Capítulo 31. Todo vuelve a ser perfecto.

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Esa noche volví a llorar. La separación con Zachariah me dolía más de lo que yo pensé que me dolería. Y lo extraño más de lo que debería. ¿Qué me pasa con él? Sinceramente no lo entiendo, si se supone que yo solo gustaba de él, ¿por qué lo necesito tanto a pesar de todo lo que pasó?

Alguien llama a la puerta de mi habitación. —¿Sí?— grité.

—Lia, soy yo, ¿puedo pasar? — dijo la voz de mi mamá al otro lado.

—Pasa—respondo sin girarme en la cama.

—¿Qué te sucede, cariño? No te noto bien. —Dijo ella sentándose en mi cama y acariciándome la espalda.

Me di vuelta y la miré. —No es nada, mamá.

—Tu rostro no me dice lo mismo. 

Rodé los ojos. —Estoy bien.

—No, no lo estás, cuéntame. A lo mejor yo puedo ayudarte. 

Suspiré y me quedé callada unos instantes. —Es Zachariah. —Dije finalmente, a veces me sirve contarle a mi mamá las cosas que me suceden.

—¿Qué pasa con él?— preguntó levantando las cejas.

—Él y yo terminamos... —comencé y le conté todo lo que había pasado. El beso, la discusión, lo que él sabía, todo. Mi mamá escuchó pacientemente, y cuando terminé de hablar suspiró. 

—Deberías dejar que se explique, Lia. Yo siempre lo vi con buenas intenciones hacia ti... no creo que él hubiera sido capaz de…

—¡No lo conoces! No sabes lo que yo vi, cómo me trato, yo... No entiendo por qué a pesar de todo, lo extraño, quiero estar con él, no lo entiendo. 

Ella suspira y me acaricia un brazo. —Cariño, yo no te diré que es lo que sientes, pero creo que ese chico es importante para ti. Más de lo que tú crees.

—Él sólo me gustaba...

—Demasiado gustar. Sólo digo, cariño— murmura antes de levantarse e ir hacia la puerta. —Baja, ya debe estar la comida. 

Y se va dejándome confusa. ¿Qué tan importante era para mí Zachariah? ¿Yo estaba enamorada de él? No, eso es imposible. Lo quería, sí, pero el amor… es más serio, más complicado. Lo quería y por eso lo extrañaba. Sí, esa es una buena explicación.

Me levanté de mi cama y arrastrando los pies me dirigí a la cocina. Mis pasos bajando las escaleras sonaban como si estuviera caminando un gigante en mi casa. Mamá me observaba con el ceño fruncido desde el interior de la cocina antes de seguir con lo que estaba haciendo. Me senté en la mesa.

—Lia, hay algo que deberíamos hablar— dijo mamá haciendo que levantara la vista de la mesa.

—¿Sí?

—El mes que viene es tu cumpleaños y eso es en dos semanas. ¿Sabes que harás ese día?

Me quedé en blanco. Me había olvidado por completo de mi cumpleaños. ¿Tan rápido pasaron estos meses de vacaciones? Si el mes que viene era mi cumpleaños, al otro comenzaba mi último año. Tenía tantas cosas en la cabeza que no me había puesto a pensar en mi cumpleaños.

—Sinceramente, no lo sé, mamá.

—Oh, bueno, cuando se te ocurra algo que quieras hacer, dime. —Dijo ella y colocó un plato de comida delante de mí antes de servirse ella.

Asentí con la cabeza y comencé a comer sin ganas en silencio. ¿Qué es lo que quería? La imagen de Zachariah apareció en mi cabeza. La aparté, eso no.

* * *

Al día siguiente luego del trabajo le mande un mensaje de texto a Nare de si podía ir a su casa y ella accedió sin problemas, por lo que ahora me dirigía hacia allí. Necesitaba a mi mejor amiga. 

¿Y si te robo un beso?Where stories live. Discover now