For you, I will.

Together

Los próximos días, Jo Yuri y yo, no hablamos demasiado, nuestros encuentros se limitaban a saludarnos cuando nos encontrábamos en los pasillos, por supuesto, bajo la atenta mirada de Kim Chaewon y otras noventa personas. Nadie entendía porqué de pronto teníamos una relación cordial; cuando ella había sido víctima en mi carrera exprés como bully y la razón por la cual ahora podría estar percibiendo un salario como miembro del personal de limpieza.

Las pláticas y comentarios malintencionados que giraban en torno a Yuri, parecían haber disminuído o al menos yo lo creía así. Había estado lanzado algunas amenazas por todo el instituto. Estaba claro que no era la única que salía en su defensa, sabía que Kim Chaewon y Kim Minju compartían el mismo propósito que yo. Ir en contra de cualquiera que se atreviera a molestarla. La diferencia es que sus razones eran válidas, después de todo ellas parecían haber formado una relación cercana, mientras que a mí, el único motivo que podía justificarme, era la locura.

No éramos cercanas, no conocía absolutamente nada de ella, a parte de su familia. Habíamos hablado menos veces de las que había hecho con el señor Han, el conserje de la escuela. En realidad no tenía motivos justificables para defenderla, pero aún así lo hacía, la necesidad nublaba cualquier pensamiento razonable que tuviera.

La forma en que Yuri enfrentaba toda la situación era increíble, porque ignoraba prácticamente cualquier sonrisa y comentario que se destinaba a lastimarla. Ella ni siquiera se inmutaba por los murmullos a su al rededor, la mayoría de veces seguía caminando como si lo demás no existiera. Por otro lado, yo no me podía contener de la misma forma, porque a la primera provocación terminaba teniendo discusiones y arrojando insultos por lo bajo.

Había estado mirándola prácticamente todo el tiempo, desde nuestra plática en el pasillo. Estaba esperando la oportunidad de acercarme y empezar una conversación con ella, pero después de todo, ser cobarde era algo que se me daba bien. Cada vez que pensaba en hablarle, estaba segura que mi mente me traicionaría de algún modo y yo haría o diría algo lo suficiente estupido para arrepentirme. Por lo que prefería mantener mi distancia y observarla de lejos.

- ¿Así que tú padre no ha regresado de Inglaterra?-
Yujin le preguntaba a Hyewon.

- No, aun tardará un mes en regresar-
Hyewon mordió su dedo índice en un peculiar gesto, del cual yo sabía su significado. Era extraño que lo hiciera y era exactamente por eso que lo conocía. Era un gesto de nerviosismo.

- Ya ha pasado más de un mes desde que se fue ¿cierto? -
Pregunté con cautela, sin demostrar la curiosidad que me causaba su respuesta.

- Sí, ya saben, está tratando de establecer un laboratorio ahí -
Me pareció percibir molestia en su respuesta, sin embargo, su mirada se quedó fija en la entrada de la sala común, como si eso no tuviera la mínima importancia.

- Imagino que tú madre ha tenido mucho trabajo manejando los laboratorios y estando en SKH-
Yujin comentó, mientras recostaba su cabeza sobre la mesa y disimulaba un bostezo de cansancio.

La familia Kang era dueña de dos laboratorios farmacéuticos además del que se encontraba en el distrito de Sokcho, y ahora, su padre estaba tratando de expandir la compañía en Reinó Unido.

- Yo he estado ayudándola -
Dijo aún con la mirada pérdida en la entrada.

Ahora que lo pensaba, Hyewon parecía cansada desde hace algunos días, incluso se le veía un poco distraída, algo que en definitiva era muy raro en ella. Pero no creía que la carga de trabajo en la compañía fuera la causa principal. Siendo hija única, Hyewon había aprendido a encargarse de varias cosas en la empresa. De las tres, era probablemente la más capaz para comenzar a dirigir su herencia.