XIV (aniversario)

2K 334 145
                                    

—Te amo, te amo, te amo– le susurró al oído, los labios de Emilio se curvaron en una sonrisa mientras sus ojos seguían cerrados, Joaquín estiró su mano para acariciar sus rizos esparcidos por la almohada y le besó el lóbulo del oído —felices seis años, mi amor– le dijo, Emilio abrió los ojos y giró la cabeza para verlo, Joaquín estaba recostado a su lado con el torso desnudo y el cabello húmedo, abrió su sonrisa y giró su cuerpo en el acolchado para encararle.

—Feliz aniversario, mi vida– le murmuró, Joaquín sonrió y dejó caer su cuerpo encima de él, Emilio soltó un quejido cuando el peso de Joaquín se posó en su pecho y rodeó el cuerpo de su novio con los brazos —te amo– le dijo, Joaquín se acercó a su rostro y acunó con las manos sus mejillas, regalándose un beso suave en los labios.

Joaquín se quedó recostado en su pecho un buen rato con los ojos cerrados, con las manos de Emilio recorriéndole la espalda y los brazos, disfrutando del calor que le irradiaba el rizado, disfrutando del tacto de sus severas manos, disfrutando de la sensación de estar en su lugar seguro, respirando la esencia y los rastros de perfume de la persona que más le había amado, deseando poder quedarse así para siempre, deseando poder detener el tiempo y estar con él de esa forma hasta que se cansaran, hasta que olvidara por completo la mierda que sucedía en las calles, la mierda que sucedía en el trabajo, quería quedarse abrazado a Emilio hasta que todo volviera a estar bien.

Joaquín salió de su ensimismamiento cuando el estómago de Emilio comenzó a hacer ruido, abrió los ojos y miró el rostro del rizado, que le veía con diversión.

—¿Hacemos de desayunar?– preguntó con tono de flojera, Emilio le miró y negó con la cabeza.

—Te quiero desayunar a ti– le dijo, Joaquín sonrió y después frunció el ceño.

—Quiero prepararte algo rico para celebrar, Emilio– murmuró, acomodándose en su pecho para verle mejor —aprovecha que tengo el día libre– le dijo con una sonrisa floja, el rizado entonces frunció el ceño.

—¿Para qué celebramos?– preguntó, Joaquín alzó las cejas —son seis años, ¿en serio hay que festejar?– soltó, Joaquín entrecerró los ojos.

—Si, tenemos que festejar– le dijo, con falso tono de ofensa, sacándole una sonrisa —tienes que festejar el día en que me apiadé de ti y te dije que si quería ser tu novio para que dejaras de rogarme– espetó, Emilio soltó una risotada y le miró divertido, Joaquín comenzó también a reír.

—No te rogué tanto– le dijo cuando dejó de reír, Joaquín soltó una carcajada que hizo que Emilio cerrara los ojos casi con dolor, sin borrar su sonrisa.

—Me rogaste casi un año– soltó Joaquín con expresión arrogante, Emilio rió de nuevo y negó con la cabeza, que descansaba sobre la almohada, Joaquín se incorporó encima de Emilio —y fui muy amable cuando te dije que si– murmuró, acercándose a su rostro, Emilio apretó a Joaquín contra sí y lo envolvió por completo entre sus brazos —así que ahora me vas a dejar hacerte el desayuno– susurró, Emilio negó suavemente con la cabeza  y estiró su cuello para alcanzar los labios de Joaquín, arrebatándole un beso.

—Mejor déjame hacerte el amor– le susurró entre besos, girando en la cama para quedar encima de él, Joaquín soltó un grito bajo por la acción y sonrió, abriendo las piernas para que Emilio encajara entre ellas, besándole con vehemencia, casi con hambre.

—¿Qué me vas a hacer?– murmuró cuando Emilio quitó los besos de su boca y los puso en su cuello, el rizado lamió la piel de la intersección de su mandíbula y su oído, sacándole un gemido. Emilio no contestó su pregunta, pero no hizo falta que lo hiciera con palabras, pues después de disfrutar de su cuello bajó su rostro al torso desnudo y comenzó a saborear la piel de su pecho, haciéndole sonreír de placer y por las cosquillas que le generaba.

Carnada (Emiliaco)Where stories live. Discover now