Capítulo 31. Todo vuelve a ser perfecto.

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Cuando llegué a su casa me recibió su hermana y subí las escaleras directamente a la habitación de Nare. La puerta estaba abierta, Nare se encontraba limpiando. Se sorprendió al verme. 

 —Oh, hola Lia. ¿Está todo bien?— Hoy parece que todo el mundo me preguntaba eso, ¿tan mala cara tenía?

—Sí, está todo bien, ¿por qué todo el mundo hoy me pregunta eso?— digo entrando en su habitación y sentándome en la cama.

Nare sigue haciendo lo que estaba haciendo: barrer, mientras me contesta. —Bueno, quizás sea por esa cara de tristeza que tienes. 

Suspiré. —No estoy triste. Sólo... —resoplé. —Todo este tema con... tu primo, me tiene medio... mal.

Nare frenó de golpe de barrer, vino y se sentó a mi lado. Me tomó la mano y se quedó callada unos instantes. Luego me miró fijamente a los ojos. —Quiero que me cuentes todo. 

Fruncí el ceño. —¿Todo?

—Sí, todo. Desde cómo se conocieron hasta lo que pasó después. Necesito saberlo de parte tuya, de parte de mi amiga. 

Lentamente asentí sin saber por qué ella me estaba pidiendo eso y lo hice. Le conté desde su fiesta hasta ante ayer. Nare escuchó pacientemente y la vi enviar un mensaje desde su celular mientras yo hablaba y sonreía. ¿Qué le pasaba? 

—Lo siento mucho, Lia. Siento haberles causado tantos problemas, pero lo que pasó con Beth creo que me dejó algo marcada... Ella se fue cuando yo más la necesitaba y tenía miedo que me dejes tú también. 

—Nare tú sabes que yo jamás haría eso. 

—De ella también pensaba lo mismo. Nos conocíamos de toda la vida. Cuando ella se fue no creí volver a tener otra amiga. Éramos sólo Mar y yo. Hasta que llegaste tú. Me di cuenta que estabas dañada y necesitabas amigos, y ahí estuve. Cuando te volviste nuestra mejor amiga me prometí no permitir que te vayas, no permitir que nos dejes porque ya eras muy importante para nosotras. Y... por culpa de mi temor, provoqué todo lo que pasó entre ustedes... Lo siento, de verdad lo siento. 

—Eso ya no importa. Zachariah y yo terminamos y no fue por ti. Él metió la pata. 

Nare dio un suspiro pesado mientras después de mirar otra vez su celular lo dejaba en su bolsillo.—Pero él te quiere, debes perdonarlo.

Espera, ¿qué? 

—¿Qué dijiste?— pregunté mirándola fijamente. 

—Qué el imbécil de mi primo te quiere y está muy arrepentido de lo que pasó. La situación se le fue de las manos. Sólo... deja que se explique. —Diciendo esto se levantó de su lugar en la cama y se dirigió a la puerta para abrirla. —Has que no me arrepienta de esto. 

Le había dicho eso a alguien más. La miré con el ceño fruncido y ella dejó pasar a la persona a quién le hablaba. Zachariah. 

—Ustedes dos no saldrán hasta que hablen— dijo especialmente mirándome a mí y se fue cerrando la puerta con llave detrás de ella. Cuando salga la mato.

Zachariah caminó hacia la cama y no queriendo incomodarme se sentó un poco lejos de mí. 

—¿Me dejarás hablar?— preguntó con voz ronca. Parecía cansado. 

Asentí y miré mis manos.

—Aquel día... él del beso... Bárbara fue a visitarme allí ese día buscando algo más que una simple visita. Ella es mi ex, pero nunca fue importante, ambos nunca nos fuimos fieles, era una cosa de mostrarnos en público nada más— explicó con tono cansado. Seguía sin mirarlo. —Ella no entendió que yo no quería nada. Salí fuera y me siguió, me besó y yo la aparté pero creo que no viste eso... 

¿Y si te robo un beso?Where stories live. Discover now