Capítulo 17 [Editado]

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Miré dubitativa en que hacer, a ver, claramente que estaba mal haber espiado la conversación, pero, ¿Qué culpa tenía yo?, no tenía la culpa de que esto ocurriera, de hecho, merecía saber que es lo que pasa con estos dos, sé que tienen algo que ver, posiblemente se conozcan de algo, sin embargo, nunca había escuchado la voz de la mujer, así que posiblemente de aquí no sea, su acento era muy peculiar. Sin duda yo seguía sin comprender todo lo ocurrido, solo me dedicaba a mirar por la ventana desorientada, sin duda había metido la pata hasta el fondo, daría mi mano a torcer a que Jeisson se ha cabreado tanto que sería capaz de hacer que yo recoja el gimnasio yo sola. Bufé, me levanté del suelo desviando la mirada de la ventana pequeña, donde se encontraba en la parte superior del gimnasio, ahí es donde entraba la tenue luz que alumbraba este salón acompañada de las lámparas.

Después de haberme decidido a limpiar esto yo sola, cogí un paño y un balde en el que pudiera limpiar el paño sucio. Encendí la radio y comenzó a escuchar la canción de Cherd Lloyd - Riot. Mientras cantaba y limpiaba daba pequeños pasos de bailes al compás de la canción, siendo así que lo anterior se me olvidara por completo, solo Cherd y yo estábamos en el gimnasio totalmente distraídas, esto a mi me hacía sentir feliz, la soledad era algo extraordinario, podía hacer lo que quisiera sin siquiera tener que preocuparte por lo que los demás piensen de tí, como aquel día que bailé bajo la luna.

Recordé perfectamente ese día, aún sigo sin saber bien por qué había hecho eso, es como si la luna me hubiera llamado y me haya obligado a bailar bajo ella, como una danza.

Me moví riendo mientras limpiaba los bancos, cosas diferente entre ellas, al final de todo esto no era tan malo o espantoso como yo esperaba, solo quedaba este día, solo un día de detención que yo misma había sido juzgada, para hacer esto junto a un chico que las únicas ganas que me provocaba era exactamente de estrangularlo o de matarle un tiro en esa cabeza de cabello marrón oscuro. Suspiré, pensé en él ¿Qué es lo que me había hecho este chico? Lo único que hago constantemente es pensar en él y en quitar su tapadera ¿Por qué?¿Por qué no soy capaz de destapar lo que él esconde?.

Gruñí levemente, después de limpiar el gimnasio me dispuse a cambiarme en el vestidor, creo que había terminado del todo, bueno en realidad debería de limpiar los baños, pero de esto se suponía que se encargaba la cabeza hueca de Jeisson ¿No?. Caminé con la canción aún en mi mente. Entré en el baño de las chicas y en menos de lo que cantaba un gallo ya estaba quitándome la ropa. Escuché un ruido a lo lejos, ese ruido provenía de las duchas. Arrugué la nariz involuntariamente, se escuchaban ruido, no un ruido cualquiera, se escuchaba más que nada gemidos.

Asco asco asco ¡Repugnante! ¿Quien coño hace esto?. Me atraganté con mi propia saliva al escuchar los gemidos muchos más fuerte. ¿Nadie comprende que cualquier persona puede venir aquí y escuchar esta asquerosidad? ¡Esto puede causar graves problemas, puede causar expulsión inmediata!. Abrí la puerta con sigilo para poder salir de ahí corriendo, como si me estuviera persiguiendo ahora mismo un loco, pero rápidamente cerré la puerta delante de mis narices al escuchar que la puerta estaba apunto de ser abierta, los gemidos habían cesado y sin duda había reinado el silencio. La puerta que obviamente no era la mía fue abierta, dando paso a unos tacones junto a unos zapatos. Tragué saliva, sin ninguna duda mantuve el silencio mientra que el ruido había parado y unas voces se escuchaba al otro lado.

—. Me alegro de que me hayas llamado, desde que ha estado esta princesita aquí no me has llamado, ya empezaba a preocuparme por si el amor te había cegado .— Escuché detrás de la puerta, reconocía esa voz chillona. Melody, intenté no gruñir, al otro lado se escuchó perfectamente una risa ronca y rota, y sabía de quién se trataba.

—. ¡Eso es estúpido! ¿Cómo crees que me puede llegar a gustar Jade? ¡Es ridículo! solo la quiero lejos de aquí .— Escuché esa voz, la cual no quería escuchar, sintiendo mi sangre hervir a fuego intenso.

Intocable ©Where stories live. Discover now