2

10 4 2
                                    

Tema: Lucero.

Era una noche fría de otoño, como todos los años, pero con la diferencia de que yo me encontraba de madrugada en la intemperie, bajo la lluvia.

No recuerdo ni siquiera qué fue lo que me llevó a seguir aquel lucero resplandeciente, pero lo hice y aquí llegué.

Era como una estrella fugaz, tan bella que quedé fascinado con su intenso fulgo; la ví y pensé de inmediato que eso a lo que me guiaba debía ser tan majestuoso como su brillo.

Caminé sin parar durante horas detrás del lucero, y sin darme cuenta ya había salido de la ciudad, estaba en las afueras; de repente todo empezó a parecer sombrío, pero no me importó, a estas alturas ya solo quería alcanzar a mi lucero para poder regresar a casa.

Sin aviso alguno este dejó de brillar para dar paso a su verdadera forma.

Al principio no logré distinguir en su totalidad esa criatura, parecía un simple caballo blanco, aunque tenía una expresión algo tenebrosa, sin embargo, cuando comenzó a acercarse a mí, me invadió el temor; era un caballo, sí, pero tenía solamente tres patas, tal como esa criatura mítica de la que nos habían hablado en la clase de antiguas religiones del mundo, aquella criatura que solía ser un vestigio de la muerte para los vikingos.

Calabazas de medianocheWhere stories live. Discover now