Welcoming

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Tenía que admitir, que estaba algo nerviosa.

Como parte de su entrenamiento en diplomacia, por supuesto que conocía sobre las dinámicas secundarias con la que los galra se manejaban.

El sistema era, algo primigenio sí, pero simple: estaban los proveedores dominantes, los eruditos y soldados, y los cuidadores afables que se encargaban de las unidades familiares. Fácil.

Y cuando se enteró que sus nuevos paladines tenían el mismo sistema, creyó que iba a ser igual de simple.

Vaya sorpresa que se llevó.

Ninguno de los paladines actuaba como suponía debían hacerlo. Sí, Shiro era un gran líder pero él y Keith no se parecían en nada a los oficiales alfa que conoció cuando era niña, y Lance no podía estar más alejado de los omega que solían cuidarla cuando su padre le llevaba a Daibazal en sus viajes.

No era nada malo por supuesto, la verdad es que prefería las cosas así y en los últimos quintantes desde la desaparición de Shiro, el equipo había logrado volverse una unidad eficiente. Aun si ella no entendía del todo –aún no había encontrado la mejor ocasión para preguntar a alguno de sus paladines sobre cómo funcionaba el sistema- era feliz si su equipo y nueva familia se sentían cómodos así.

Pero eso no quitaba la ansiedad que sentía al viajar a un planeta con dinámicas iguales.

Solo esperaba que pudiera manejar la situación y leer el ambiente de forma adecuada para evitar cualquier malentendido posible.

Coran les hizo el favor de darles una pequeña introducción al planeta, los locales se parecían lo suficiente a los humanos y alteanos, con las diferencias notorias siendo las coloraciones vibrantes en sus pieles, su superior altura y características animalisticas. Eran un pueblo orgulloso de sus tradiciones y habilidades, veneraban a su único sol y sus dos lunas como dioses guardianes de guerra y fertilidad.

Y, eso era todo, Allura se sentía algo frustrada con la poca información con la que contaban, pero tenían una misión entre manos y debían proceder.

Fue así como al siguiente día, los leones aterrizaron en Lambda.

Lo primero que Allura pudo notar al momento de atravesar la atmósfera del planeta fueron los increíbles paisajes que les recibieron. Cada centímetro de tierra estaba teñido de algún tipo de color, desde brillante arena dorada rodeando rocosos y monumentales cerros, hasta parches de frondosos y vivaces árboles con hojas multicolor alimentados por un enorme lago de aguas cristalinas, con ríos alargandose por el paisaje como las venas de un corazón, bombeando vida a su alrededor. Desde la ventana de Azul noto a varios lambdianos percatarse de los visitantes.

—¿Deberíamos avisar de nuestro aterrizaje?—habló Lance por la transmisión de Rojo mientras saludaba desde la ventana de su león a los locales.

—¿A dónde? No cuentan con torres o comunicadores avanzados—gruño Pidge, sonando más molesta que de costumbre.

—Cierto, entonces, ¿Cómo procedemos una vez que toquemos tierra?—preguntó Lance sin prestar atención al tono de Pidge.

Allura respondió esta vez—Solo hay que ser amables, presentarnos sin armas y pedir que nos lleven con su líder.

Por alguna razón desconocida, eso sacó algunas risas del trío más joven, incluso pudo distinguir un pequeño "Je" salir del canal de Keith. La princesa decidió no prestarle atención, probablemente se trataba de una de sus bromas humanas.

Los leones aterrizaron suavemente en una larga planicie, cuidadosos de no dañar el fantástico paisaje de ensueño en el que se encontraban.

Y rápidamente, los pobladores que les vieron llegar desde el cielo los fueron rodeando, y una vez fuera de sus naves una multitud de civiles se les abalanzaron, niños de ojos brillantes observando asombrados a los gigantes metálicos, adultos tratando de saludarles y agradecerles mientras hacían pequeñas reverencias e incluso algunos más desconfiados mirándoles con duda desde lejos.

The basics of Space, Pack and Love [Klance Omegaverse]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon