CAPÍTULO SEIS

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Días después se enteró que Toru había hablado con él. Le pidió permiso para salir con su hermano pequeño ese fue el motivo de la pregunta tan repentina. Entonces comenzó a darle vueltas, a ver las cosas buenas y malas de iniciar otra relación.

Toru le parecía guapo además de un buen chico, pero ya sabía lo que era estar con alguien que no fuese Taka. También estaba el inconveniente de que fuese el mejor amigo de su hermano así que siempre saldría en sus temas de conversación.

Taka no le dijo a su amigo el no de su hermano por lo que sus visitas se hicieron algo más comunes. Así pasaron varios meses tanteando el terreno.

El mayor llegó a casa un poco más temprano de lo habitual. Las voces salían de la habitación de Hiro. Se aproximó con cuidado para oír la conversación.
- Entonces no le has dado una respuesta. Es una pena que ese chico no se fijara en mí.
- ¿Vas a robarme al único pretendiente que me ha salido? - Bromeó él.
- No es el único, pero es que tú solo tienes ojos para Taka.

Al oír su nombre se removió, incómodo al otro lado de la puerta, pero quería seguír escuchando.
- Taka me tiene muy confundido. Unos días es cálido y amable y al siguiente parece que me odia. Y Toru, bueno no voy a negar que me atrae ¿què hago? ¿Le digo que si para salir con él?
- Yo lo haría. Sácate a ese chico de la cabeza, nunca te va a mirar como quieres. Toru se derrite por ti. Si viene hoy dile que si.

Taka abrió la puerta de repente. En la cara de el menor se reflejaba el miedo a que le hubiese oído.
- Perdonar, solo quería ver si estabas en casa.
- De ahora en adelante deberás llamar. Imagínate que Hiro estuviese con su novio, habrías visto cosas que no quieres ver.
- ¡Musume!
- ¿Qué? Toru no entrará a tu habitación - Contestó en un tono de hermano mayor.
- ¿Por qué no? Meiko entra a la tuya.
- Pero no hacemos nada.
- Yo tampoco lo haré, son cosas de Musume.

Taka miró a la chica que se encogió de hombros.
- Conoces las normas.
- Nada de besos delante de ti. Mantenerte al margen. Nada de detalles.
- Exacto. Por cierto hoy Toru está ocupado así que me ha pedido que te diga que no podrá venir. No entiendo porque te da explicaciones si no sois nada.
- Todavía - Soltó Musume.

  Hiro puso mala cara reprendiendo a su amiga. Taka señaló a su hermano.
- Me da igual lo que hagas con él pero fuera de esta casa.

Cuando la noche cayó el menor se fue a su habitación para intentar poner en orden sus ideas respecto a Toru. Su intención quedó en eso, en una intención. Se quedó dormido pensando hasta que una voz le despertó. No una voz cualquiera, sino una preciosa que llegaba a erizar su piel. La había oído antes pero llevaba años sin escucharla.

Salió al pasillo. La puerta que daba al balcón estaba abierta, la suave brisa mecía la cortina hacia dentro provocando que viese en ciertos momentos la figura de su hermano bañada por la luz de la luna. Miraba al horizonte mientras su voz flotaba en el aire. Hiro se paró tras la pared para no ser visto.

La voz de Taka era maravillosa, espectacular. Podía usarla a su antojo. Alcanzaba cualquier nota y estremecía a su hermano sin saberlo. Esperó unos segundos, poco a poco salió tras él sin querer interrurpirle. Taka cesó su canto mirando hacia él. Sonrió, avergonzado.
- Creía que estabas dormido.
- Lo estaba.
- Siento haberte despertado - Dijo el mayor con un poco de pena.
- Ha sido un despertar maravilloso.

Taka guardó silencio, sabía que las palabras de su hermano salían de forma sincera sin poder evitarlo. Así como él no podía evitar sentirse incómodo ante ellas.

Hiro bajó la mirada. Conocía también a su hermano que casi podía leer sus pensamientos.
- Hace años que no te oigo cantar - Comentó sin atreverse a mirarle.
- Ahora solo canto para mí.
- Pues es muy egoísta por tu parte. Deberías cantar para los demás. Tu voz es increíble.
- ¿Y quién va a quererme escuchar cantar?
- Yo - Contestó demasiado rápido - Perdona yo no quería...
- Descuida - Dijo el mayor con una sonrisa sincera ante la cara de disculpa del menor.
- ¿Meiko no te ha oído nunca?
- Le he dicho que me gusta cantar pero no he sido capaz de hacerlo delante de ella.
- Y esta noche lo has hecho porque pensabas que estaba dormido.
- Delante de ti si puedo. Te conozco desde siempre.
- ¿Desde cuándo eres tan vergonzoso? - Rió Hiro.
- Supongo que no soy tan extrovertido como pensaba.
- Me gusta ser tu único oyente.

Taka negó sonriendo. Quería pensar que no lo decía como un chico enamorado sino como su hermano.
  - Para que veas que no busco maltratarte como piensas.

Hiro sonrió ampliamente, encantado por lo cercano y afectivo que estaba el mayor. Aunque a veces él mismo se encargara de enfriarle sus sentimientos también era él el único que los encendía de aquella manera. Supo que jamás podría enamorarse de otra persona.
- Te has quedado como perdido - Dijo Taka viendo que su hermano no reaccionaba sino que seguí allí de pie con una sonrisa en la cara.
- Estaba pensando que ojalá todos los días fueran así.
- No te entiendo ¿qué tiene este de especial?
El menor se encogió de hombros.
- Supongo que el cantar te ha aplacado un poco.
- Soy un gruñón, lo sé.
- Que conste que lo has dicho tú.
- Sí. Anda vamos a dormir.

Taka se giró para entrar en la casa, Hiro aprovechó el momento para poner una mano en su hombro e inclinándose le dio un beso en la mejilla.
- Gracias por cantar. Buenas noches.
- Hiro - Se quejó pasándose el puño de la manga por la mejilla.
- Lo siento.

Se fue a su habitación regañándose mentalmente por la estupidez que acababa de cometer.

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