capitulo 9

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Max

¡¡Connor me está besando!! ¡¡Connor me está besando!! Siento mi piel arder y una electricidad que me recorre todo el cuerpo cada vez que su barba me roza un poco la piel.

Lentamente vamos ralentizando los besos y nuestra respiración se vuelve más pausada. Si bien ya no nos besamos no nos separamos del todo. Connor me toma de la mano y me guía hasta la mesa.

Noto cierta preocupación en su rostro pero la intenta ocultar con una mueca parecida a la de una sonrisa.

-será mejor que comamos antes de que se enfrié –intento contener mi impulso de preguntarle que hice mal.

Frente a mi tengo un gran plato de carne asada con  papas al horno –esto se ve muy bueno ¿cocinas?

-en ocasiones especiales –me guiña un ojo y trato de ocultar la alegría que me provocan sus palabras –pero tengo una empleada que se encarga de las tareas de la casa.

Me llevo un bocado a la boca y compruebo que sabe aun mejor de lo que se ve, cierro los ojos saboreando cada pedazo. Al abrirlos me encuentro con Connor observándome – ¿Qué pasa?

-haces pequeños ruidos cuando comes.

-lo siento, pero es que con los horarios de mi trabajo y mi carencia total de conocimientos culinarios tiendo a saborear demasiado a veces.

-no te disculpes, me gusta verte disfrutar –sonríe y esta vez es una sonrisa sincera –eres tan natural, siempre dices lo que piensas y eso me gusta mucho. No quiero que te  reprimas conmigo.

¿Le gusta mi naturalidad? ¿No quiere que me reprima? Que conste que él lo dijo. Se acabo el Max que avanza despacio.

-Connor –levanta su mirada – ¿Por qué nunca volví a saber de ti hasta ahora?

Se queda analizando mis palabras y luego suspira dejando los cubiertos sobre la mesa -¿te acuerdas de cómo era yo la última vez que nos vimos?

-¿a qué te refieres?

-Me encontraste queriendo robar un auto, así que no finjamos que no sabias en que me rodeaba con la gente equivocada.

-me llegaban algunos rumores sobre ti, pero conmigo siempre te portaste bien, así que me costaba creerlos.

-todo lo que escuchaste de mi de seguro que era cierto.

-eso no responde a mi pregunta, ¿Por qué no volví a saber nada de ti?

-esa noche, la ultima en la que nos vimos, era mi cumpleaños.

-lo recuerdo –niega con la cabeza e intenta ocultar otra sonrisa. Ninguno dice nada pero sé que ambos recordamos el beso que nos dimos esa noche.

-esa mañana discutí con mi abuela, estuve fuera todo el día. Un amigo me informo que ella había sufrido un ataque al corazón y se encontraba internada. Es por eso que me encontraste robando ese auto.

-esa noche me di cuenta de lo cerca que estuve de perderla, le prometí que iba a cambiar, no quería fallarle nunca más. Ella lo es todo para mí. Así que decidí alejarme de todos aquellos con los que me juntaba, termine la escuela, gane una beca con la que estudie negocios y me convertí en el hombre que soy hoy.

-me alegro que tu abuela este bien, y que hayas cambiado de vida. Pero sigues sin responder mi pregunta. ¿Por qué no volví a saber nada de ti?

-no me la vas a poner fácil ¿verdad?

-jamás –tomo la copa de vino que tengo en frente y bebo pequeños sorbos sin despegar mi mirada de sus ojos.

-quería ser alguien bueno. Alguien que valiera la pena –su mirada se puso seria, y por más que quisiera creer que yo provocaba ese cambio en el, sonaba como si quisiera demostrárselo a alguien más.

Sere Tu Sombra (primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora