Capítulo 4

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Estaba impresionada por la cantidad de personas que habían asistido a la fiesta. Aún estando en el auto de Josh podía escuchar el estruendo de la música y a lo lejos alcanzo a percatar un letrero con el nombre de la fraternidad, pero me cuesta distinguir bien lo que dice, sobre todo por las largas tiras de papel higiénico que cubren no sólo el letrero sino que también la propiedad entera. No comprendía el atractivo en desperdiciar miles de rollos de papel higiénico tirados por toda la casa, no eran adornos ni mucho menos hacían que luciera bien el lugar, pero sí comprendía que eran las típicas actitudes que tomaban los universitarios para lucir geniales ante todos los invitados. "Bienvenida a la universidad" fue lo que me dije a mi misma mentalmente.

-    Wow, debe de haber por lo menos cientos de personas aquí- comenta Mia apoyándose en la ventana del copiloto.

-    Jamás me imaginé que habría tanta gente esta noche- digo nerviosamente.

-     Chicas creo que las dejaré en la entrada mientras yo busco donde estacionarme- dice Josh quitando los seguros de las puertas.

Una vez afuera del auto Mia me lleva del brazo hacia la puerta de la casa, pero mi rostro no puede apartarse de los miles de vasos rojos y personas vomitando por todo el jardín. Apenas son las diez de la noche y no puedo creer que ya estén en tan mal estado, sólo espero que Mia y Josh no se pongan así también.

-    ¿Estás bien?- pregunta Mía preocupada.

-    Sí, es solo que me siento extraña y un poco fuera de lugar, jamás había estado en una fiesta- respondo desacelerando nuestros pasos.

Creí que Mia había ignorado mi comentario hasta que se detuvo unos pasos antes de la entrada principal.

-    Aguarda, a que te refieres con eso de que jamás habías estado en una fiesta- me mira intrigada y algo sorprendida.

Antes de responder a su pregunta respiré profundamente porque lo que diría a continuación probablemente cambiará la perspectiva que Mia tiene de mí.

-    Sé que será raro oír esto y espero que no cambies la forma en la que me tratas y me miras- me quedo en silencio un momento tomando el valor necesario para decirle la verdad, mi verdad. – Soy la hija de Michael Prescott y Lilian Archibald una de las familias más importantes de California, fui criada por mi nana Anabelle hasta que mi madre decidió mandarme a un internado para señoritas en Londres cuando cumplí siete años. Tengo un hermano mayor que dejé de ver hace once años por mis estudios en el extranjero, nunca tuve amigas estando allá, por lo cual jamás salí a ningún lado. No he tenido novio, lo que significa que nunca he besado a nadie ni se absolutamente nada sobre el tema de las relaciones y el amor. Soy simplemente una chica ordinaria que va a asistir a su primera fiesta esta noche con alguien súper genial que decidió ser su primera y única amiga.

No sabía como reaccionaría ante mis confesiones, esperaba una carcajada, una decepción o por lo menos una expresión de compasión por mi falta de experiencia, pero en lugar de eso, Mia sólo me abrazo.

-    Gracias por darme la oportunidad de ser tu primera amiga- dijo dándome el abrazo más cálido y sincero. - ¿En serio estudiaste en Londres? No tienes el acento marcado.

No pude evitar reírme ante su respuesta. Esperaba que se burlara de mí y no que notara mi falta de acento británico.

-    Si...yo...creí que era mejor no olvidar mi acento americano- respondo sin darle importancia. – Gracias por no reírte de mí.

-    Vayamos a dentro y divirtámonos como las locas adolescentes de dieciocho años que somos- una vez dicho esto, me tomó de la mano y me jalo hacia el interior de la casa.

Eres Mía (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora