Perfecto

Do It

Capitulo V

Do It 

(Hazlo)

Tres años tuvieron que transcurrir para que SeokJin volviera a estar en una situación íntima con otra persona. Esta vez alguien muy inesperado con quien ni siquiera lo hubiera imaginado ya que le conocía desde mucho tiempo atrás.

Todo había comenzado porque TaeHyung y HoSeok iban a casarse y SeokJin sería el padrino de Tae. Eso le obligó a viajar a Busan por toda una semana para ayudar con los preparativos finales de aquella boda íntima y tranquila que deseaban sus amigos. Había acumulado con estrategia esos días de descanso en su trabajo, por lo que el jueves por la noche alquiló un automóvil y llegó a Busan luego de casi siete horas de conducción.

Fue el primero de los invitados en presentarse. Tae y HoSeok vivían en una casa perfecta para ellos dos y sus perros (YeonTan y Mickey), pero no para albergar a los veinte invitados sin hacer modificaciones. Solo asistirían los padres y hermanos de ambos, que en conjunto sumaban nueve personas, otros tres amigos de facultad de TaeHyung y siete compañeros de trabajo de HoSeok, dentro los cuales se encontraba su padrino. De esta forma, a SeokJin le tocó comenzar a arreglar la casa mientras sus amigos trabajaban, pues a pesar de estar a punto de casarse no podían gozar de días libres si es que querían irse un mes completo de Luna de Miel.

Pero Jin no estuvo solo durante esos días, sino que al día siguiente de su arribo llegó la familia de HoSeok. Él había invitado a su madre y sus dos hermanos menores olvidándose por completo de su padre, a quien llevaba cuatro años sin ver. Jin fue el encargado de ir por ellos a la estación de trenes y, en un primer momento, pudo reconocer enseguida el cabello rojo fuego tinturado de la madre de su amigo. Su hermana seguía igual de hermosa y con rostro infantil, pero se sorprendió cuando no reconoció al chico que las seguía, arrastrando dos maletas.

Cuando el joven se quitó los anteojos SeokJin casi se cae de espaldas. Era JungKook, el hermano más pequeño de HoSeok a quien no veía desde hacía casi cuatro años.

A Kookie, como le llamaba de cariño, lo conoció cuando este sólo tenía diez años y comenzó a ser amigo de HoSeok. Le vio crecer y convertirse en un adolescente delgado y con cara de bobo. La última vez que estuvo con él fue cuando todos estaban despidiendo a HoSeok en la estación de trenes de Seúl en el momento en que debía ir a cumplir su deber como policía a Busan.

Desde ese día no volvió a saber de él más que por comentarios de la madre de su amigo cada vez que iba a visitarla y tomar el té con ella.

Pero entonces, en el momento en que estaba saludando a las dos mujeres, no pudo evitar pensar que esos casi cuatro años le habían hecho muy bien porque se veía condenadamente atractivo.

Vestía unos jeans negros, una sudadera de igual color con la leyenda Bad Boy en inglés, unas zapatillas blancas y su cabello estaba casi rapado al lado izquierdo, dejando todo el resto peinado hacia el lado derecho. Su expresión también había cambiado y ya no demostraba ser un niño, sino que casi un hombre.

Arrastraba sin problemas ambas maletas grandes dejando ver las venas en sus brazos trabajados. Jin casi dio una carcajada, porque incluso le pareció ver que JungKook estaba mirándolo seriamente, intentando ponerle nervioso. Sentimiento que se mantuvo durante todo el viaje en auto de vuelta a la casa de sus amigos.

Los días que pasaron en plena preparación SeokJin creía darse cuenta de que JungKook buscaba todas las oportunidades posibles para estar a su lado. Ya fuera limpiando, ordenando el jardín, saliendo de compras, ir a ver las flores, etc. Y a él no le molestaba, sobre todo porque Kookie era bastante divertido y podían reír e ir escuchando música a todo volumen en el auto cuando salían juntos. Algunas veces Kook le decía que estaba más guapo y que el gris de su cabello se le veía realmente lindo. Jin agradecía el comentario, respondiendo que él también había cambiado y se veía muy guapo, más maduro, más hombre.