Cobarde Capítulo 10

796 82 7
                                    

Elisa
  
    Nunca espere volver a verla de nuevo y menos en ese estado, fue más que una sorpresa, definitivamente no esperaba topármela, y si al menos ocurría esperaba una situación muy diferente a la que tenía frente a mi.

    Al verla, sentí llenarme de nuevo de culpabilidad, años atrás la había perdido de una mala manera y ahora volvía a mí de la misma forma o peor aún, bañada en sangre, semi inconsciente, pero aún así me reconoció porque me sonrió para luego dejarse llevar en la inconsciencia, era como si ya nada más le importase.

   Cuando las enfermeras le quitaron su ropa descubrimos que sus pocas cosas las llevaba pegada a ella en una especie de banda negra, una enfermera reviso su cartera para buscar su identificación personal la cual encontró junto a otros datos, entró al quirófano forzosamente ya que su herida era profunda pero no había tocado ningún órgano vital, su glucosa estaba en lo promedio aunque la estuvimos monitoreando.

    Me sorprendí ver que estaba serena cuando entre a verla, pensé que seguía dormida al ver que mantenía los ojos cerrados, pero al comenzar a revisarla los abrió y me sentí estúpidamente nerviosa por tener su mirada sobre mi, no preguntó nada solo se dejo hacer y me desespero que Andrea aun siguiera siendo esa persona tímida y reservada (demasiado a mi parecer) quería que ella iniciara la conversación para saber si tenía algún rencor o enojó hacia mi, por lo menos que se echará a llorar, pero no dijo absolutamente nada solo me observó y sin mas remedio tuve que iniciar la breve conversación, me di cuenta de que su voz a penas era audible pero no dejaba de ser hermosa para mi y me sentí caer en un abismo por estar en una relación con la mujer equivocada.

   Me dolió saber que no tenía a nadie a quien llamar, ni a nadie que se preocupara por ella, descubrí que aún la amaba, que me dolía su soledad, que aún mi corazón latía y se llenaba de alegría al verla, pero al mismo tiempo me era confuso, tal vez podría ser que sólo me impresionaba verla de nuevo, por esta razón y por mis estúpidos nervios me comporte un tanto fría cuando crucé palabras con ella, en el fondo de mi alma y de mi corazón quería abrazarla con todas mis fuerzas pero no lo hice porque aun tenía miedo, miedo a que me rechazará por ser cobarde y dejarla sola en ese momento en el que debí ser valiente.

   Vi como se las arregló para ir sola al baño y salir por su propio pie, sin duda no dejaba de ser una persona fuerte así su aspecto físico fuera frágil, me dio tristeza verla tan delgada y pálida por la pérdida de sangre que le causó la herida, pero allí seguía ella de pie buscando ahora un taxi para regresar a casa, me cansé de ver y pase a la acción, no quería verla más ahí sóla sin nadie que le ayudará, así que reuniendo toda mi seguridad extinta por verla de nuevo me detuve justo delante de ella y la invite a subir diciéndole que la llevaría a casa, pero no quería aceptar muy bien, al principio dijo que no residía en la ciudad, pero al final ante mi insistencia aceptó, pero también se debió a que el sol estaba fuerte y seguramente su piel se pondría roja y le causaría comezón si permanecía más tiempo bajo los rayos ultravioleta, la ayude a subir al auto y al acercarme a ella volví a respirar su dulce aroma a miel y manzanilla, tal y como lo recordaba.

   Tuve que romper el silencio entre nosotras nuevamente, Andrea aún seguía permaneciendo callada a pesar de que habíamos cruzado algunas palabras mientras estuvo internada y a demás de haberme ofrecido a llevarla a su casa, aun así ella seguía callada, pero parecía tener una sonrisa en su rostro, parecía feliz, no podía creer que a pesar de todo lo que le había ocurrido estuviera de ese ánimo, sin duda era una mujer fuerte.

   Le comencé a hacer preguntas y respondió a todas, excepto cuando le pregunté sobre lo que pasó aquella noche cuando yo hui como una llorona cobarde de su lado, en ese momento su expresión cambio y se negó a hablar de ello diciendo que no acabaría de contarme, volvimos a guardar silencio de nuevo unos minutos hasta que ella volvió a hablar para decirme por donde estaba la escuela en donde se quedaba, a mí aún me parecía extraño que ella estuviera de nuevo en ese pueblo en el cual tenía buenos y malos recuerdos.

    La ayude a bajar otra vez del auto cuando llegamos y respire su aroma en ese lapso hasta que mis pulmones estuvieron llenos y me arme de valor para pedirle su número celular el cual no se negó a darme, me despedí de ella dándole un beso en la mejilla y cuando me alejaba vi por mi espejo retrovisor que ella aún seguía ahí, mirándome partir, hasta que me perdí de su vista.
Sabía que Andrea estaba ocultando algo o mas bien a alguien con lo que le había ocurrido, según de lo que me llegue a enterar es que ella dijo a la policía que no había podido ver quien la agredió y lo más raro era que no le habían robado nada, parecía que ese ataque hubiera sido especialmente para ella, aunque hubiese llevado sus pertenencias ocultas, aún así se las hubieran llevado ya que estaba sola y sin nadie alrededor, lo más raro era que la hubieran atacado ladrones a la luz del día, era cierto que en el pueblo había uno que otro rata, pero si robaban era por la noche y cosas que dejaban a la vista, pero en mi opinión personal pensaba y creía otra cosa.

   Cuando iba de regreso a casa sentí un extraño sentimiento en mi interior, sentí nostalgia y tristeza de haberla dejado ahí sóla sin nadie más que la ayudará y me reproche nuevamente mi cobardía por no haberle ofrecido mi ayuda, llena de coraje golpee el volante y comencé a llorar preguntándome ¿Por qué la había dejado? ¿Por qué era cobarde? La verdad tenía miedo a que me rechazará, miedo a que no quisiera ser por lo menos una amiga, miedo a que me reprochara que la abandone sin luchar por lo nuestro, aunque la verdad yo podría dejar a mi actual pareja porque no la amaba y no me hacía sentir ni lo más mínimo que me hizo sentir Andrea en ese corto camino de regreso a su casa.

   Aunque tuviera su número celular no era lo mismo preguntarle por este medio como estaba, a estar pendiente de ella personalmente, pero yo tampoco podría cuidarla las veinticuatro horas del día, pero tal vez si la hubiera llevaba a casa de mis padres no los creía capaz de rechazarla y dejarla sola, mi madre la ayudaría, pero yo tenía novia, no podía hacerle algo así y de igual manera ya no podía hacer nada por Andrea, porque ya estaba muy lejos de ella y mis acciones contaron más que mil palabras.

   Cuando llegue a casa preocupe a mi madre por haber llegado llorando y lo primero que hice fue abrazarla con todas mis fuerzas mientras ella me correspondía de igual manera preguntándome ¿qué me pasaba? Yo no pude hablar hasta que deje salir todo mi llanto, mi madre escucho atenta como fue ese reencuentro con Andrea y de la forma tan triste en que ella llegó al hospital, nadie estaba para ella, estaba sola vagando por el mundo y por la vida, a eso la había condenado su propio padre, a una vida en donde tenia que ser presa para los mas fuertes y a la vez fuerte para si misma, de pronto me di cuenta de que  estaba llena de impotencia, de que debía hacer algo por ella y por mi, pero antes debía de arreglar mis asuntos y sentimientos personales para poder ayudarla a ella.

VeranoWhere stories live. Discover now