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“Las dificultades hacen o rompen a la gente.”

Margaret Mitchell.


[Un mes después.]

Luego de haber decidido encontrar a su hijo aunque sea lo último que haga, Sam tuvo que cambiar su forma de actuar.

Tuvo que convencerse a sí mismo de que tenía lo necesario para fingir. Y así fue.

Engañó a los psicólogos dándole la razón en todo, aunque en su interior no pensara lo mismo.

Fingió que poco a poco en las terapias iba entendiendo y responsabilizandose por una atrocidad que no cometió. Ellos le creyeron. Inclusive lloró frente a ellos destrozandose por completo.

Pero había válido la pena cada lágrima.

Lo habían dejado interactuar con los demás Omegas, había llegado a ganarse su confianza y sembró mucha intriga en todos, ninguno podía creer el pasado del Omega. Ninguno podía creer que hubiera sobrevivido a tanto.

Sam conoció la historia de mucho de ellos, consideró que la suya no era tan mala como pensaba. Muchos de los Omegas allí habían sufrido cosas mil veces peores, pero seguían sonriendo y minorizando su dolor compadeciendose del suyo.

Eso lo hizo sentir culpable. Todo el tiempo pensó que nadie podría haber sufrido lo que él, y tal vez tenía razón, nadie podría sufrir lo que él, pero si llevaban un dolor peor o tal vez menor.
Todos habían sufrido cosas innombrables, cosas que le rompió el corazón.

Se preguntó muchas veces porqué ellos tenían que sufrir tanto. Habían muchos más Omegas abusados que Alfas y eso lo enfurecia.

Todos los Omegas allí tenían algo en común. Su odio-temor hacia los Alfas, todos tenían un mal sentimiento hacia los Alfas, pero no los culpaba luego de lo que cada uno vivió.

Imploraba a la luna todas las noches que cuidara a Kyle de no ser similar a los Alfas, de ser amable y bondadoso, de no convertirse en un monstruo más.

Blaise había cumplido, había convencido al Consejo entero de que Sam necesitaba interactuar con Kyle y viceversa, los había llamado desalmados por alejar a de esa forma tan brusca a Kyle.

Primero le recomendaron un psicólogo.
Pero el Omega volvió loco al pobre hombre y lo manipuló para que conspire de su lado.

Luego le habían permitido interactuar con Kyle bajo una rigurosa mira. Podían estar en la misma habitación pero habían guardias, doctores, Blaise, y más personas observando la interacción para cersiorar que no le haría daño al niño.

Él jamás le haría daño al niño.

—¿Entonces, cómo lo sabes?

—¿Tan fuerte es el lazo que los une?

—¿Aún después de todo lo quieres contigo?

Sam asintió con tranquilidad y llevo una patata a su boca.

—Sé que esta vivo porque lo siento en mi corazón, mi Omega lo sabe también, sabemos que mi bebé está vivo. —Observo al otro Omega para responder la siguiente pregunta. —Es el lazo más fuerte que alguna vez mantuve, es mi hijo, probablemente cuando tengas tus propios cachorros lo sepas. —Volvió a cambiar su objetivo mirando al tercer Omega en la mesa para responder luego de tomar un poco de su bebida. —No importa lo que haya sucedido, él no tiene la culpa, no pidió nacer y lucho por vivir desde el primer momento, es por eso que haré lo posible para tenerlo conmigo una vez más. Permaneceremos juntos.

Hijo de Omegas.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt