– Dime ¿qué pasara con todos? ¿qué pasara con Kym, con Rosita, con Joseph y con mamá?

– Ellos son irrelevantes, son simples seres biológicos creados de materia y afectables por el paso del tiempo. ¿Por qué piensas en eso Jonh? Ya no debería de afectarte, estas destinado a la grandeza y a la pureza del universo...

– ¡Basta! No digas más, ellos no son irrelevantes, debo de cambiar todo, debo de intentarlo una última vez. Si de alguna manera, si de alguna forma yo pudiera volver a antes del accidente, inclusive mucho más atras. – Dijo Gleen con una idea ya en mente.

– Ya no más. No habrá más caminos para ti, ya no debes de intentar nada, elige el mejor camino, elige lo que te ofrezco Jonh.

– Es posible salvarlos ¿cierto? – Pregunto Gleen esperanzado.

– No vale la pena el sacrificio. Cuando llegue la hora te darás cuenta de lo insignificante que es la vida material. Descubrirás que la vida del ser humano es tan efímera que te arrepentirás de no haber elegido la eternidad, el conocimiento, la sabiduría de todo lo que existe y existirá. Tu y yo moriremos el día en que el universo deje de existir, las personas de carne y hueso no son más que un parpadeo en la inmensidad del tiempo, ven conmigo y experimenta mi estado.

Acto seguido un misterioso portal de luz se materializo de la nada, era una invitación abierta para que Jonh Gleen lo cruzara, aquel ser omnisciente y omnipresente que alguna vez en vida había sido un hombre de carne y hueso ahora le ofrecía la vida eterna, el conocimiento y la sabiduría. Después de todo era lo que los grandes avatares que han existid en el planeta Tierra habían buscado durante tanto tiempo ¿o no?, era el camino y el destino que quizás todo ser humano debía de recorrer, era el sentido de la existencia, de su corta existencia, intentar si quiera asemejarse a la sombra de lo que este ser multidimensional era. Jonh Gleen solo tenía que cruzar aquel portal de pura energía, pero no, no fue así, Jonh Gleen no solamente no entro, sino que retrocedió varios pasos alejándose de aquella oportunidad de oro.

– ¿Qué estás haciendo? Tú elegías entrar. – Dijo la voz omnipresente.

– ¿De qué hablas?

– Tu ni si quiera titubeabas, simplemente entrabas con una enorme felicidad y te volvías el ser de luz que siempre debiste de ser, te volvías uno conmigo.

– ¿Así que ya contabas con esto? – Cuestiono Gleen.

– Dime ¿Qué es esa fuerza que te hace seguir adelante con tus ideales? ¿por qué rechazas la vida y el conocimiento eterno por una fracción temporal de una vida terrestre? – Pregunto bastante confundía aquella mística voz.

– Ellos me necesitan, no puedo dejarlos solos, no puedo dejar que mi madre haya muerto y sufrido por mi culpa de esa manera. No puedo abandonarlos a su suerte, yo soy "el maestro del tiempo" debo irme.

En tan solo una fracción de segundo Gleen desapareció de aquella extraña dimensión llena de luz y energía para reaparecer de nuevo en su cuerpo material que en ningún momento dejo físicamente aquel lugar en medio del caos, Jonh por fin pudo abrir los ojos para enfocarlos directamente en el coronel Jackson.

Mientras tanto aquel agujero de gusano que yacía sobre Manhattan parecía haberse salido fuera de control y su tamaño ya era el de un gran estadio de béisbol que parecía devorar todo lo que estaba a su alcance.

Gracias, gracias por venir. – Dijo Gleen a todos sus yos de los distintos tiempos y espacios.

El viejo Jonh ahora en cuerpo de uno más joven abrió los ojos tanto como pudo y dijo;

El Maestro Del Tiempo 2.Where stories live. Discover now