sola, me extraña que alguien como tú puede tener este tipo de problemas cuando en realidad expresan de todo cuando bailan- Comenzó a decir Jeisson. Me mordí el labio inferior . Nunca había pensado de esa manera.

.-Supongo que es tanta monotonía no se me hace extraño...-Dije en un hilo de voz y subí la cabeza.-Además, eso a ti no te interesa - Dije en un leve gruñido, suspiré rendida. Se me habían quitado las ganas de estar haciendo cosas. Me senté en el suelo, cogí mi cuerpo e hice que mi cabeza se escondiera. Todas las cosas, todos los recuerdos masacraron mi mente la mayor parte del tiempo. Como el primer momento en el que tuve que irme con mi tía y también el primer encuentro con George.

Había pasado ya una semana desde que mi madre no estaba conmigo, me sentía sola, la soledad no me ayudaba, me sentía en un agujero sin salida, con tan solo diez años había visto cosas que no debería¿Qué más podía esperar?

El ruido de la madera resonaba en la casa, el chirrido que emitía la puerta oxidada era escandaloso, algo realmente desagradable. Estaba sola en un mundo en el que no sabía donde se encontraba mi madre.

La puerta se abrió muy lentamente, supongo que la persona que quería pasar no pretendía hacerme daño, sin embargo no podían culparme sí me mantenía alerta, estaba en una habitación rosa, sumida en la oscuridad, cuando quise darme cuenta, un hombre se encontraba enfrente mía con un hermoso peluche de color marrón.

.-¿Cómo te encuentras?.- Dijo ese hombre . Su voz era tranquila, sin embargo no sentía esa seguridad. Moví mi pequeño cuerpo y corrí hacia la cama rodeada de peluches, escondiéndome entre ellos, con miedo a que el hombre se acercara a mí .-No te haré daño, pequeña.-Dijo él con un tono suave. No respondí, mi boca no provocó ningún sonido, el hombre asintió con la cabeza y se acerca a mí, otra vez.

Mi cuerpo tembló al sentir su cercanía, todos los recuerdos llegaban a mi, todas las pesadillas, todas las noches en vela, sólo hacían estragos negativos a mi desarrollo.

.-Llevas una semana aquí, no puedes estar siempre aquí, tu tía y tu primo esperan ver a esa niña dulce que yo conocí y cuidé.- Dijo acariciando mi cabello, me armo de valor y decido levantarme de la cama.

Intocable ©Where stories live. Discover now