Todos rápidamente comenzaron a caminar pues cierto capitán de la sexta división harto de sus tonterías empezó su camino dejándolos atrás.













——— (💎) ———














Los shinigamis junto a los cuatro muchachos lograron llegar con una enorme facilidad a la tienda del Sombrerero quien no esperaba su visita tan repentina, o al menos no la de los segadores de almas, sin embargo a pesar de aquello no dudó en dejarlos pasar y hacer que se sentarán alrededor de una mesa para atenderlos.

—¿A qué debo su visita? —pregunto el de verde mientras una niña de como 12 años les servía el té.

—Venimos por nuestros gigais. —le dijo sin rodeos el capitán del sexto escuadrón.

—Si bueno... —comenzó a abanicarse el rubio —Dado a su inesperada visita les puedo ofrecer a ustedes sus gigais, pero el de la pequeña tendrá que esperar.

—¿Tardaría mucho? —pregunto él Kuchiki.

—Mmm... pues... yo creo que lo tendré listo mañana. —dictó pensativo.

—Bueno podré que esperar. —habló por primera vez la Haruno.

El ruido de algunos objetos cayendo desconcertó a todos por lo que enseguida cambiaron la vista hasta un rincón de donde un gato salto cayendo en la mesa donde estaban conversando anteriormente.

—Tu debes de ser Sakura Haruno. —afirmó aquel gato que miraba directo a la de cabello rosa.

—A-acaso hablo. —dijo mirando al gato con curiosidad.

<< No entiendo por que te sorprendes >> le dijo su zampakuto.

—¡Yoruichi! —expleso alegre el rubio cargando al gato.

—Anda Urahara no seas ridículo y bajame. —contestó, a lo que el otro no pudo hacer más que bajarla.

—¿Entonces? Tu eres la chica que sorprendió a todo el Gotei, la kuno... ¿Kunobi? —volvió a decir, quería escucharlo de su boca.

—Kunoichi. —corrigió —Sí, soy Sakura Haruno.

—Con que eres tú la que viene de aquella tierra. —murmuro el rubio —Sakura-san en ese caso creo que tardare un poco más con su gigai, pues entenderá que al poseer otra clase de energía será más tardado acoplar la vasija.

—Sí, no hay problema. —contestó amablemente.

—En ese caso ¿Cuándo estará listo? —pregunto el azabache.

—¿Por qué tanto interés Byakuya? —dijo con un claro tono burlón el gato, cosa que fue ignorada por parte de este.

—Mmm no lo se... —dijo pensativo —Mañana se los podré decir con más certeza.

Lo dicho por el rubio ganó un gesto de aprobación de parte del Kuchiki y un asentimiento por parte de la Haruno.

—Sakura-san. —llamó el gato.

—¿Si? —contestó mirando con curiosidad al gato negro aún parado frente a ella.

—Me gustaría ver sus habilidades ¿Le molestaría mostrarme en una batalla?

—En otras circunstancias hubiera aceptado, pero es usted un gato así que me niego. —respondió con un puchero.

—O no, si eso es lo que le molesta déjeme mostrarle mi verdadera forma.

Sin poder darle tiempo a debatir este aún sobre la mesa fue envuelto en una nube de humo que al dispersarse mostró a una atractiva Morena de cabellera morada y unos muy grandes atributos que dejaba al descubierto, por lo que la mayoría de los presentes desviaron la mirada incómodos, o en otros casos la miraban con vergüenza como Byakuya quien en estos momentos le daba pena admitir que ella fue su maestra, caso contrario fue el de Sakura quien miro con asombro a la mujer ignorando su desnudez.

—Yoruichi-san.

—¿Qué pasa Urahara?

—Estas desnuda.

—Eso es lo de menos. —dijo restándole importancia al asunto —Entonces ¿Qué dices Sakura-san?

—Pues aceptó. —le sonrió.

Ya no lloraréWhere stories live. Discover now