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Las fechas navideñas se habían acercado y eso emocionaba mucho a la familia Jauregui, en especial a Lauren. Después de casi un año de estar frecuentando el hospital, al fin podía tomarse un descanso y vivir tranquila.

-Te veo muy contenta. -señaló Vero caminando a su lado por los pasillos del centro comercial. Lauren ensanchó su sonrisa viendo las diferentes tiendas esperando comprar algo especial.

-Estoy, muy contenta. -afirmó haciendo sonreír a su amiga. -Hace un año estaba pasando la peor navidad de mi vida y ahora siento que va a ser la mejor.

-¿El idiota de Scott no volvió a molestarte? -Lauren negó dirigiéndose a una juguetería y caminando hacia la sección de carros.

-Una semana después de la boda fue la última vez que lo ví. -paseaba su mirada por todo el pasillo buscando el auto a control remoto que cierta personita le había pedido hasta el cansancio. -Obviamente me reclamó y me obligó a regresar con él. -rió levemente al recordar la escena. -Iba llegando del hospital y entré a la casa de mis padres, tomé el anillo que me había dado y se lo arrojé a la cara. Después salió papá amenazándolo para que no volviera acercarse a mi.

-¿Lo hizo? -preguntó Vero intriga aunque ya sabía la respuesta.

-Siempre le tuvo miedo a Mike Jauregui. -Lauren sonrió viendo el carro perfecto. Lo tomó y se lo mostró a Vero quien asintió en aprobación. -¿Son todas las compras? -preguntó una vez salieron de la juguetería. Ambas llevaban casi dos horas entrando y saliendo de tiendas diferentes, las múltiples bolsas en sus manos lo verificaban. Vero asintió. -Entonces vámonos.

*

-¡Llegué! -gritó batallando con todas las bolsas que llevaba.

-¡Estamos en la cocina, cariño! -se apresuró a subir las escaleras y correr a su habitación para dejar las bolsas. Volvió a bajar con la misma velocidad y entrando a la cocina. -¿Todo bien con las compras? -Lauren asintió besando la frente de Clara en forma de saludo, las mejillas de Maia, su cuñada, y pasando su brazo por los hombros de Taylor. Las tres vestían atuendos muy formales y navideños.

-Por suerte el centro comercial no estaba lleno así que Vero se quedó conmigo hasta comprar todo. -Taylor soltó una risa al saber lo estresante que era Vero al hacer compras. -¿Dónde está Chris? -preguntó dirigiendo su mirada hacia Maia.

-En casa con los gemelos. -Lauren soltó una carcajada.

-¿Lo dejaste solo con esos diablillos? -la chica sentada en una silla asintió sobando su barriga.

-Necesitaba un descanso. Parece que este pequeñín será igual que sus hermanos. -suspiró con cansancio recibiendo una sonrisa adorable de Lauren.

-Lauren... -la llamó su madre dejando de remover algo en la estufa. -¿La traerás? -la ojiverde negó sintiéndose triste.

-Hablé con ellas ayer. Angie la llevará a un festival cerca del pueblo y Nicole parece estar muy emocionada por eso. -una pequeña sonrisa apareció en sus labios. -Mañana iré a verlas por la mañana y le llevaré un sorpresa. -Taylor volteó a verla inmediatamente.

-¿No es muy precipitado llevarla ahora? -la mayor negó tomando una rebanada de pan y echando un vistazo a la hora en su celular. Tenía un par de horas para que la cena empezara.

-Hablé con el médico y dijo que estaría bien que saliera de casa ya que estuvo mucho tiempo encarcelada. -soltó una risita. -Obviamente la llevaré abrigada.

-Bueno hija, si quieres que venga a cenar hoy tienes que apresurarte. Se hace tarde. -Lauren tragó el pan y asintió subiendo rápidamente hacia su habitación y cerrando la puerta con seguro. Tomó las bolsas que había traído y vació el contenido en su cama, sacó papel decorado de su armario y empezó con su tarea de envolver los regalos.

Quédate conmigoOnde as histórias ganham vida. Descobre agora