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"El amor es la condición en que la felicidad de otra persona es esencial para ti."

Robert A. Heinlein.

La hora había llegado y sentía un extraño sentimiento que le recorría cada parte del cuerpo poniéndolo nervioso.

No podía dejar de jugar con sus manos esperando a Charlotte. Todo eso era muy importante y no entendía porque es que tardaba demasiado.

Miraba a los alrededores esperando que apareciera. No había señales de ella, o de alguna persona a su alrededor... No había nadie. Los nervios comenzaron a carcomerlo, ¿Y si ella se había perdido? No, no era posible, ella llevaba mucho más tiempo que él allí. ¿Y si la habían atrapado? Entonces sería su culpa, seguro que le echaría la culpa y lo buscarían y probablemente pasaría algo malo... ¡Nunca volvería a ver a su hijo por culpa de ella!

Ella tardo unos diez minutos en aparecer... En su pijama.

Me dormí.

Iba a matarla. ¿Cómo podía tomar todo a la ligera?

Lo note. Esto realmente es importante para mi, no sé cómo...

Shh, nos oirán. Ya conozco tu discurso, ahora solo vamos.

Apretó sus labios conteniendo un gruñido. Esa chica era rara y en cierto punto, molesta. Pero necesitaba su ayuda y debía contenerse.

Caminaron por algunos largos y oscuros pasillos en completo silencio, hasta finalmente llegar a una de las tantas puertas, particularmente alejada de las demás pero similar en pintura y diseño. Tomó el pomo de la puerta para tratar de abrirla, eso no funcionó, simplemente no cedió por más que hubiera intentado.

Esta cerrado.

Charlotte negó con la cabeza y se arrodilló a la altura de la puerta, sorprendentemente, la abrió con facilidad gracias a un pequeño broche de su cabello revelando otro gran pasillo iluminado por unas pequeñas luces parpadeantes. Eso era aterrador. Nuevamente habían muchas puertas a ambos lados con carteles pegados. Estos contenían algunas letras.

¿Tu nombre completo era...?

Movió su mano dándole indicio a hablar.

S-Sam Priest.

Caminaron rápidamente buscando una puerta que contuviera la inicial de su apellido.

Al ingresar, se encontraron con una pequeña y algo estrecha habitación, lo suficiente como para que no entrasen uno junto al otro, había un escritorio frente a ellos y a los lados, archivadores metálicos con más letras.

La puerta se cerró a sus espaldas y con dificultar Charlotte se movió para encender la pequeña lámpara sobre el escritorio.

Busca la inicial de tu nombre.

Ambos buscaron nuevamente en los archivadores un cartel con la letra 'S' enconttrandola más pronto de lo que imaginaban. Al abrir el cajón superior del archivador encontraron muchos documentos. Sam busco una carpeta que tuviera su nombre siendo que mientras lo hacía, surgió una pregunta.

¿Cómo es que sabes todo esto?

Ella no respondió al rededor de un rato. Solo se había apoyado contra el escritorio y mantuvo un semblante serio.

También tuve un bebé. —Hizo una pausa. Una que él necesito para procesar sus palabras. —Me obsesione con la idea de encontrarla. Lo unico que quería era tener de nuevo a mi bebé conmigo. No me importaba nada, haría lo que fuera, y lo hice. Seduje y convencí a un guardia de que me trajera, trate de convencerlo por mucho tiempo, haciendo toda clase de cosas, hasta que finalmente lo descubrí. Ellos habían llevado a mi bebé a una manada para protegerlo de mi familia.

¿De tu familia?

Pertenezco a una familia... Adinerada. Ellos querían mantener una imagen perfecta y un bebé fuera de un matrimonio a mi joven edad no significaba nada bueno.

¿Qué pasó con el bebé?

—Mi familia lo encontró y la desgracia se desencadenó. Asesinaron a la familia sustituta y a mi bebé. Acabaron con todo.

Lo siento.

No lo hagas, no necesito eso. Ahora solo busca tus papeles y vámonos de aquí, no quiero estar más tiempo del necesario.

Sacó la carpeta con su nombre y la apoyo sobre el escritorio. Busco entre los papeles de su interior y comenzó a revisarlos, habían muchos...

Necesito ayuda con esto.

Son bastantes. ¿Qué tan largo es tu historial?

Bastante... No es la primera vez que me encuentro con el Consejo.

¿Hubo una vez más?

Sorpresa. —Fingió emoción en aquella palabra. —Mi padre era un Alfa proviniente de una familia adinerada también.

¿Y qué pasó con él?

Lo que sucede con las familias ricas. Esconden sus "errores" bajo la alfombra de piel y fingen que nada sucedido.

Charlotte bajo la mirada, sabiendo que tenía toda la razón. Prefirió callarse y ayudar a leer los papeles silenciosamenge para apresurar todo lo más pronto posible.

Ten. Es este.

Dijo luego de unos minutos. Sam lo tomó y lo leyó sin esperar nada.

Habían notas del estado en que fue encontrado. De lo sucedido. Sus ojos se llenaron de lágrimas.

"El bebé será puesto a salvo y enviado a una casa y familia sustituta hasta su mayoría de edad en la manada "D.D." sin posibilidad de salida alguna."

Comenzó a llorar fuertemente. Estaba vivo. Su hijo estaba vivo.

Lo sabía. Sabía que no se equivocaba, que todo había sido un horrible engaño para alejarlo de su bebé.

Felicidades Sam. Tenías razón.

Siempre la tuvo.

Pero un ruido arruino su momento, por lo que rápidamente guardaron los papeles dejando todo en su lugar, a excepción de aquel papel. Sam lo dobló y guardó en su pantalón sin pensar en nada. Cerraron todo y salieron de aquella habitación.

Corrieron entre los interminables pasillos. Sintiendo una especie de euforia en todo momento. Una gran sonrisa en su rostro como hace mucho no tenía.

Estaba tan cerca...

Solo debía buscar dónde demonios se encontraba esa manada y esperar un año a partir de su partida del edificio del Consejo para poder movilizarse con libertad sin romper las reglas y todo estaría bien. Se llevaría a su hijo consigo.

Pero ahora... Lo más importante era su hijo.

Su hijo vivo.

Hijo de Omegas.Where stories live. Discover now